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Andrea Salmon Baquerizo de González

Andrea Salmon Baquerizo de González

Psicóloga Clínica.
Directora Propietaria de "Pequeños Genios, centro de atención integral".

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5 pasos para vivir con Asertividad

La asertividad es una forma de comunicación que consiste en defender tus derechosexpresar tus opinionesy realizar sugerenciasde forma honesta, respetando a los demás y a la vez nuestras propias necesidades.

La persona asertiva expresa comprensión hacia las visiones, los sentimientos y las demandas de los demás, manejándose sin pasividad ni agresividad.

Aplicando esta forma de comunicación, seremos capaces de:

  • Mostrar opiniones y posicionamientos de forma clara (manifestando un razonamiento con el fin de justificar una idea, un sentimiento o un favor).

  • Conocer nuestros propios derechos y defenderlos sin el objetivo de ganar, sino de llegar a un acuerdo.

  • Mantener relaciones interpersonales saludables y sentirse en armonía.

  • Hablar de manera fluida y segura.

Adicionalmente, la asertividad facilita la capacidad de discrepar abiertamente dando forma a los propios gustos e intereses, pidiendo aclaraciones y diciendo “no” cuando sea necesario.

Entonces, ¿Por qué vivimos y nos comunicamos naturalmente de manera poco asertiva?

  • Posiblemente por el modo en que las personas se han formado, han sido criadas y en algunos casos han ajustado su carácter al de los demás para ser aceptados. Es una habilidad que se aprende por imitación y refuerzo.

  • También puede deberse a un debilitamiento del carácter y la autoestima, y al no estar conscientes de ello se vuelve un hábito y característica de nuestra personalidad.

  • A veces se desea responder de una manera asertiva, pero la ansiedad impide llevarlo a cabo, ya sea por temor o por una experiencia traumática que limita esta respuesta saludable.

  • Los patrones de pensamiento concretos, creencias irracionales y ciertas cualidades de la personalidad a veces impiden actuar de forma asertiva.

Establecer una comunicación poco asertiva puede provocar conflictos interpersonales, frustración, sentimientos de culpa, baja autoestima, tensión, soledad, y pérdida de control. Con un estilo de comunicación asertivo se pueden resolver de mejor manera los problemas, se genera bienestar personal sintiéndose más a gusto consigo mismo, satisfecho y en control de las emociones.

5 pasos para lograr la Asertividad

Como todo comportamiento, se puede aprender y mejorar hasta instaurarlo como modo de vida.

1.- Saber lo que queremos. Se debe tomar un momento para reflexionar sobre cuáles son los objetivos, metas, ideales o creencias que definen nuestro ser. Es muy importante tenerlo claro y ser persistente porque ésta será la base para lograr vivir con una actitud de éxito hacia la vida.

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2.- Hacer valer nuestros derechos sin dejarse llevar por pensamientos negativos. Por ejemplo, en lugar de pensar “soy una mala madre porque no permito que mis hijos coman lo que desean comer”, podemos pensar “estoy educando a mis hijos y pienso que deben comer equilibradamente”.

3.- Expresar claramente nuestros deseos y necesidades. Muchas veces las personas se resienten o frustran al ver que sus seres queridos no actúan como ellos esperan que lo hagan. Dan por sentado que ellos pueden “leer su mente” y eso puede llevar a frustración y resentimiento. Es necesario dar un paso firme en expresar objetivamente nuestras ideas.

4.- Hablar desde nuestro pensamiento o sentimiento, sin atacar al otro. La misma conversación puede tener un matiz distinto si se enfoca en lo que nosotros sentimos en base al comportamiento del otro, en lugar de acusar a la otra persona, pues ésta se alejaría o pondría en situación de defensa. Por ejemplo, en lugar de decir “siempre interrumpes mis planes”, se puede decir “me siento desorganizado cuando cambio mi plan de manera abrupta”.

5.- Estar en sintonía con el lenguaje corporal. El lenguaje corporal comunica tanto o más que las palabras. Revela cómo nos sentimos, nuestros gustos e intenciones. Por ello es recomendable que el cuerpo acompañe la comunicación asertiva, mediante una postura de poder, firme y calmada.

La comunicación asertiva es el resultado de un armonioso equilibrio emocional interno.

5 errores comunes en la crianza de hijos

Ser padres trae consigo una serie de emociones nuevas y una alegría inimaginable.

Al mismo tiempo este nuevo reto de ser padres nos presenta incertidumbreque a ratos nos toma por sorpresa pues cada experiencia es un nuevo reto que deberemos tomar con fe y sabiduría.

Una de las mayores preocupaciones de los padres, en la medida que los niños van creciendo y se van superando algunos obstáculos, es la de siestamos haciendo lo correcto para formarlos en la responsabilidad y con autonomía para tomar decisiones acertadas en el futuro.

