Laura María Noboa

Laura María Noboa

Licenciada en Orientación y Consultoría Familiar

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Funciones de los Padres: Amar, Educar, Proteger

 Las funciones de los padres, fundamentalmente son: Amar, Educar y Proteger.

Amar

Amamos entrañablemente a nuestros hijos, es una premisa indiscutible. Somos los padres los que debemos enseñar que el afecto es gratuito, porque se lo damos a ellos sólo por el hecho de existir, aceptándolo tal cómo es, no en la medida en que se convierta en lo que yo quiero que sea, o en lo que yo hubiera querido ser. Amamos a nuestros hijos por encima de nuestras expectativas y preferencias. Si tu hijo tiene la nariz de tu suegro, aunque no te guste, igual lo amarás; si eres muy deportista y tu hijo es de tipo intelectual y torpe para los deportes, aceptarás esa diferencia, respetando su originalidad; así él se sentirá amado por ti. Somos justamente los padres los que amamos auténticamente a nuestros hijos, con sus virtudes, imperfecciones y diferencias. Nadie da lo que no tiene, si tienes comida puedes compartirla con otros, si eres bien amado, puedes amar. Crecer convencido del amor de sus padres da a los hijos una garantía de salud emocional.

Educar

  • Lograr acuerdos entre los padres sobre el proyecto de vida familiar
  • Proporcionarles valores claros y realizar actividades para hacerlos vida.
  • Guiarlos para que sean la mejor versión de sí mismos.
  • Ser modelos claros y coherentes del ser adultos. Referentes creíbles.
  • Ejercer nuestra autoridad de forma saludable, y poner los límites necesarios para que aprendan a conducirse y vivir en sociedad.
  • Ser valientes para ayudar a nuestros hijos a encontrar la medida en sus actos.
  • Incomodarnos… ser críticos con nosotros mismos para encontrar el camino adecuado a cada hijo.
  • Procurar el equilibrio para encontrar el justo medio, que no ahoga, ni abandona.

Proteger

Es nuestro deber cuidarlos, en el sentido emocional, intelectual y físico, inicialmente necesitan nuestro cuidado para sobrevivir, al bebé si no se lo alimenta, muere; si no se lo acaricia, se deprime; si no se lo limpia, se enferma; y así, por algunos años hay que proveerles el alimento a su boca, enseñarles a caminar levantándolos cuando se caen, cruzar la calle, etc.

También somos los llamados a cuidar su integridad, a defenderse de los extraños, a proteger su cuerpo.

Protegerlos emocionalmente, sin descalificarlos y aceptándolos como son, proporcionándoles una autoestima alta que les permita desarrollar mecanismos para enfrentar la vida desde su individualidad. Es nuestra tarea cuidar de ellos de tal forma que en la medida que van creciendo, les traspasemos la posibilidad de cuidar de sí mismos al crecer en autonomía. Es por esto que en un inicio les señalamos el camino, para que después ellos transiten solos, eligiendo su propia ruta y asumiendo las consecuencias de sus decisiones.

10 destrezas que se adquieren al vivir entre hermanos

Los hermanos son un grupo de iguales, todos tienen la misma jerarquía, quisiera destacar 10 destrezas que se adquieren al vivir entre hermanos. El mundo entre los hermanos es una escuela de vida, aquí ellos aprenden a:

