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¿infidelidad económica? Cuando el dinero se interpone en la pareja

 ¿Que significa infidelidad?

Existen varios tipos de infidelidad dentro del matrimonio, no solo la afectiva. Hoy quiero compartir con ustedes algunas ideas sobre la infidelidad económica o financiera, alejada completamente de tecnicismos legales o posiciones feministas o machistas, simplemente desde lo que sucede humanamente dentro de la pareja en el matrimonio.

Siempre será mejor tener un conflicto abierto sobre el uso del dinero que una decisión oculta unilateral sobre su disposición

¿A qué me refiero?

Existen diferentes formas en las cuales las parejas manejan la economía familiar, es más, hay muchísima creatividad y diferencia de una pareja a otra. Lo importante en este aspecto es que haya un acuerdo entre los dos, y si es explícito mucho mejor, podríamos hablar prácticamente de un contrato en el cual las dos partes se ponen de acuerdo sobre una materia: el manejo de los ingresos y egresos amén de quién los produzca.

Las posibilidades son casi infinitas: si los dos aportan, si solo uno lo hace, si lo que los dos aportan es para los dos, o si lo que él produce es para los dos y lo que ella genera es para ella... Este es un tema, que aún en plena sociedad postmoderna, sigue siendo sensible y con muchos matices.

Usualmente las parejas van al matrimonio sin haber conversado sobre cómo será el manejo de la economía dentro del hogar, y lo que sucede es que cada uno lleva diferentes expectativas de cómo debe ser, según la experiencia que traen de sus propias familias, algunos queriendo hacer exactamente lo mismo que sus padres, porque lo consideran un buen ejemplo, otros queriendo diferenciarse de ellos, pues vivieron experiencias conflictivas, pero siempre llegan con una expectativa que van a tratar de cumplir.

¿Cómo se origina?¿Qué es la infidelidad económica?

El problema se origina en la falta de comunicación acerca de éste ideal, pues cada uno puede traer experiencias opuestas y al no compartirla hay ya un desacuerdo implícito, y por lo tanto un conflicto latente o disfrazado. Para evitar éste problema lo más recomendable es que exista un diálogo sincero sobre cómo creen que deban manejar esto y sobre cual es su realidad, sus planes económicos, y así ver en dónde están las coincidencias y las diferencias, para poder negociar sobre éstas últimas.

Si no existe este dialogo y por lo tanto la posibilidad de conocer lo que el otro piensa y un acuerdo… pueden llegar a la infidelidad económica que es la ocultación de ingresos e inversión de los mismos. Siempre será mejor tener un conflicto abierto sobre el uso del dinero que una decisión oculta unilateral sobre su disposición. No es lo mismo discutir por las prioridades sobre las cuales debe invertirse, que ocultar lo que se tiene.

Cuando uno miente al otro sobre cuanto gana o si omite compartir con el otro el valor de sus ingresos, o si ha recibido una bonificación adicional o una utilidad, y la pareja espera que comparta la información y se le comunique en qué lo va a disponer o que juntos dispongan sobre esos ingresos, la desconfianza se instala en el otro, tarde o temprano se descubre, y se lo vive como un engaño. Ahí es cuando empieza uno a perseguir al otro con preguntas hasta el cansancio, a revisar bolsillos, a abrir estados de cuenta, a buscar en cajones, esperando encontrar eso que se ha escondido, o sino, en retribución realiza un gasto enorme, o retira fondos a escondidas en represalia. El comportamiento es exactamente igual que cuando se descubre a una/un amante: confrontador, perseguidor y con un gran resentimiento. Y el que ha ocultado, lo que hace usualmente es negar a morir. La consecuencia es usualmente la separación, o sino una herida muy grande, difícil de reparar.

Confianza y acuerdos

El matrimonio es una institución en la que debe primar la confianza, en la que tanto esposo y esposa deben ser personas confiables para el otro. Donde la lealtad y la sinceridad deben estar presentes siempre. No se trata de una relación en la que tengo que cuidarme del otro y vigilarlo para que no me traicione. ¿Para que nos puede servir ocultar las finanzas y las inversiones a la pareja? Cuando oculto algo es porque obviamente no quiero que el otro se entere, es un secreto.

Existen experiencias muy dolorosas, para un hombre que está haciendo grandes esfuerzos para mantener a su familia, y en dónde hay necesidades, descubrir que su esposa con sus ingresos tiene una cuenta secreta, así como para una mujer puede ser terrible encontrar la escritura de un departamento cuando todavía no tienen casa propia y alquilan año tras año. O mujeres que esconden cuentas de ahorro porque quieren estar preparadas en caso el matrimonio termine, y hombres que tienen estas cuentas escondidas como fondos de provisión para un imprevisto, creyendo que si revelan su existencia, él otro va a despilfarrar.