La primera infancia sobre todo, en donde el niño adquiere mayor independencia de sus padres y se integra a un ambiente social en la escuela y en su entorno general, está llena de situaciones que pueden ser manejadas de diversas maneras, en donde les daremos oportunidades de aprender a nuestros hijos, o por el contrario les resolveremos todo absteniéndolos de pensar por ellos mismos.

A continuación menciono 5 errores comunes en la crianza de hijos, y que evitándolos ayudaremos a nuestros hijos a crecer con madurez.

1. Contradicción entre los padres

La discrepancia de criterios entre los padres es común, madre y padre tienen su individualidad y por supuesto pueden tener puntos de vista diferentes. Lo importante es que los desacuerdos se analicen y discutan en privado, pues los hijos deben verlos como un frente unido en donde ambos comparten la autoridad y tienen claro lo que es mejor para los niños.

2. Brindarles ayuda demasiado rápido

Sabemos que son vulnerables que necesitan de nosotros, pero la necesidad y un poco de frustración son necesarias para que usen su creatividad para encontrar soluciones. Si acudimos a su ayuda demasiado pronto, pensarán que siempre son salvados por alguien y que sus errores no tienen consecuencias. Los niños toman pequeños riesgos a diario, pues toman decisiones y eligen caminos que marcan una diferencia. Al jugar se caen y se levantan, se raspan las rodillas y continúan. Deben relacionarse y resolver conflictos con sus compañeros, tener su primer amor y vivir todas las emociones inherentes a ello. Esto los ayudará a adquirir estabilidad emocional y desarrollar empatía y compasión. Si elegimos todo por ellos podríamos estar retrasando su madurez, pues al enfrentar dificultades los niños desarrollan talentos, se vuelven astutos y crecen en autoestima.

3. Evitar decirles “NO”

Procuramos que nuestros hijos nos “adoren”, y lo conseguimos cuando los complacemos y hacemos felices. Pero a veces, es importante que tengan carencias ya sean naturales o creadas por nosotros, solo con el objetivo de que vean las recompensas como una consecuencia de sus logros o buenos comportamientos. Los niños se encontrarán con muchas adversidades en su vida y es nuestra labor ayudarlos en esta preparación. Negarles cosas que desea (por una buena razón) es una manera en que podrán comprender que no se puede tener de todo.

4. Confundir inteligencia con madurez

Que un niño sea inteligente o talentoso no significa que haya alcanzado una etapa de madurez. Esto es algo que se suele confundir pero hay que tenerlo presente, ya que podría ser perjudicial que el niño se enfrente “al mundo real” sin las herramientas necesarias. La madurez del niño tiene que reflejarse en sus actos, luego de eso se puede ir trabajando en sus grados de independencia. Este proceso debe ser gradual, y sobre todo saber qué podemos esperar del niño para no llegar a frustraciones.

5. No tener coherencia en la educación

El ejemplo que les damos a nuestros hijos es básico en su desarrollo. Importarán más nuestros actos que el discurso que tengamos con ellos. Esto suena lógico, pero es común ver que los padres no somos congruentes con lo que decimos versus lo que hacemos. Por ejemplo, inculcamos valores como la honestidad, orden y compasión, pero estos valores deben ser enseñados en obras y como forma de vida. Los niños observan todo y podrían relativizar el juicio que han formado sobre los conceptos importantes, aplicándolos sólo cuando sean convenientes y no como lo habíamos deseado en primer lugar.

La educación de los hijos es una de las tareas más difíciles pero a la vez más satisfactorias. Vivamos este camino de una manera informada y revisada, pero sobre todo rodeada de paciencia y amor.

Regreso a clases: 8 estrategias para hacerlo con armonía

La temporada de vacaciones cambia todo en la rutina de padres e hijos. Los horarios son flexibles y se presentan nuevas actividades como paseos, playa, deportes y juegos con amigos. Al ser muchas semanas de vacación, estos cambios suelen convertirse en hábitos, por lo que padres e hijos deben adaptarse nuevamente al año escolar. Al igual que sucede en los adultos con la vuelta al trabajo, ciertos niños también sufren el síndrome postvacacional al incorporarse a la rutina escolar. Los padres pueden contagiar entusiasmo e interés a sus hijos para que esta transición de las vacaciones a las clases no sea una carga negativa.

RECOMENDACIONES

  • PREPARACIÓN.

Una de las cosas que más les gusta a los chicos de las vacaciones, es tener libertad en los horarios. Por ello se recomienda empezar gradualmente la rutina del colegio dos semanas antes del inicio de clases. Por supuesto no debe ser de manera estricta, pero sí es de utilidad que se empiece con algo de la rutina que se tenía en época escolar, como por ejemplo la hora de acostarse y levantarse.

  • SEGURIDAD

Una buena estrategia para lograr que los niños estén más tranquilos, es anticiparles las cosas. Cuando los niños son pequeños y están empezando la etapa escolar, es importante informarles datos del colegio, sobre todo si es nuevo, darles detalles y contarles cómo será su entorno en todo sentido.