  • Negociar, "Te doy el muñeco si tu me prestas tu pelota"
  • Compartir, aprenden a hacerlo a partir de los 3 años, o 3 años y medio, a los 4 años ya pueden compartir un juguete con más tranquilidad.  Cuando uno de los hermanos recibe un regalo que los demás también quieren, como un juego de video, o el muñeco de la última película de Avengers, o la muñeca más linda del escaparate, va a encontrarse en el momento en el cual, sus hermanos o hermanas le pidan muchas veces que se lo presten.  Para unos niños es más difícil que para otros, el compartir sus tesoros, y es la oportunidad para adquirir la virtud de la generosidad.  Pueden comenzar poco a poco, prestando el muñeco por ratitos.  O prestando uno que no sea de tanta importancia, en ocaciones es más fácil compartir el muñeco viejo, que el recién adquirido.  Aquí es pertinente enseñarles a los hermanitos, a cuidar de lo prestado, y cumplir lo prometido, de no destruir o dañar el objeto de su hermano, así como devolverlo al tiempo prometido.
  • Cuidar de otros, entre hermos se forja un lazo de protección muy fuerte, suelen cuidarse cuando están en lugares públicos, si un hermano se cae y se raspa la rodilla, el otro correrá a avisar a sus padres, o profesores, para que lo ayuden.  Si un hermano se siente mal, está enfermo, o ha sido operado, y no puede jugar, los hermanitos suelen preocuparse, se asustan un poco y somos los padres los llamados a darles tranquilidad y enseñarles que en breve estarán sanos y jugando con ellos como lo hacían antes.
  • Competir, entre hermanos se desarrolla una sana competencia, correr más rápido, pintar más bonito, tener mejores calificaciones, siempre están queriendo destacarse.
  • Confiar y desconfiar, conocerán a cada hermano y sabrán que hay unos más cuidadosos que otros a quien prestar sus juguetes.  También aprenderán a dejarse cuidar de ciertos hermanos en quien podrán confiar plenamente sus dudas e inquietudes a medida que van haciéndose mayores.
  • Cooperar, esta destreza es muy útil para ellos, si los padres dicen: "cuando esté arreglado el cuarto, podrán salir a jugar", ellos descubrirán que si se ayudan, y trabajan juntos, terminarán pronto la tarea asignada y lograrán pronto su objetivo.
  • Tener aliados, al unirse con sus hermanos en ciertas aventuras, descubrirá que puede conseguir el objetivo propuesto más fácilmente que si lo hace solo.  "Vamos juntos a pedir a papá que nos lleve a tomar helados", o cuando se encubren, "no le digamos nada a mamá, si nos descubre nos castiga!"
  • Manejar los celos, pueden existir muchos celos en una familia, los padres deben evitar a toda costa tener hijos preferidos, y en lo posible, pedir que los abuelos hagan lo mismo.  Si notas que existen celos en casa, debes encargarte de indagar qué o quién los está provocando, y trabajar inmediatamente en aquello.  Descubre cual es la fortaleza de cada uno de tus hijos y hazla notar a todos, así ellos sabrán que todos son buenos en algo, y adquirirán más seguridad en sí mismos.  Ellos deben aprender desde pequeños a controlar los celos que pueden despertarles sus hermanos.
  • Respetar al otro y sus diferencias, conocerá que todos son distintos, y que cada uno es mejor que el otro en diferentes aspectos: uno pinta muy bien, otro corre como Flash, otro brinca más alto, o canta precioso, o le gusta contar historias.  También sabrán que todos tienen su propia dificultad, eso que les cuesta un poquito más que a los demás: uno canta muy lindo, pero corre muy lento, otro tiene muy buenas calificaciones, pero no atrapa bien la pelota:  Así, cada uno tiene una o varias habilidades o destrezas y dificultades, el ser distintos tiene un valor, simplemente los hace diferentes y únicos.  Y deben aprender a respetar a su hermano en sus diferencias.

Toda esta experiencia les será vital al momento de relacionarse con otros niños en la escuela, donde afianzarán todas estas destrezas, y de adultos con sus compañeros de trabajo; pues seguramente lo harán de la forma que lo vivieron en casa con sus hermanos. Si, como padres, estamos constantemente intercediendo por uno o por otro, les impedimos desarrollar estas destrezas. Es importante que los padres mantengamos las cosas desde una perspectiva adecuada, si el conflicto se da de forma de abuso, de un hermano mucho mayor a otro mucho menor, habrá que intervenir y poner correcciones. Pero si son casi de la misma edad, y del mismo tamaño y sexo, discutiendo por un muñeco o por su turno de usar el aparato electrónico que les guste, propón reglas y enséñales a turnarse, luego deja que lleguen a arreglos solos. Como los hermanos son iguales, en cuanto al poder que se ejerce en un hogar, debemos tener mucho cuidado en no darle a un hijo mas deberes o responsabilidades que a los demás.  Cuando asignas tareas, deben ser relacionadas con su edad, pero todos deben de tenerlas.  Los más grandecitos pueden ayudar a lavar platos, o a cuidar del bebé, mientras los pequeños ponen la mesa o sacan la basura.  Es importante que todos sepan que cada uno tiene una tarea de servicio hacia su familia, y que todos son importantes y amados.

¡Pareja de esposos y Pareja de padres!