Algunos argumentan que el que genera los ingresos debe tener autonomía y libertad sobre la disposición de éstos. Otros, que la esposa u esposo son muy gastadores, y que si estuvieran enterados de la realidad de los ingresos o de los ahorros se lo gastarían todo. Habrá parejas para quienes esto ya es un acuerdo desde el inicio de su relación, en dónde uno administra libremente sin dar cuenta, y compartiendo lo que le parece, Pero hay otras que no se han definido bajo éstas premisas, y justamente esperan poder compartir las decisiones económicas, más aún si son los dos los que aportan al hogar.

“Cuentas claras chocolate espeso”

Un matrimonio que aspira a vivir plenamente la confianza, y alcanzar la madurez, deberían estar en capacidad de ser muy sinceros el uno con el otro, sobre lo que se tiene, y el destino que se le dará. Y en caso de desacuerdo, lo saludable será conciliar, y no por temor a la reacción del otro, ocultar.

La infidelidad económica es una crisis que podemos evitar. No se trata de compartirlo todo y perder completamente la intimidad y la autonomía, sino de llegar a acuerdos, en los que pueden contemplar presupuestos y prioridades, así como grados de libertad mutuos, de libre disposición.

Sisu: determinación en la adversidad

En Finlandia utilizan la palabra SISU (determinación en la adversidad).  Me llamó mucho la atención la expresión y pregunté en qué circunstancias la utilizan,

Matrimonio: Amar para siempre

Antes una refrigeradora era para toda la vida, cada objeto que adquiríamos era con la promesa, y también esperanza que durara mucho tiempo, lo más posible, para no tener que reemplazarlo, y si fuera posible, ¡para toda la vida!

Las relaciones entre las personas son el reflejo de la era consumista… mientras nos benefician y nos sirvan las adquirimos, las conservamos mientras sean útiles, luego cuando ya no nos rinden, las desechamos, como objetos: dejaron de cumplir la función por las cuales se las eligió.

¿Ahora que sucede? Cuando se daña, viene el técnico y nos dice, nada como las de antes, si ésta refrigeradora nueva se daña, mejor bótela y compre una nueva, repararla es muy caro, ahora todo lo hacen desechable.

En los tiempos que vivimos, queremos consumirlo todo y vivir para el placer y bienestar, la comodidad se ha convertido en un valor, es decir esforzarnos poco o nada, pero recibir a cambio todo lo que sea posible.   Pensamos, que es en esta forma como encontraremos la felicidad.   Cuando vamos al mall y compramos algo, apenas vamos saliendo ya pensamos en que más queremos regresar a comprar, invertimos mucho tiempo pensando en los objetos que nos faltan, y no tanto en lo apenas adquirido, es como si perdiera valor rápidamente, con poco uso ya es viejo..."está usado".

Me preguntarán: ¿que tiene que ver esto con el amor y el matrimonio? ¡Pues todo! Ahora el amor ha pasado a ser un bien de consumo más, igual que con la refrigeradora, ya no esperamos que "el matrimonio sea el amar para siempre", y si es que todavía pensamos que sea para toda la vida, no ponemos todos los medios para lograrlo esperamos que sea el otro el que lo haga.  Son pocos los decididos a poner todo de sí mismos para salir adelante frente a las dificultades.

Las relaciones entre las personas son el reflejo de la era consumista… mientras nos benefician y nos sirvan las adquirimos, las conservamos mientras sean útiles, luego cuando ya no nos rinden, las desechamos, como objetos: dejaron de cumplir la función por las cuales se las eligió. Y, que pasó con “te amaré hasta que la muerte nos separe”, se está cambiando por te amaré mientras me des lo que necesito, y de la forma como me gusta” (atención, cariño, independencia de los padres, bienestar económico, comodiad, etc )..."cuando ya no cumple con los requisitos por los cuales lo elegí, busco eso en otra persona que me haga sentir bien, que me de lo que busco…” "pues me merezco algo mejor, no nací para sufrir…sino para ser feliz” es lo que escuchamos.

Amar por un tiempo:

Cuando hablo del amor para un rato me refiero a las relaciones rápidas, intensas, que duran poco, en donde no hay un compromiso, sin embargo entrego mucho, a uno mismo en el acto sexual, pero CREO que doy poco, pues tratan de proteger todas sus emociones para no sufrir luego cuando la relación se termine (casi siempre están pensando, ¿cuando es que se termina?, pues no hay entre ellos un contrato implícito a largo plazo, ni la posibilidad de que exista). La gran paradoja es que mientras se trata de ser feliz, solo se encuentra el vacío y la tristeza que deja una relación más, en la que no se comprometen por protegerse emocionalmente, pero terminan silenciosamente heridos. Esto sucede tanto en parejas en etapas de enamoramiento, como en los matrimonios, que ha pesar de tener un rito explícito en el cual se prometen estar toda la vida juntos, no creen que eso sea posible.

¿Qué nos llevó a esto? ¿Qué sucedió que ahora las relaciones son tan frágiles?