Con niños ya escolarizados, podemos jugar a la escuelita para que recuerden cómo es esa rutina, recordar con ellos los lindos momentos del año pasado y compartir las expectativas que tienen para el nuevo año. En el caso de que sea la primera vez que van a la escuela, podemos llevarlos a visitarla, y que se familiaricen con las instalaciones, el patio, y los docentes.

  • CONOCER A LOS DOCENTES

Además, es de mucha utilidad tomarse un tiempo para hablar con la maestra o el maestro de nuestros hijos. No necesariamente sobre su rendimiento académico, sino sobre el estado de ánimo y actitud que tengan en clase.

  • HÁBITOS DE ESTUDIO

Establezca reglas de estudio con los pequeños desde el inicio de clases. Póngales un horario para hacer la tarea y un lugar apropiado. Organizarse les ayudará a sentirse más seguros.

  • ASPECTO SOCIAL

Las relaciones sociales son muy importantes. El hacerse amigos, sobre todo de sus mismos compañeros, es muy importante para el proceso de adaptación. Será sumamente valioso generar en ellos el sentimiento de pertenencia al grupo, creando ocasiones de encuentro entre los niños fuera del horario escolar.

  • ATENCIÓN A SÍNTOMAS Y SIGNOS

Es posible que observemos en los niños algo de cansancio, falta de apetito,  somnolencia, falta de concentración, dolores musculares, taquicardia, molestias en el estómago o insomnio. Estos signos son pasajeros, hay que atenderlos y estar atentos a que vayan reduciendo su presencia y desapareciendo conforme los niños se hayan adaptado de nuevo a la vida escolar.

  • MOTIVACION Y ÁNIMO
A nivel emocional también se puede observar falta de interés, irritabilidad, nerviosismo, inquietud, indiferencia o tristeza. Para combatir estos síntomas es bueno aclarar la idea o sensación de que las vacaciones son un estado absolutamente opuesto al periodo de trabajo y por tanto que uno es sinónimo de placer y el otro lo es de malestar y sufrimiento. Se debe proporcionar diariamente momentos de descanso y de recreación.
  • FORTALECER LA INDEPENDENCIA

Favorecer su autonomía. Valorizar los logros que vayan alcanzando los niños. Hay que transmitirles la alegría que supone ir a la escuela. Aprender, conocer nuevos compañeros, tener cierta independencia, desarrollar sus propios gustos.

Es normal que se genere un proceso de adaptación al inicio, en el que algunos niños sienten un poco de ansiedad, dificultad para ajustarse a los horarios del colegio, o un poco de desánimo, así mismo, a veces ocurre todo lo contrario y los chicos se adaptan de manera inmediata.

Comenzar algo nuevo usualmente genera  una mezcla de emoción y ansiedad. Debemos acompañar a nuestros hijos en el inicio del año, con ánimo y contagiándoles alegría y seguridad para emprender este nuevo reto.

¿Es tu hijo un buen amigo?

Los padres nos preocupamos mucho de la vida social de nuestros hijos, de si tienen amigos, cómo los tratan en la esfera social, y por supuesto estamos siempre alertas de que nadie les haga daño emocional ni físicamente.

Pero, ¿nos hemos preguntado si nuestro hijo es un buen amigo? ¿De si tiene cualidades amigables que inviten a otros niños en edad similar, a acercarse a él y desear su amistad?

 

Qué significa ser amigo.

Actualmente la definición de amistad se ha generalizado, y probablemente gracias a la tecnología y redes sociales, la palabra amigo se entiende más como “contacto” que como relación personal propiamente dicha.

Los amigos nos ayudan a que la vida sea alegre y más llevadera. Si podemos resumir el concepto de una verdadera amistad, podría ser procurar siempre lo mejor para esa persona. Considerarla y honrarla lealmente.

Los amigos tienen una gran influencia en el desarrollo de nuestra vida, y por ello desde que los niños son pequeños, deben de aprender las cualidades de una verdadera amistad a fin de que puedan saber reconocerla y valorarla.

Hay que empezar por enseñarles a los niños desde pequeños el valor que tienen los amigos en su vida. Hacerles notar con el ejemplo, que valoramos a nuestros amigos y estamos pendientes de ellos, recordando fechas y sucesos importantes, y compartiendo momentos agradables junto con ellos.

 

Enséñale a tu hijo cómo ser un buen amigo:

  • Aprender a escuchar.

Ser amigos no se trata únicamente de jugar o divertirse juntos, también significa escuchar al otro. A algunos niños les cuesta un poco expresarse, en este caso sería de utilidad que tu hijo le pregunte a sus compañeros por su familia, sus hobbies, gustos, entre otros. De esa manera el amigo se sentirá escuchado y sabrá que tu hijo tiene interés por lo que sucede en su vida.

  • Ser tolerante y respetar las diferencias.