Nace la pareja en la medida en que día a día va definiendo espacios y tareas, asignando áreas de responsabilidad individual y común. Creando sus valores familiares propios, escogiendo qué imitan de las casas de sus padres y qué no; con todo esto crean su identidad familiar y se fortalecen en el ámbito de pareja conyugal. Con el nacimiento del primer hijo la misma pareja de cónyuges adquiere un nuevo nivel al convertirse en la pareja de padres. Así adquirimos una doble función, por una parte somos pareja de esposos, y por otra parte somos pareja de padres, que implica nuestro rol conjunto hacia nuestros hijos. Este rol no se pierde por más de que la pareja de cónyuges se rompa, pues seguiremos siendo padres en conjunto y tendremos que decidir siempre el bienestar de nuestros hijos.

Somos al mismo tiempo pareja de Esposos y pareja de Padres El mundo de la parentalidad es tan demandante que puede absorber a la pareja conyugal. Por eso, es muy importante en la medida en que la pareja se convierta en padres, mantengan algunos de los espacios en los que son pareja, como salir al cine, a comer, a hacer ejercicio, a pasear los dos solos, etc. Momentos de encuentro de la pareja, donde hablen de sus sueños, miedos, anhelos y cotidianeidad, no necesariamente, hablar de los hijos.

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En las empresas hay diagramas empresariales, así también, existe el organigrama de la familia! Aquí, los padres son la cabeza de la familia, ellos son los llamados a dictar las reglas, fijar los límites y hacerlos cumplir. Los hijos están todos juntos en un mismo nivel, por debajo de sus padres. Son quienes deben acatar el planteamiento familiar impuesto por sus padres. Los hijos necesitan guía, un norte, una dirección hacia dónde dirigirse, y son papá y mamá quienes muestran el camino, de lo contrario, los niños se pierden.

Los padres somos quienes ponemos las barandas al puente, quienes dibujamos las lineas de la carretera, y nuestros hijos siguen el camino trazado. De allí la importancia de detenernos a pensar en cuál es el camino por donde queremos guiar a nuestra familia. Papás, ¡hagan un equipo de padres!

¿Qué esperar cuando cumpla dos años?

Es impresionante cómo ha evolucionado desde que nació, ya camina, habla, está por dejar los pañales, come bastante bien solo, por lo tanto empieza a gozar de autonomía lo que lo lleva a ser más independiente, pues necesita menos de los padres. Puede moverse solo, puede indicar que tiene hambre o sed, puede pedir un juguete o cogerlo por sí mismo, hace gracias que nos causan admiración, dice cosas que pueden sorprendernos, pero a la vez que esto va sucediendo ellos quieren explorar el mundo que los rodea para conocerlo, prender y apagar el interruptor de luz para entender causa efecto… meter la mano en el inodoro y sentir el agua… así va descubriendo que una acción tiene una consecuencia. 

Va probando sus límites, de lo que es capaz o no, así como los nuestros, de lo que nosotros permitimos o no. A ésta edad ya dicen “NO” con un significado y tienen pataletas cuando no consiguen lo que quieren. Es importante que ustedes como padres hayan decidido ciertos límites entorno a la educación de su hijo, para que él los tenga claros y que hayan establecido una rutina diaria, como son la hora de comer, bañarse y dormir.

¿Quién no ha escuchado hablar sobre los terribles dos? Es tanto lo que se dice, que los papás nos preparamos para esto.

De igual manera es momento para permitirle elegir entre dos opciones: ¿Quieres vestirte con la camiseta roja o amarilla? ¿Quieres jugar con la muñeca o los tucos? así tendrá grados de libertad, y aprenderá que si elige uno, renuncia temporalmente al otro. Recordemos que está teniendo sus primeros comportamientos de independencia que van acorde a su madurez, no significa que de repente tu hijo se hizo mal educado, simplemente quiere explorar el mundo y sus consecuencias, sus límites y los tuyos, y necesitan de padres que los acompañen en este proceso teniendo claro que habrán límites establecidos no negociables así como opciones de libertad.  Así irán aprendiendo qué les es permitido hacer y qué no.

La autoridad de los padres y los límites a los hijos

¿Qué son los límites?

Constantemente estamos escuchando: “este chico necesita límites” o hay que educar “en límites”, pero ¿qué son los límites? Son pautas confiables del comportamiento que se espera en nuestros hijos expresadas a través de normas claras y coherentes, son un marco de referencia que nos ayuda a los padres a educar a nuestros hijos. Para tener éxito al momento de poner límites, estos deben ser:

  • Acordados entre papá y mamá
  • Posibles de cumplir para la edad de los hijos
  • Conocidos por todos en casa
  • Coherentes
  • Su incumplimiento acarree unas consecuencias, también claras y coherentes a lo que la causó.