El compromiso se ha convertido en un desafío a los tiempos postmodernos en los cuales el consumo, el bienestar y la comodidad son el hilo conductor de la vida.

Los miedos:

Existe realmente un terror al compromiso, que a la vez encierra muchos miedos.  Miedo a perder la independencia para hacer lo que quiero a la hora que me provoca….y volverme dependiente y perder espacio de acción…miedo a la incertidumbre que trae una relación de dos… miedo a perder comodidades… miedo a que el otro saque lo peor de mí… miedo a que no confíen en mí… Miedo al conflicto…miedo a renunciar a algo para llegar a acuerdos… miedo a no recibir lo que espero… miedo a perder el control de la situación…miedo a donarme por entero y que el otro lo haga a medias… Miedo a que el otro no se comprometa como yo y me deje… desconfianza en el otro... miedo a el cambio…en el fondo existe un gran miedo a sufrir y a amar.   Estos miedos se convierten en una gran coraza, que a la vez que me protegen de salir herido de una relación, impiden que el otro me ame, pues no pueden llegar a mi… y por lo tanto impiden que ame, pues si amo podría quedar indefenso.

Si no me comprometo, no me entrego por lo tanto elijo ser libre, sin responsabilidades hacia un Tu, vivo una falsa felicidad, pues lo que encuentro es soledad, egoísmo, resentimientos, heridas. Una relación sin compromiso está destinada a morir. Es una trampa, en la que encuentro exactamente lo contrario a lo que buscaba.

¿Que significa amar para siempre?

Cuando dos personas elijen estar juntas para toda la vida, con plena convicción de su decisión, se comprometen a amar al otro, a dar lo mejor de sí, a cuidar al otro, a respetarlo, a incomodarse, a plantearse un proyecto de vida en común. El ser amado resulta como respuesta del amar al otro.

Si me comprometo con otra persona en una relación para toda la vida, tendremos momentos de intimidad, alegría, ternura…viviremos con la seguridad que para los dos la relación es para siempre, lo que implica que ante las dificultades, las tristezas, los desacuerdos, los resentimientos, los sufrimientos que son parte natural del matrimonio, trataran juntos de buscar soluciones, para vivir plenamente esta meta, y no será la separación la primera respuesta.

Es decisión nuestra si elegimos relaciones sin compromiso, o elegimos amar a otro para toda la vida, con la disciplina y voluntad que cada uno de nosotros posee, dispuestos a caminar con nuestra pareja a través de los inviernos, fríos y sombríos, así como disfrutar de las primaveras soleadas y florecidas, con la disposición de mantenernos de la mano del otro.

Cómo solucionar los conflictos de pareja

Existen muchas situaciones que desencadenan en problemas conyugales.  A continuación describimos algunos de ellos y la forma como solucionar los conflictos de pareja.

1. ¿ Quién tiene la razón?

“yo se reconocer cuando me equivoco, pero ella… Nunca!

Lo más común es pensar que uno tiene la razón y el otro está equivocado, y esperar siempre a que el otro se disculpe por su falta. Es frecuente la frase: “yo se reconocer cuando me equivoco, pero ella… Nunca” .   Mientras pensemos así va a ser muy difícil solucionar el problema.

¿Han pensado alguna vez cómo se siente el otro cuando discutimos, y qué es lo que lo lleva a comportarse de esa manera? Más aún, ¿que hacemos nosotros para provocar esa reacción en el otro?   Cuando hay una discusión hay dos posiciones y estas se influencian recíprocamente todo el tiempo.

En vez de estar acusando al otro de culpable, y si nos importa lo suficiente nuestra relación, el ejemplo a nuestros hijos y el ambiente familiar, podríamos dejar del lado la dinámica ataque/defensa/ataque para ser protagonistas del cambio. ¿Cómo?   Pensando: qué puedo hacer yo, dónde debo cambiar yo, para que estas diferencias no terminen en discusiones eternas en dónde nos herimos y resentimos, sino que lleguemos a una solución constructiva. En el momento en que uno cambia algo en sí mismo, el otro lo hará también, pues sentirá una relación mucho más placentera y estará motivado a continuar con la dinámica positiva, sobre todo sentirá que le importa al otro, y esto hará que valga la pena el cambio.

Esto no es fácil… muchas personas consideran que esto es rebajarse frente al otro… Yo no lo creo así, siento que es de valientes tomar la iniciativa, sobre todo cuando hay amor y de verdad se quiere luchar por la relación.

2. ¿Y el resentimiento?

El perdón es buen compañero, es ofrecer al otro una nueva oportunidad y no sacar en cara en las próximas discusiones la lista de ofensas recibidas con anterioridad

En cualquier discusión, si no se llega a una conclusión oportunamente, se puede pasar rápidamente del tema en cuestión, "las malas notas del hijo",por ejemplo, a herirse la pareja duramente. Es ahí cuando los ataques se convierten en descalificaciones verbales y gestuales, agrediendo al otro con todo nuestro cuerpo, en la medida en que las discusiones son más frecuentes, las descalificaciones aumentan hasta llegar al punto de haber acumulado grandes dosis de resentimiento en contra del otro.   El resentimiento es mal acompañante. ¿Cómo salir de una situación tan negativa? No es fácil, pues ya hay mucho dolor, y es real.