Tu hijo, a cierta edad, ha comprendido que su familia tiene algunas costumbres y principios que los caracterizan y con los cuales se identifica. Eventualmente se encontrará con niños que serán diferentes a él, tengan otro modo de pensar o actuar, y deberá aprender a respetarlo con esos valores y creencias.

  • Ser perfecto no es un requisito.

Para ser un buen amigo, y persona agradable en general, se debe saber reconocer nuestros errores. De la misma manera, primero debemos conocernos a nosotros mismos, saber nuestras fortalezas y debilidades, respetarnos, y de esa manera será posible ofrecer ayuda y amistad a los demás.

  • Apoyar en los buenos y malos momentos.

Es sencillo ser buen amigo cuando las cosas marchan bien, pero es común que los pequeños no tengan interiorizado aún el concepto de amistad en su totalidad, por lo que debemos enseñarles que es aún más significativo apoyar a nuestros amigos en los momentos menos afortunados. Por ejemplo, si el amigo tiene una caída y debe abandonar el juego, acompañarlo a buscar a un adulto. O si no comprende una materia, brindarle la ayuda que pueda ofrecer.

Si tu hijo tiene dificultades para entablar amistades, hay algunos recursos que puedes usar para ayudarlo en esta tarea. Las actividades deportivas o de expresión como el teatro y artes en general, son de gran ayuda pues ayudan a los niños a expresarse libremente y darse a conocer a los demás.

Los niños procuran encontrar en otros cosas buenas y agradables, por ello la importancia de ayudar a nuestros hijos a desarrollar sus talentos y virtudes, eso será un imán para que la gente se sienta a gusto con ellos.

Invita a tu hijo a reflexionar: Pregúntale qué cualidades valora en sus compañeros y amigos, cuales son los comportamientos que admira y le hace sentirse orgullo de ellos. Analicen, que de la misma manera, ellos quieren ver algo similar en él, por lo que debe trabajar en cultivar habilidades y rasgos positivos de su personalidad.

Muchas veces ocurre que, sin proponérnoslo y sin siquiera imaginarlo, estamos haciendo amigos día tras día al convivir con nuestros compañeros,  al cabo del tiempo, nos damos cuenta de que podemos contar con algunas personas que hemos frecuentado sin esperar su amistad.

Hay muchas formas de ser amigo. Ayuda a tu hijo a tener amigos —siendo amigo él mismo— del modo que le resulte más natural. 

5 ideas para desarrollar la imaginación de tu hijo

Los niños ven el mundo con otros ojos, interpretan la realidad a su manera y son capaces de convertir lo ordinario en extraordinario.

La creatividad infantil es una capacidad que si no se estimula corre el peligro de bloquearse e ir desapareciendo a medida que los niños crecen.

Aprendemos activamente al explorar nuestro ambiente. Observamos el mundo alrededor, prestamos atención a objetos, sonidos y movimientos. A lo largo del desarrollo evolutivo de los niños, vemos que la relación que tienen con el ambiente se vuelve diferente y con un propósito. El crecimiento en el desarrollo cognitivo del niño se demuestra cuando usan los objetos según están diseñados para usarse, y poco a poco se va formando el escenario para el desarrollo de la creatividad.

Una vez que los niños desarrollan un pensamiento simbólico, el juego llega a ser cada vez más creativo e inventivo. Los niños usarán objetos de maneras nuevas e inesperadas. La capacidad lingüística también les provee nuevas maneras de explorar la creatividad. Los niños usan el lenguaje para el juego de fantasía, iniciar interacciones con otros y expresar sentimientos e ideas nuevas.

Desde el punto de vista educativo, la creatividad está tomando una importancia cada vez mayor. Es un talento que los niños deben cultivar, pues por ejemplo en el aula les ayudará a encontrar soluciones distintas para un mismo problema, y elegir la más adecuada al momento. Esta capacidad los hace más resolutivos.

Aunque los niños nacen con una capacidad innata para crear e imaginar, esa creatividad corre el peligro de diluirse con el paso de los años si son expuestos a un entorno rígido que no estimule esta capacidad.

Los padres podemos ayudar mucho a los niños para desarrollar este talento, que los ayudará mucho en su edad escolar y en su futuro como adultos responsables y felices.

5 ideas para desarrollar la imaginación de tu hijo

1.- Visitar exposiciones o galerías. Es interesante escuchar a un niño describir una imagen que observa, pues será casi siempre diferente a la visión que tenemos los adultos. La visita a un museo es la ocasión idónea para explorar su capacidad creativa.

2.- Brindarles la oportunidad de explorar la naturaleza, y acompañarlos en ese encuentro. Puede ser algo tan sencillo como acostarse en el jardín, ver formas en las nubes, recolectar hojas y notar diversos colores en ellas. Irse de excursión una vez al año a un lugar no visitado antes, aunque sea muy cerca de casa.