Los límites ayudan a nuestros hijos a saber qué comportamiento es el que se espera de ellos, son guías claras en su vida.

¡Saber decir NO!

Decir a un hijo que no, es necesario e importantísimo. No evidencia poder, sino una forma de educar en lo que sabemos no es conveniente para él. A la vez, fortalecemos su voluntad y tolerancia frente a la frustración.  Aquí hay un par de ejemplos:

  • Si nos pide una botella de agua y estamos de camino a casa, hay que decirle: "Ahora no, te tomarás el agua apenas lleguemos". Eso implica que papá y mamá también esperarán llegar a casa para beber agua.  De este modo, damos el ejemplo de que sí puede esperar.
  • Si quieren comprar todo lo que venden en el supermercado, caramelos, chocolates, libritos y juguetitos que suelen estar cerca de la caja, cuando uno ya estás cansado y quiere irse rápido, solemos darles lo que pidan para evitar la pataleta en un momento difícil, pero ellos deben saber que no se obtiene todo lo que se pide en el momento que se lo quiere.  Puedes decirle "lleva sólo un artículo, entre estos dos tú decides cual"

Lo difícil es mantenerte en esa postura si hacen una pataleta.  Pero si cedes a todos los berrinches que hace, estás enseñándole que esa es la forma adecuada de conseguir su objetivo. 

¿Para qué sirven los límites?

Las normas en una familia son indispensables para crecer en orden, autonomía y respeto, deben ser pocas... pero suficientes. Cuando tenemos demasiadas normas podemos perdernos en su cumplimiento y vivirlas se convierte en una camisa de fuerza en la que los hijos no encuentran espacio para desarrollar su individualidad, y para nosotros se convierte en una pesadilla hacerles seguimiento. Son el marco en el cual vivimos en casa. Para que la aplicación de los límites no sea cuestión de nuestro estado de ánimo, debemos ser muy firmes, aunque esté dando nuestro programa favorito de TV y es hora en que nuestro hijo vaya a dormir, debemos dejar el programa a un lado y llevarlo a la cama, así él aprenderá que el horario en casa es realmente importante, de tal forma que con el tiempo ellos solos irán a la cama, a la hora establecida, porque les hemos demostrado con nuestro comportamiento y sacrificio que vale la pena Inicialmente los padres ponemos los límites, para que ellos en la medida que crecen y maduran puedan ir limitándose solos, independientemente de la mirada de sus padres. Así podrán comportarse de forma adecuada en cualquier ámbito, sea la escuela, la universidad, el trabajo, o socialmente.

¿Cuándo quitarle los pañales?

Cuando el bebé cumple 18 meses, los mayores de la familia, suegra o mamá, empiezan a opinar sobre si ya es hora de quitar los pañales, y cuentan un sinfín de anécdotas de cómo Pepito ya no usaba pañales a esa edad o Juanita también lo había logrado. Esto nos presiona y confunde, pues toda la literatura nos dice que el control de esfínteres inicia a los 24 meses.

Efectivamente el niño logra el control de esfínteres diurno alrededor de los 2 años, dependiendo de su madurez, por lo tanto se lo puede educar a ir a la bacinilla en vez de orinarse en el pañal. Este aprendizaje es paulatino, ellos aprenden a reconocer cuando sienten deseos de orinar o de defecar y así lo van diciendo. Para lograr esto, es indispensable que cuando se saque el pañal sea definitivo, aunque nos incomode, pues serán varios días en que deberemos dedicarnos a estar pendientes de su necesidad de ir al baño, así como darle de tomar agua adicional para estimularlo y que vaya al baño con más frecuencia y así lograr el aprendizaje. 

Se recomienda usar una bacenilla que se la ubica en el baño, así como leerles cuentos sobre éste tema. Si tu hijo se demora un poco no te preocupes, que hay niños que logran esto a los 26 o 28 meses, lo cual es perfectamente normal, cada uno tiene su propio ritmo de acuerdo a su madurez; es muy importante observar señales que nos dan pauta que están listos, como son sentirse incómodos con el pañal sucio, o que avisen que se han hecho popó en el pañal. 