El perdón es buen compañero, es ofrecer al otro una nueva oportunidad y no sacar en cara en las próximas discusiones la lista de ofensas recibidas con anterioridad. El que ha ofendido siempre podrá reparar el daño cometido, es decir, reconocer su responsabilidad pidiendo perdón y haciendo un gesto positivo que le sirva al otro como símbolo para restituirle lo quitado. Es un acto, cómo unas flores, o una cena, una conversación con los suegros, después del cual los dos puedan pasar la página.

3. Una comunicación positiva.

Trasmitir lo que queremos decir no debe significar tener siempre un conflicto o una pelea aunque el otro piense diferente

La forma cómo nos comunicamos tiene mucho que ver en la manera de resolver nuestros conflictos, favoreciendo o desechando la posibilidad de llegar a un acuerdo. Una mala comunicación es fuego en la discusión, una buena comunicación es una puerta que se abre para llegar a un acuerdo.

Una cosa es decir: “otra vez a casa de tu mamá, ¿acaso no tienes nada mejor que hacer?” ella contestará “si, y qué”… muy diferente sería que le pregunte: “¿Vas a ir hoy a casa de tu mamá? Hoy viene el maestro carpintero y me gustaría que lo atiendas” Seguramente ella responda, “si iba a ir, pero mejor hago lo que me pediste”. En el primer caso la pregunta parecería encerrar un reclamo y además un juicio de valor, que a su vez causa malestar y se convierte en conflicto, el segundo demuestra la verdadera intención que era pedir un favor. Y si lo que lo preocuparía a él es en realidad la frecuencia con que ella visita a su mamá, seria mejor que se lo pregunte directamente: “Me preocupa que pases todos los días en casa de tu madre” es una frase que invita al diálogo a través del cual podrán conocer mejor que la motiva a esas visitas, a la vez de saber ella lo que el opina o siente sobre eso.

“Este niño sí que es engreído, la mamita le da de comer en la boquita” es un comentario que descalifica a la madre y al hijo y lo que consigue es que se alejen del padre, si lo que el quiere es ayudar a la autonomía del hijo, mucho mejor vendría que diga “que te parece si dejas al niño comer solo, creo que lo ayudaría a crecer”   de ésta forma se dice lo que se piensa y se transmite la verdadera intención, evitando la descalificación.

“¿Qué manera de llegar tarde, de dónde vendrás?” Esta pregunta llevará al esposo a una contestación seguramente defensiva, porque lo que trasmite es desconfianza, pero si le dice “estás llegando tarde de la oficina, te extraño”, lo invita a que le cuente porqué llega tarde y seguramente a que se esfuerce en llegar temprano la próxima vez.

La forma en que comunicamos las palabras y los gestos con los que las acompañamos son de gran importancia al momento de tener un diálogo, trasmitir lo que queremos decir no debe significar tener siempre un conflicto o una pelea aunque el otro piense diferente…puede haber un gran desacuerdo, pero comunicado positivamente y trasmitiendo el argumento y los sentimientos propios al respecto nos lleva a respetarnos y conocernos mejor, las descalificaciones solo nos distancian.

De la forma cómo los adultos de la familia, la pareja, enfrentemos nuestras diferencias directamente, y lleguemos a acuerdos en dónde unas veces se le de la razón a uno, y otras veces al otro, permitirá a los hijos crecer con un modelo de familia en donde se puede llegar a acuerdos y respetar a la otra persona aunque tenga un criterio diferente al propio. Y si la pareja se ha ofendido y luego han salido fortalecidos de la crisis se estará modelando que nosotros también nos equivocamos, pero somos capaces de perdonar y reparar porque amamos.

  

¿Mi pareja o mis hijos? ¿Quién debe ser prioridad?

Con mucha frecuencia escucho decir: ¡Desde que nacieron nuestros hijos se acabaron las vacaciones de pareja, mi esposo no puede viajar si no es con nuestros hijos! ¡Dice que le da pena dejarlos! … Ya no tenemos tiempo para nosotros!

¿Mi pareja o mis hijos?

Si no es ella la que lo dice, lo dice él, o si no lo cuentan como algo que les ocurre a los dos, pero en conclusión cada vez tienen menos momentos para ellos, o no tienen ninguno. ¿Por qué será que muchas parejas renuncian a sus momentos de esposos para dedicarse exclusivamente a los hijos? Será solo que les da pena dejarlos, o en realidad lo que sucede es que ponen a su rol de padres en primer lugar sobre la pareja? Tras esta queja se esconde una dificultad de ambos de ser pareja, pues nos resulta mucho más fácil ser padres.