3.- Leer y escuchar cuentos. Además de brindar una oportunidad para compartir y también reforzar el vínculo entre padres e hijos, la lectura ofrece oportunidades de crear, puedes pedirle a tu niño que imagine otros posibles finales o nuevos personajes.

4.- Recreación grupal. Además de fomentar el espíritu creativo y la imaginación, los juegos grupales le ayudarán a desarrollar otras habilidades, como la expresión oral y la memoria. Una propuesta puede ser inventar historias, proporcionándoles un inicio como “había una vez un niño llamado Pablo que disfrutaba pescar en el río…”; y cada uno debe ir aumentando hasta encontrar un final.

5.- Los ejemplos arrastran. Tanto en la forma de pensar como de hacer las cosas, ten la mente abierta, no tengas miedo de intentar nuevas formas de manejarte, sal de la rutina y sé espontáneo. También muestra al niño el tema en que estás interesado y participa con él, para animarle a desarrollar sus intereses creativos.

Siempre recuerda:

  • Respeta el juego infantil. Provéele lo necesario para su aprendizaje, pero no llenes su agenda de obligaciones que atiborren su día sin dejar espacio al juego. Los niños necesitan tiempo libre en el que sea su creatividad la que guíe sus actividades.
  • Valida sus pasos. Sin notarlo, a veces nos reímos o permitimos que los hermanos se burlen de sus ideas. Por el contrario hay que escucharlas con atención ya sean historias, chistes o canciones. Es importante que el niño perciba que lo que él hace tiene un valor y nosotros así lo percibimos.
  • Dale un entorno interesante. Escoge un área de la casa o un rincón en su habitación en donde el niño pueda dar rienda suelta a su imaginación, incentívalo a coleccionar “tesoros” encontrados, pintar murales o tener una pizarra en la pared, y sugiérele ideas variadas que pueda hacer.
  • Dale libertad para crear juegos nuevos. Permítele usar juguetes de diferentes maneras, inventando reglas nuevas. Por ejemplo armar con bloques naves o barcos diferentes a los que estaban definidos, usar cartas para inventarse juegos con reglas creadas por él mismo.

7 recomendaciones para el regreso a clases con armonía

La temporada de vacaciones cambia todo en la rutina de padres e hijos. Los horarios son flexibles y se presentan nuevas actividades como paseos, playa, deportes y juegos con amigos. Al ser muchas semanas de vacación, estos cambios suelen convertirse en hábitos, por lo que padres e hijos deben adaptarse nuevamente al año escolar.

Al igual que sucede en los adultos con la vuelta al trabajo, ciertos niños también sufren el síndrome postvacacional al incorporarse a la rutina escolar.

Los padres pueden contagiar entusiasmo e interés a sus hijos para que esta transición de las vacaciones a las clases no sea una carga negativa.

7 recomendaciones para el regreso a clases con armonía:

Una de las cosas que más les gusta a los chicos de las vacaciones, es tener libertad en los horarios. Por ello se recomienda empezar gradualmente la rutina del colegio dos semanas antes del inicio de clases. Por supuesto no debe ser de manera estricta, pero sí es de utilidad que se empiece con algo de la rutina que se tenía en época escolar, como por ejemplo la hora de acostarse y levantarse.

1. Seguridad

Una buena estrategia para lograr que los niños estén más tranquilos, es anticiparles las cosas. Cuando los niños son pequeños y están empezando la etapa escolar, es importante informarles datos del colegio, sobre todo si es nuevo, darles detalles y contarles cómo será su entorno en todo sentido.

Con niños ya escolarizados, podemos jugar a la escuelita para que recuerden cómo es esa rutina, recordar con ellos los lindos momentos del año pasado y compartir las expectativas que tienen para el nuevo año. En el caso de que sea la primera vez que van a la escuela, podemos llevarlos a visitarla, y que se familiaricen con las instalaciones, el patio, y los docentes.

2. Conocer a los docentes

Además, es de mucha utilidad tomarse un tiempo para hablar con la maestra o el maestro de nuestros hijos. No necesariamente sobre su rendimiento académico, sino sobre el estado de ánimo y actitud que tengan en clase.

3. Hábitos de estudio

Establezca reglas de estudio con los pequeños desde el inicio de clases. Póngales un horario para hacer la tarea y un lugar apropiado. Organizarse les ayudará a sentirse más seguros.

4. Aspecto social

Las relaciones sociales son muy importantes. El hacerse amigos, sobre todo de sus mismos compañeros, es muy importante para el proceso de adaptación. Será sumamente valioso generar en ellos el sentimiento de pertenencia al grupo, creando ocasiones de encuentro entre los niños fuera del horario escolar.

5. Atención a síntomas y signos

Es posible que observemos en los niños algo de cansancio, falta de apetito, somnolencia, falta de concentración, dolores musculares, taquicardia, molestias en el estómago o insomnio. Estos signos son pasajeros, hay que atenderlos y estar atentos a que vayan reduciendo su presencia y desapareciendo conforme los niños se hayan adaptado de nuevo a la vida escolar.