Desarrollo del bebé (primeros 12 meses)

Comunicación: El bebé expresa sus necesidades a través del llanto. Pueden ser hambre, sueño, alguna molestia, necesidad de estar con la madre, éste es su único medio de comunicación. Cuando el bebé llora, es necesario cargarlo y darle seguridad, que sienta la cercanía de quién lo cuida. Él no lo hace con ánimo de molestar o porque sea engreído. Cuando crezca utilizará las palabras para trasmitir lo que le sucede.

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Dormir: el bebé duerme muchísimo durante los primeros dos meses, no distingue día de noche, es por esto que debemos introducir una rutina, en que durante el día, se lo bañe a la misma hora, se le conversa, se le canta antes de dormir por la noche, a diferencia que cuando se levanta a comer en la madrugada, lo haremos todo en silencio, de ésta forma vamos mostrándole la diferencia de lo que es día y noche.

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La alimentación produce al bebé una gran satisfacción, en la medida que va creciendo se le irá aumentando la cantidad de leche y espaciando el tiempo entre una comida y la siguiente. Durante el primer año aprenden a fijar la mirada, explorar lo que tienen alrededor, coger objetos con su mano, a sentarse, gatear, reconocer a las personas familiares, adquieren paulatinamente el lenguaje, primero balbuceos, sonidos guturales, luego baba, papa…y hacia el final del primer año, empiezan a caminar. Es en éste momento en el que se desarrolla y afianza el lazo entre padres e hijo, por ello la importancia de la cercanía, pues aquí se determinará el futuro de su relación.

Para que crezca ese vínculo debe haber contacto entre el bebé y sus padres en la forma de expresar el cariño, abrazos, besos, así como con juegos.

Rasgos de autonomía del bebé de 0 A 3 años

A pesar que durante el primer año, un bebé es totalmente dependiente de los adultos, una forma de fomentar su autonomía es permitirle libertad de movimiento. Un niño que pasa todo el día en un coche o en porta bebé, difícilmente desarrollará esto; más bien escoge un lugar adecuado y seguro y vístelo con ropa cómoda. Poco a poco irá desarrollando habilidades, si pones un colgante de juguetes o móvil frente a él, tratará de alcanzarlo. Cuando tiene tres meses cogerá objetos con una mano, entre los 4 y 7 meses, al tener sus músculos de espalda y cuello firmes, se sentará solo, y pronto comenzará a gatear; así, a medida que crece irá ganando en independencia.

Cuando logra hacer algo por sí mismo, y nosotros lo reforzamos positivamente, él crece en autoestima y seguridad. Por el contrario si lo protegemos y evitamos que lo hagan, lo convertimos en inútil e inseguro, no le permitimos crecer y darse cuenta de lo que es capaz de hacer por sí mismo, aunque al comienzo no lo haga tan bien, lo enfrenta a sus primeras exigencias, y a reconocerse capaz de cumplirlas. Los hábitos deben ser parte de una rutina, siempre igual, se aprende por repetición de lo mismo, hecho de igual manera. Somos nosotros, los adultos, los que debemos enseñarles muchas veces a hacerlo, siempre con mucha paciencia, así las acciones se convierten en hábitos, y él sabrá lo que se espera que haga, y estará aprendiendo junto a ti la forma correcta de hacerlo. Debes tener presente, lo que le pidas vaya de acuerdo a su madurez motriz y emocional.

Cuando dice: “Yo solo”, significa crecer, avanzar. Puede intentar vestirse aunque se ponga la ropa al revés, recoger juguetes, comer aunque se riegue, tareas de higiene simples, le vas enseñando a cepillarse los dientes, si él quiere intentarlo, permítelo. Otra opción es que lo vayan haciendo juntos, acompáñalo y permite que vaya participando, diciéndole: “ahora mete tus manos al agua” o, “Vamos a que te bajes el pantalón”, poco a poco lo aprenderá a hacer de manera correcta. Debes estar pendiente del desarrollo de tu hijo y, a la vez, evitemos compararlos con otros niños, cada uno tiene sus habilidades y sus destrezas.

Estaremos sembrando en su buena autoestima, valoración positiva de los demás y de sí mismo.