Después del matrimonio uno de los acontecimientos más importantes en la vida de la mayoría de las parejas es el de ser padres. Asumimos esta enorme responsabilidad llenos de amor y de ilusión, a veces con un poco de inseguridad. Esta es una experiencia que nos llena de felicidad y además nos hace sentir necesarios para el bienestar de nuestros hijos. Es emocionalmente una tarea muy gratificante.

Con el nacimiento del primer hijo la pareja de esposos adquiere un nuevo rol: el de padres.   Es entonces en que comenzamos a combinar nuestras actividades de esposos con las de padres, dos roles diferentes en una misma pareja.

Indudablemente con el primer hijo vienen muchos cambios, la pareja debe adaptarse para combinar sus actividades con las responsabilidades propias de ser padres. Esto implica muchos ajustes, seguramente en un inicio la madre estará más pendiente del bebé, mientras el marido se siente desatendido. En la medida que el hijo crece y va a la escuela será cada vez menos dependiente de los cuidados de los padres y estos tendrán más oportunidades de reencontrarse… ¿pero qué sucede? Usualmente para éste momento hemos crecido como padres y le hemos dado a la parentalidad un espacio prioritario en nuestra vida. Todo esto pasa muy rápido casi sin darnos cuenta.   Ahí es cuando nos preguntamos, cual será la prioridad…¿en donde quedó la pareja de esposos?¿o es más importante a nivel personal convertirme en el papa que yo no tuve?

¿Cómo hacer para ser buenos padres y a la vez construir un matrimonio fuerte?

Lo que sucede muchas veces es que el rol de padres crece en detrimento de la propia pareja, y luego estos están tan distanciados que ya ni pueden verse cara a cara. Hay básicamente dos tipos de parejas: las que priorizan el rol de esposos y las que priorizan el rol de padres. Los dos tienen sus ventajas y desventajas. Las dificultades más serias se presentan cuando los dos miembros de la pareja pertenecen a diferentes grupos, uno prioriza el ser padres y el otro el ser esposos.

Las parejas que priorizan su rol de padres garantizan generalmente un muy buen cuidado a los hijos, ellos se sentirán amados por sus padres, y seguramente sus necesidades estarán muy bien atendidas, la dificultad radica en la tendencia a que sean chicos muy dependientes de sus padres y sobreprotegidos.   Generalmente estos padres se sentirán realizados como pareja a través de los logros de los hijos. Además tienen una necesidad muy grande de la presencia de los hijos a quienes se han dedicado, pues si estos se van , vuelven ha estar solos los dos y toman conciencia del deterioro de su matrimonio, lo que a largo plazo repercute negativamente sobre los hijos.

Los que son sobre todo pareja se garantizan un buen matrimonio, y son aquellos que fomentan la independencia de los hijos pues los ven como personas más autónomas y menos necesitados de ellos. Los preparan para que algún día no los necesiten a ellos y puedan estar solos los dos como en un inicio de su matrimonio. El riesgo aquí es que en el afán de lograr la independencia de los hijos los dejen sin la protección y el cuidado necesarios .

¿Qué pasa cuando en la pareja uno es más padre y el otro más pareja?

Aquí se se presenta un conflicto serio, pues estarán en constante disputa, uno por recibir atención de su esposo, y el otro porque considera que su compañero no es suficientemente buen padre. Los dos tienen prioridades diferentes. En este conflicto involucrarán poco a poco a los hijos que terminarán aliándose con alguno de sus padres en contra del otro hasta que el problema influya negativamente en todos los miembros de la familia, causando gran sufrimiento : Son situaciones que a veces nos resultan algo familiares: ¡Que te cuesta salir esta noche conmigo y dejar a los niños! o viceversa: ¡Cuando será el día en que le des importancia a tus hijos y les des un poco de atención!!

Pues los dos tienen necesidades personales emocionales distintas, el uno necesita más de la pareja y el otro necesita más de los hijos.

El reto de la pareja radica en que el ser padres no crezca en detrimento de la conyugalidad, y que ésta no crezca en perjuicio de la parentalidad.

¿Entonces cómo logramos un equilibrio entre éstos dos roles?

Esforzarnos por ser suficientemente buenos padres para lograr hijos amados y seguros de sí mismos que en su momento puedan volar y hacer su vida, al mismo tiempo construir un matrimonio fuerte, que tenga espacio exclusivo para la pareja, que fomente su complicidad, donde puedan resolver positivamente sus conflictos, que luchen por un proyecto en común y que cuando los hijos tengan que partir , se puedan ver cara a cara reconociendo en el otro a su compañero de vida.   finalmente esto influirá positivamente en los hijos porque llevarán el ejemplo de un matrimonio que se dio tiempo para amarlos y educarlos y que para realizar esta tarea a cabalidad se dieron prioridad el uno al otro.