6. Motivación y ánimo

A nivel emocional también se puede observar falta de interés, irritabilidad, nerviosismo, inquietud, indiferencia o tristeza. Para combatir estos síntomas es bueno aclarar la idea o sensación de que las vacaciones son un estado absolutamente opuesto al periodo de trabajo y por tanto que uno es sinónimo de placer y el otro lo es de malestar y sufrimiento. Se debe proporcionar diariamente momentos de descanso y de recreación.

7. Fortalecer la independencia

Favorecer su autonomía. Valorizar los logros que vayan alcanzando los niños. Hay que transmitirles la alegría que supone ir a la escuela. Aprender, conocer nuevos compañeros, tener cierta independencia, desarrollar sus propios gustos. Es normal que se genere un proceso de adaptación al inicio, en el que algunos niños sienten un poco de ansiedad, dificultad para ajustarse a los horarios del colegio, o un poco de desánimo, así mismo, a veces ocurre todo lo contrario y los chicos se adaptan de manera inmediata.

Comenzar algo nuevo usualmente genera una mezcla de emoción y ansiedad. Debemos acompañar a nuestros hijos en el inicio del año, con ánimo y contagiándoles alegría y seguridad para emprender este nuevo reto.

La triple misión de las vacaciones escolares

Las vacaciones escolares cumplen una triple misión que debe ser aprovechada a plenitud. Descanso, diversión y desarrollo. Acercándose las vacaciones escolares, surgen un sinnúmero de posibilidades en cuanto a qué hacer y cómo pasar el tiempo.  El tiempo libre y carente de estructura, traerá consigo oportunidades de llevar a cabo todo lo que no fue posible hacer en época de clases. Los días de clase son extensos, y sumado a eso muchos niños tienen actividades extracurriculares o diversos compromisos de acuerdo a su edad. Asegurémonos que las vacaciones de nuestros hijos cumplan la triple misión de las vacaciones escolares:

Descanso

  • Esparcimiento. Permitámosles que tengan suficiente tiempo de ocio al día, en el que ellos decidan cómo distraerse, y busquen los recursos para hacerlo.
  • Relaciones familiares. Las vacaciones son el mejor momento para enriquecernos como familia y fortalecer vínculos entre padres y hermanos. Llevemos a cabo actividades con cada hijo, como por ejemplo llevarlos con nosotros a hacer diligencias, y luego compartamos un momento gratificante con ellos. De tal manera conocerán lo que hacemos en el tiempo que ellos están en el colegio, y a su vez irán madurando y respetando más nuestro esfuerzo.

Diversión

  • Actividades lúdicas. El juego tiene una gran importancia en los niños. Probablemente en los meses de clases, ha habido poca oportunidad para que los niños usen su imaginación y se inventen maneras de divertirse. Como padres podemos enseñarles a crear, motivarlos a entretenerse sin mayores complicaciones, proponerles juegos de azar, de mesa, y hacerlos partícipes de actividades rutinarias de la casa.
  • Manejo del tiempo. Enseñémosles a nuestros hijos a repartir el tiempo de manera acertada. Es conveniente que los días estén llenos de variedad de actividades, y que no hagan lo mismo todos los días. Por ejemplo, si el niño invierte todas las horas de la tarde en jugar videojuegos, y esto se repite toda la semana, es evidente que no estaría aprovechando bien su día. A su vez si pasa todos los días jugando únicamente fútbol, podemos darle ideas de qué hacer dentro de casa como por ejemplo hacer un rompecabezas con la familia. Los periodos que invierte en sus actividades deben ser variados y para ello propongámosle diferentes opciones.

Desarrollo

  • Reforzar habilidades. Antes de terminar el año escolar, es probable que tengamos en mente algunos aspectos del desarrollo de nuestros niños que deben ser reforzados. Pueden estar en el área de aprendizaje, aprovechamiento o conducta. Revisemos aquellas áreas para que el siguiente año escolar empiece con armonía.
  • Aprender algo nuevo. Motivemos a nuestros hijos a aprender algo nuevo, que a la vez los incentive y divierta. Analicemos con ellos sus talentos e intereses, para descubrir qué podría interesarles. Si es posible, ofrezcámosles aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento musical. Desarrollemos un plan corto y concreto para brindarle la ayuda que necesita.

Algunas actividades:

  • Llevarlos a hacer diligencias con nosotros
  • Juegos de azar
  • Juegos de mesa
  • Actividades de la rutina doméstica
  • Practicar deportes (variados)
  • Armar rompecabezas
  • Reforzar conocimientos escolares
  • Aprender un nuevo idioma
  • Tocar un instrumento musical

Las esperadas vacaciones traen consigo múltiples oportunidades, es por eso que debemos evitar que los niños se dejen llevar por la comodidad pues a los pocos días estarían aburridos. Este tiempo libre debe ser recordado como una de las épocas más felices de la infancia, donde se empiezan nuevas amistades, se viven experiencias novedosas, se aprenden habilidades fuera de lo cotidiano, y como consecuencia se van creando recuerdos para la posteridad.