¡Llegó La Noche! Rutina para dormir

Una de las tareas más difíciles para los padres es la hora de dormir de nuestros hijos, cuando son pequeños. La costumbre es que duerman en una cuna dentro de nuestra habitación por un tiempo. La pregunta es: ¿Cuánto tiempo? Muchas veces está determinado por el tiempo que el bebé se demore en dormir toda, o casi toda la noche, pues resulta bastante más cómodo tener al bebé cerca de la madre para poder alimentarlo. Se recomienda que una vez que el bebé duerma algunas horas seguidas, sea trasladado a su habitación, y si duerme toda la noche y va a compartir cuarto con sus hermanos, podrá llevarlo a dormir con ellos. Hay que estar muy atentos, pues hay padres que nunca sacan a sus hijos del dormitorio, y éstos no aprenden a dormir solos.

La rutina para dormir

Acostúmbralos desde que son bebés a tener la rutina para dormir. La rutina podría ser:

  1. Cenar, o tomar la mamadera,
  2. bañarse,
  3. y luego acostarlos a dormir

o puede ser distinta:

  1. Bañarse,
  2. cenar o tomar la mamadera,
  3. y luego acostarlos a dormir

La rutina dependerá de cómo veas que es mejor para tu niño, hay que ser flexibles en esto y crear una rutina de acuerdo a sus necesidades. Hay bebés que después del baño se quedan dormidos, otros se despiertan.  Hay bebés que después de tomar el biberón se duermen, otros de despiertan. Para que la rutina tenga éxito, y se convierta en costumbre, debes hacerlo todos los días a la misma hora. Es recomendable que lo hagas con mucha paciencia y sin estar corriendo apurada, pues la idea es que tengan la calma necesaria para entrar en el ambiente de descanso, y que no se alteren por tu estrés. Ayuda muchísimo que los acompañes un momento si fuera necesario, eso les da seguridad, al igual que leerles un cuento como parte de su rutina, aunque te pidan el mismo todas las noches. En caso que tengan miedo, siempre puedes comprarles un peluche pequeño para que los acompañe en su cama, o ponerles una lucecita de pared.

¡A dormir a su cama!

Por lo general, cuando tienen ya cerca de dos años, cambiamos la cuna por una cama, y es justo en éste momento en que ellos descubren que pueden salir libremente de la cama y pasarse a la cama de los papás. Seguramente al comienzo aparecerán súbitamente en nuestra cama sin que nos demos cuenta, son expertos en hacer esto. Ellos buscan sentirse seguros, y no hay mejor lugar que con los papás, pero es necesario que nosotros a pesar de nuestro cansancio, los regresemos una y otra vez a su cama, en su dormitorio, para que ellos tengan claro cuál es su lugar para dormir. Cuando esto sucede, sólo nuestra constancia en regresarlos cada noche garantizará el éxito de la tarea. Si no somos disciplinados en esto, y cedemos a nuestro sueño, ellos no aprenderán que deben dormir en su cama. ¿Por qué?

  • Evita la asfixia accidental durante los primeros meses de vida
  • Evita la sobreprotección
  • Permite tiempo para la pareja
  • Permite su autonomía
  • Desarrolla su independencia

Recuerda las claves:

Paciencia Presencia Hacerlo con ellos, hasta que puedan solos Tener en cuenta la edad que tienen

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Comer solo… ¿Desde cuándo?

Cuando el bebé tiene un año, a veces un poco antes, puedes notar que mete la mano en sus alimentos para llevárselos a la boca. Es natural que haga eso, y debes en un inicio permitirle que los toque, así explora y a la vez conoce su alimento. Es buena idea tener dos cucharas, con una le enseñas a comer, y con la otra le vas dando tú la comida, mientras él aprende. Al comienzo se ensuciará mucho, debes tener mucha paciencia, para que sea un proceso de aprendizaje normal y relajado, y no un momento de estrés por querer que todo sea perfecto. Ponle un babero muy grande. También sirve poner un plástico debajo de la silla antes de darle de comer, agilita la limpieza, lo cual te permitirá estar más relajada al momento de alimentarlo. Poco a poco le irás enseñando el uso de la cuchara, y luego ya pasados los dos años, le enseñarás a pinchar con el tenedor los pedacitos de carne o pollo. Para que beba agua se recomiendan unos vasos con asas y piquitos, alrededor de los 7 a 9 meses pueden estar listos para usarlos, pero eso dependerá de cada niño. Hay bebés que pasan directamente del biberón al vaso normal, y eso también es correcto. Recuerda que cada niño es distinto al otro, y tienen tiempos de madurez distinta, evita comparaciones, y más bien, apóyalos para que desarrolle sus habilidades con confianza.

Recuerda las claves:

 

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