Entonces podremos tener vacaciones de pareja teniendo la seguridad que es un momento en el que disfrutaremos el uno del otro con la plena convicción que estamos invirtiendo en nuestro futuro y con la tranquilidad que nuestros hijos estarán en casa seguros y que no les pasará nada con nuestra ausencia.

¿Cómo reconocer que somos más padres que esposos?

  • Mis hijos duermen con nosotros y nos da pena mandarlos a su cama
  • Todas nuestras vacaciones o momentos de descanso incluyen a los niños
  • Nos cuesta mucho esfuerzo salir de casa sin ellos
  • Nos sentimos culpables si nos divertimos sin nuestros hijos
  • Nuestra conversación gira siempre en relación a nuestros hijos
  • Nos cuesta mucho esfuerzo conversar “sobre nosotros”
  • Sentimos que nos necesitan para tener éxito

Tips para crecer como matrimonio:

  • Dialogar sobre como nos sentimos el uno con el otro
  • Buscar momentos para estar juntos y solos fuera de casa
  • Reservar la habitación como lugar exclusivo de intimidad
  • Enfrentar las situaciones que nos causan conflicto y conversarlas

Necesidades afectivas de los hombres

¿A quién no le gusta recibir una caricia, un beso, un abrazo, unas palabras bonitas? Que nos escuchen con atención, que nos den gusto en lo que es importante, que nos sorprendan…en otras palabras recibir esos pequeños detalles cotidianos en donde nos sentimos amados. Muchas veces tenemos la percepción, nosotras, que esto es privilegio de las mujeres. Tenemos una imagen masculina preconcebida a través de la cultura, de un hombre fuerte, grande, duro, que no tiene necesidades afectivas. Que su naturaleza es práctica, solucionadora de problemas, de pocas palabras. Que solo necesita, su sofá, el fútbol, la comida y el sexo. Pero esto no es tan cierto…

La queja femenina

Nos enfocamos las mujeres en recibir, en esperar de ellos, en quejarnos por lo que no nos dan: y si el me escuchara, y si él se comunicara más, Y si él fuera más cariñoso, y si el colaborara más, y si él me adivinara el pensamiento, y si él fuera menos egoista, y si el se dedicara más a mí, que perdemos de vista sus necesidades afectivas por concentrarnos en las nuestras.

Necesidades afectivas

Las necesidades afectivas son parte de las necesidades primarias del ser humano como el oxígeno (imprescindible para la supervivencia de un ser vivo) las necesitamos desde que nacemos y seguimos necesitándolas siempre, no porque maduremos dejan de ser imprescindibles, las tenemos todos, hombres y mujeres, y en todas las etapas de nuestra vida. A nosotras y tal vez a ellos nos cuesta aceptar su vulnerabilidad, natural, humana, pues, como dice Dalmiro Bustos “su valor como ser humano está dado por la capacidad de ser líder, proveedor, osado, decidido, potente, sin miedo...” Son en realidad tan sensibles, que si en casa la esposa está triste o mal genio ellos también se sienten afectados, no suelen ser indiferentes a lo que les pasa a ellas, es por eso que sostengo que el estado de ánimo familiar es el resultado del estado de ánimo que tiene la mamá/esposa en ese momento. Pueden ser muy bromistas con todos, pero si la esposa les hace una broma a ellos, se resienten, y lo viven como deslealtad, pocos son los hombres que se pueden reír de sí mismos

¿Candado emocional?

Cuantos se permiten decir “me siento triste”, “frustrado”, “con miedo”, y es frente al silencio de las emociones que aparecen las gastritis, úlceras, presiones altas e infartos. En realidad no se si nosotras estamos listas o siquiera les permitimos con nuestro comportamiento de siempre esperar que sean fuertes y seguros, que ellos expresen sus emociones en casa. Si van a terapia ellos son capaces de mostrar sus inseguridades y hablar sobre sus sentimientos. ¿Pero, hay que ir a terapia para poder mostrarse a la esposa? O ¿se puede empezar en el hogar? Será que nosotras nos pasamos la vida esperando ser contenidas por ellos, que no permitimos que ellos se expresen con nosotras por evitar tener que contenerlos, pues es algo que de repente no sabemos cómo hacer… o nos da miedo vislumbrar la vulnerabilidad de nuestra pareja y aceptar que no son tan fuertes e invencibles como siempre hemos creído, lo que nos causa mucha inseguridad a las mujeres. A nosotras nos es tan fácil expresar lo que sentimos, tenemos permiso para ello y nos han educado para que sea espontáneo, casi un derecho ganado por ser mujeres, pero a ellos no…es como si tuvieran un candado emocional que nadie quiere abrir….ni ellos, ni nosotras…sin embargo muchas veces disfrazan estos sentimientos y necesidades emocionales con manifestaciones de furia, mal genio, silencio, cansancio, mostrándose agresivos, cuando eso no es lo que están sintiendo. Vivimos una gran paradoja, pues perseguimos muchas veces a nuestros esposos para que dialoguen, hablen, pero al mismo tiempo les mandamos un mensaje no verbal que dice: “eres el hombre de la casa, el proveedor, que debe ser fuerte, y tener éxito” lo cual hace que si ellos tienen algo que decir, que no sea tan bonito de escuchar, lo silenciamos y así nosotras podemos replicar: “es que no hablas nunca” Estoy convencida que nosotras deberíamos comenzar por aceptar que al igual que nosotras, ellos son vulnerables, y necesitan de nuestro amor, no solo expresado en lo que podamos hacer por ellos (que es bastante), sino también en la caricia diaria, la mirada tierna, el beso de la mañana, la palabra cálida, la escucha atenta en lo que me es agradable escuchar y en lo que no lo es tanto...así como a nosotras, a ellos les encanta ser tratados con ternura, aunque no lo pidan y en muchas ocasiones, ni lo demuestren. 