  Cuéntanos en los comentarios, cuáles serán las actividades que tus hijos realizarán en estas vacaciones.  Si tienes alguna pregunta, puedes hacerla en nuestro consultorio online

¿Cómo estimular las habilidades sociales de mi hijo de dos años?

El desarrollo social es muy importante en la vida de los niños, y de él dependerán muchas habilidades que se adquieren en la interacción con sus pares. Los padres estamos constantemente preocupados por el crecimiento saludable de nuestros hijos. Pensamos en salud, y en hitos importantes como el fijar la mirada, el gateo, el lenguaje, la marcha, entre otros. Antes de cumplir los dos años, usualmente notamos cambios en el niño, como por ejemplo:

  • Nuevos intereses, le aburren los mismos juguetes.
  • Creciente independencia, quieren hacerlo todo sin ayuda gracias a sus avances en las habilidades motoras.
  • Muestra simpatía o antipatía hacia ciertas actividades, comidas o personas.
  • Mayor lenguaje y sociabilidad.

Para el adecuado desarrollo y evolución de esta área, es sumamente importante que reforcemos lo siguiente:

  • La participación de los padres de familia como primeros generadores de vínculos socioafectivos.
  • Generar y estimular el reconocimiento de sí mismo: Jugar a preguntarle su nombre, que nombre y/o señale partes del cuerpo, vestimenta, etc. Para ello se puede usar un espejo, y colocarlo en una pared del dormitorio.
  • Estar atentos para reforzar la interacción con otros niños, en áreas que comúnmente visita el niño junto a sus padres.
  • Organizar juegos acompañados, invitar parientes o amiguitos de la misma edad, y decir el nombre de cada uno para reconozcan la presencia del otro.
  • Darle pequeñas tareas domésticas, para que realice de vez en cuando como recoger ciertos juguetes, pasar objetos, ayudar en la mesa.
  • Mencionarle emociones, expresándoles nuestro estado de ánimo. Para ello se pueden usar dibujos, sellos o máscaras para que se familiaricen con sus sentimientos.

El desarrollo psico-social del niño le permitirá comprender los sentimientos de los demás, controlar sus propios sentimientos y comportamientos, y manejarse bien en su entorno. Una relación positiva de un niño con adultos que le inspire confianza y seguridad, es la clave para el desarrollo socio‐emocional exitoso. ¿Por qué es tan importante adquirir habilidades sociales desde temprano en la infancia?

  • El desarrollo social es tan importante como el desarrollo cognitivo y físico
  • Provee al niño un sentido de quién es en el mundo
  • Ayuda a establecer relaciones de calidad con los demás
  • Impulsa a la comunicación
  • Fomenta la interacción con nuestros pares
  • Ayuda en la resolución de conflictos
  • Es básico en el desarrollo de la autoestima
  • Motiva a lograr sus metas

Establecer una firme base socio‐emocional desde la niñez nos ayudará a prosperar y ser felices en la vida.  Estaremos  mejor preparados para manejar el estrés y perseverar durante los momentos difíciles de la vida adulta.

Debemos aprender a interpretar las señales emocionales de nuestros hijos, para que podamos ayudarlos a identificar sus emociones; debemos interactuar con ellos en   forma afectuosa; demostrar consideración por sus sentimientos, deseos y necesidades; expresar interés en sus actividades diarias; respetar sus puntos de vista; expresar orgullo por sus logros y motivarlos y apoyarlos durante los momentos de estrés.

Tenemos una importante responsabilidad con nuestros hijos. Debemos estimularlos y proveerles de lo necesario para que se adapten a su ambiente social y que desarrollen paulatinamente conceptos como identidadautoestima y confianza básica.

5 errores comunes en la crianza de hijos

Ser padres trae consigo una serie de emociones nuevas y una alegría inimaginable.

¿Cómo saber si mi hijo tiene ansiedad?

El miedo ha sido una constante en el desarrollo humano. La aparición de la ansiedad en los niños nos muestra su evolución, indica que el niño está adquiriendo una consciencia sobre su propia individualidad y sus recursos. A lo largo de la infancia aparecen miedos considerados normales. Empezando los 7 años y junto a la etapa escolar, los niños enfrentan nuevos retos y escenarios en los que pueden triunfar o fracasar. El rendimiento escolar y deportivo, junto a sus relaciones sociales, pueden ser fuente de satisfacción pero también generadores de ansiedad.

¿Cómo saber si la ansiedad infantil es propia del desarrollo evolutivo, o se está volviendo un cuadro patológico?

Para determinar si lo que observamos en nuestros hijos puede ser diagnosticado como un trastorno de ansiedad, debemos conocer estos dos puntos clave:

  • La intensidad. El grado de ansiedad que presenta el niño, el efecto que tiene este cuadro en su vida diaria y en la relación con los miembros de su familia y amigos.
  • La duración. El tiempo que ha transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta la presente fecha.

