La lectura da al niño y a toda persona, conocimientos que no necesariamente se aprenden en la escuela, pero es aquí donde a veces este despertar para amar la lectura, se pierde.
Digo se pierde, por las experiencias que he tenido al visitar las escuela en calidad de escritora, a dialogar con los niños.
El día de ayer visité dos colegios donde habían “ leído” mis cuentos , cuando vino una niña a que le firme el que ella tenía, le pregunte si le había gustado y me dijo: yo no sé leer.
La profesora estaba sentada muy cómodamente en una silla y entretenida con el celular ¿sería lectora la maestra?
El problema viene cuando en la casa tampoco se lee por las condiciones del entorno familiar.
En la otra escuela que visité esa mañana, la calidad de los niños lectores era diferente, posiblemente porque el número de alumnos era inferior a la escuela anterior, cuando pregunte si en casa los ayudaban a leer, uno me contestó que su padre tenía otras familias y que casi no pasaba en casa para ayudarlo.
En cuanto a los maestros, no les interesa animar a los niños a leer cuentos, fabulas, poesía, etc. Ellos tienen mucha presión de los directivos y hasta del gobierno para que se impartan las “asignaturas” importantes del currículo y no se dan cuenta que para los niños es “más importante leer que estudiar”.
Estoy preparando un taller para maestros para volver a darles un taller de “como enganchar a los niños en la lectura” esto volveré a hacerlo cuantas veces sea necesario, para recordarles que los conocimientos importantes se aprenden en la lectura libre y entretenida.
Es importante que al escoger una lectura sea del nivel apropiado para que el niño se enganche, muchas veces en este escoger no se mide el interés del niño, sino el interés y compromiso del colegio .
Es preferible que el niño empiece a leer con poco texto y no con lecturas de párrafos largos, porque se sentirá derrotado desde el primer momento al revisar el libro y saber que no podrá terminar, sobretodo en la etapa inicial, que su lectura es silábica