Influencia de la familia política en la relación de pareja

Cuando una pareja decide consolidar su relación e iniciar su vida en común es aconsejable que antes de dar este paso, se comuniquen abierta y claramente sobre los límites que ambos, como una nueva empresa matrimonial, delinearan a sus familias de orígenes respectivamente.

Influencia de la familia política en la relación de pareja

La pareja pocas veces prevé que el proceso de separarse de la familia de origen para formar una nueva familia y consolidarse como matrimonio resulta en muchas ocasiones bastante complejo y difícil de manejar, convirtiéndose en un factor estresante, adicional al que de por si la pareja tiene que enfrentar en los primeros años de vida matrimonial. En este proceso de ajuste y acoplamiento inicial, la pareja, necesita de un espacio que debe ser exclusivo de ellos y que por lo tanto debe respetarse. En este espacio se dará inicio a la conformación de su propia identidad como pareja, identidad que se forjara tomando ciertos aspectos de sus respectivas familias y desechando otros, delineando así su propio decálogo de normas, reglas, limites y funciones a seguir en su nuevo hogar.   Si la pareja no ha sido capaz o no ha sabido negociar los limites que deben tener sus familias en su hogar, se propiciara   la involucración de terceros en funciones que le competen única y exclusivamente a la pareja, generando tensión y conflicto en la relación de pareja. Si esto sucede es al esposo/a a quien le corresponde poner límites hacia su propia familia sin sentir que está traicionando a la misma por apoyar a su esposa/o. Es indispensable que ambos corten el cordón umbilical para establecer un vinculo conyugal desligado de las opiniones de sus padres; ya que al seguir atados emocionalmente a sus familias hará que cada uno trate inconscientemente de complacer o agradar más a su madre/padre que a su esposo/a, quedando atrapado en una guerra de lealtades invisibles, que a largo plazo detonara como una bomba de tiempo que puede ocasionar la ruptura definitiva del matrimonio. En este proceso de desprendimiento me gustaría destacar que el papel que juega la madre (suegra) en la consolidación del nuevo hogar es de vital importancia, debido a que el proceso de cortar el cordón umbilical es de dos vías, no es exclusivo del hijo/a sino también de la madre , qué o quién:

  • En muchas ocasiones se le dificulta este proceso porque no acepta que ya no tiene el protagonismo de antes en la vida de su hijo/a en esta nueva etapa.
  • Se sienten insatisfechas con sus propias vidas y necesitan que sus hijos llenen las carencias de las que son portadoras, esperando la saquen de su soledad.
  • Madres separadas, divorciadas o viudas que han forjado una relación madre/hijo de sobreprotección y cuidados mutuos a quien después de casados agobian con sus excesivas demandas de tiempo, dinero, etc., imposibles de satisfacer; y que a la larga traerá como consecuencia el alejamiento no solo de su hijo sino el rechazo de su nuera/yerno, alejamiento que será vivenciado por la madre como traición de su hijo/a, responsabilizando a su nuera/yerno de dicha traición y alejamiento.
  • Se sienten inseguras y temen perder a su hijo/a y ser reemplazadas y olvidadas por su nuera/yerno, generando competencia por la lucha del afecto del hijo/a.
  • Madres que se sienten con el derecho de pensar, opinar e intervenir en el nuevo hogar ya que su hijo/a no son independientes económicamente y dependen de sus padres.

Por último con el pasar del tiempo es muy probable que la nueva familia crezca y los abuelos interfieran más de la cuenta en aspectos relacionados a la educación y formación de sus nietos, debido a que han establecido normas muy rígidas que esperan que sus hijos respeten y perpetúen. Lo funcional es crear un clima en donde los abuelos puedan dar su opinión sobre la educación de los chicos mas no modificarla. Es vital que los abuelos no desautoricen a los padres más allá de que estén o no de acuerdo con ellos. La premisa básica es que la pareja desempeñe su rol como figuras de autoridad frente a sus hijos y los abuelos desempeñen una función de apoyo, respetando las decisiones que la pareja de padres tomen. Las familias políticas ejercen una gran influencia en la conformación de la nueva pareja y son de gran importancia, pero cuando un miembro se encuentra inmerso en una guerra de lealtades familiares, atrapando a los protagonistas, resulta muy difícil llegar a acuerdos con la familia extensa, por lo que los conflictos emergen ya que no se ha sabido marcar y diferenciar los roles y los limites desde un principio. Indiscutiblemente que el ingrediente esencial para la conformación de una nueva familia es el amor; sin embargo se requiere de ambos miembros de la pareja madurez, respeto y capacidad de negociar diferentes aspectos para la consolidación del vínculo conyugal…..y de un gran esfuerzo para superar el reto de ser hijo/a y esposo/a a la vez. 