A continuación una descripción de los principales trastornos de ansiedad observados en la infancia, que han sido clasificados en 6 grupos de acuerdo a sus detonantes y al entorno en el que se manifiestan.

1.- Ansiedad por separación.

Es común que en algunas circunstancias los niños se preocupen por separarse de su hogar o de sus padres. Estemos atentos a esta situación en caso de que sea una constante y causa de malestar en la familia. Signos a observar:

  • Preocupación excesiva por la salud o seguridad de sus padres.
  • Miedo a estar solo, o a que algo terrible lo separe de su familia.
  • Negativa a ir a la escuela.
  • Manifestaciones somáticas cuando se anticipa la separación.
  • Insistencia en dormir con los padres.

2.- Trastorno por ansiedad generalizada.

A veces sentimos que nuestros hijos se preocupan en exceso, pero cuando se trata de un malestar o temor que los acompaña la mayoría del tiempo y en diferentes escenarios de su vida diaria, podría tratarse de un trastorno. Características generales:

  • Responsabilidad exagerada, tensión y necesidad de mucha seguridad.
  • Quejas de dolores de estómago u otras afecciones que no parecen tener una causa física.
  • Preocupación crónica y excesiva, difícil de controlar.
  • Fatiga recurrente, mal humor.
  • Berrinches frecuentes ante cambios.

3.- Desorden de pánico.

Los ataques de pánico en el niño pueden ser similares a los de un adolescente o adulto. Se manifiestan con episodios de intenso miedo, sudoración, taquicardia, náuseas o mareo.  Si se dan de manera repetitiva y sin causa aparente, puede tratarse de un trastorno de pánico.

4.- Fobias específicas.

Los niños con fobias tienen un temor exagerado y a veces irreal a ciertos animales, situaciones u objetos. Las más frecuentes son:

  • A los animales.
  • A irse a dormir.
  • A la escuela.
  • A la oscuridad.

Debemos diferenciar la fobia de los temores normales y evolutivos. Estos últimos desaparecen luego de seis a ocho meses de haberse presentado.

5. Trastorno obsesivo compulsivo

Los niños y adolescentes con trastorno obsesivo-compulsivo, se ven atrapados en un patrón de pensamientos y comportamientos repetitivos. Aunque puedan reconocer que éstos parecen sin sentido y traumatizantes, son muy difíciles de detener. Las obsesiones empiezan con ideas recurrentes y están acompañadas de una sensación de malestar. Los comportamientos compulsivos aparecen con la necesidad de ejecutar una acción con el objetivo de aliviar esa ansiedad, o impedir que algo malo suceda.

6. Trastorno de estrés post traumático

Los niños que han vivido o presenciado una situación sumamente estresante, pueden presentar ansiedad recurrente y posteriormente suelen experimentar el acontecimiento una y otra vez en forma de fuertes recuerdos u otra clase de pensamientos perturbadores. Como resultado, pueden intentar evitar todo lo que se encuentra asociado con el trauma. También sobreactuar al sobresaltarse o tener dificultades del sueño.

¿Cómo tratar el cuadro de ansiedad?

A diferencia de los miedos evolutivos, comunes dependiendo la edad, los trastornos de ansiedad en los niños no desaparecen por sí solos, incluso pueden intensificarse y predisponerlos a sufrir otros trastornos emocionales o también dificultades en el aprendizaje. El abordaje debe realizarse en cuanto se observan los primeros signos de dichos trastornos, de manera integral. Principalmente desde el área psicológica, se han visto buenos resultados con la terapia cognitivo-conductual. Esta terapia consiste en:

  • Desarrollar un plan de acción personalizado, con pasos y tiempos determinados por el profesional, los padres y el niño.
  • Enumerar los signos más relevantes que se desean modificar y de manera gradual “desensibilizar” y acercar al niño a ellos.
  • Determinar refuerzos positivos que serán implementados a los comportamientos que deseamos repetir o instaurar.
  • Técnicas de relajación y respiración.

Es fundamental el apoyo de todos los miembros de la familia en este proceso de mejora. Los hermanos juegan un papel importante y deben conocer el camino por el que atraviesa su hermano/a. Dependiendo el caso con el que estemos lidiando y qué tipo de ansiedad observamos, sería de mucha ayuda tener un acercamiento a la escuela. Los chicos pasan un tercio del día en ella, y sus compañeros y profesores pueden apoyar en este proceso. En ciertos casos, hay que analizar si los estresores se repiten en la escuela para implementar los cambios apropiados.

El entorno del niño debe de ser armonioso y los padres deben mantener una comunicación franca y abierta. Se debe tener mucha paciencia, sentido del humor y reducir los propios niveles de estrés para de esa manera enseñarle a enfrentar el futuro con optimismo.

 

 

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