Me acabo de separar y descubro que estoy embarazada

Me separé hace un mes de mi esposo y me acabo de enterar que estoy esperando a nuestro segundo hijo. ¿Debemos volver? aunque ya hemos tenido varias separaciones y esta era definitiva. O debemos simplemente tomar de una vez la decisión de divorciarnos, antes de que este bebé también sufra las consecuencias de nuestras peleas. ¿Qué es lo mejor para nuestros hijos? Ayúdenme - CG.

Entiendo que estas atravesando por una situación completa, es difícil decidir una separación cuando se descubre un nuevo embarazo, sin embargo los únicos que pueden tomar la decisión son ustedes dos.

Muchas veces hay parejas que creen que un nuevo hijo puede arreglar las dificultades de la pareja, esto es en realidad un mito, pues un nuevo hijo, así como trae muchas alegrías, también implica nuevas responsabilidades, y una reorganización familiar por la inclusión de un nuevo miembro en la familia. Los problemas de pareja sólo se pueden resolver trabajándolos en pareja con la voluntad de hacer los cambios necesarios para que la relación funcione.

Lo mejor para sus hijos es crecer en un hogar en dónde se los ame profundamente, y en dónde exista estabilidad emocional. Depende de ustedes dos hacer que el matrimonio funcione, o lograr una separación amistosa, en dónde los hijos no sean blanco de sus conflictos. 

¿Un viaje para salvar al matrimonio?

Tengo problemas en mi matrimonio, siento que hace un tiempo ya las discusiones y resentimientos nos separan cada vez más. Mi esposo me acaba de invitar a un viaje, pues dice que unas vacaciones podrían mejorar nuestra relación. Tengo mis dudas de que esto solucione nuestro problema.

 Mónica


Hace un tiempo atrás las parejas pensaban que teniendo un hijo los problemas conyugales se solucionarían, pero luego de un tiempo, en que el bebé ya estaba aquí, las dificultades en vez de solucionarse  habían empeorado, pues nunca se trabajó el problema de fondo, sino que se le puso tierra encima y se siguió viviendo como si nada hubiera pasado, siendo el bebé  una distracción, que con el pasar del tiempo en que ya todos se acostumbraron a su presencia siendo ya parte de la familia, quedaba al descubierto la crisis matrimonial.   Este tipo de "solución" a los problemas matrimoniales dejó de practicarse pues con la experiencia de algunos se dieron cuenta que el aumentar los miembros de la familia no solucionaba la crisis, sino más bien, la empeoraba pues aumentaba el grado de dificultad familiar, existiendo un hijo adicional que sufriría las consecuencias de ésta.  No enfrentar el problema no lo soluciona, solo lo posterga.

El viaje, es una solución aparentemente diferente, pero con efectos muy parecidos. Un viaje, es de por sí, un stop a la vida cotidiana, un momento de distracción en dónde dejamos de lado los factores estresantes, es un momento de encuentro al que vamos con intenciones de pasarla bien, y en éstos casos, con la ilusión de recuperar el amor lastimado.

Cuando existen problemas en una  relación de pareja, estos no van a desaparecer por arte de magia, por cambiar el ambiente y viajar a algunos kilómetros de distancia, por más ilusión que podamos albergar en ésto.

Podríamos intentar que el viaje funcione para poner en positivo la relación (no solucionar el problema de fondo)  pasándola bien, teniendo una grata experiencia, si tomamos conciencia de nuestra responsabilidad en el problema y con grandes actos de voluntad hacemos todo lo posible por contener nuestro carácter y hacer cosas por y para el otro, de tal manera que durante el viaje estemos más concentrado en buscar la felicidad del otro que la propia.  Pero si vamos al viaje con la actitud que por ósmosis o mágicamente el solo hecho de estar de vacaciones mejorará la relación, caeremos en una gran trampa, en la que no va a mejorar nada, pues no tenemos claro  ni el problema, ni  nuestra responsabilidad en él, por lo tanto no  haremos esfuerzos claros y conscientes para mejorar la relación. Seguramente no se cumplirán las expectativas que teníamos con respecto al viaje, y regresaremos tristes y decepcionados diciendo “lo intenté, pero no resultó” “hasta nos fuimos de viaje, pero ni así estamos mejor”. Es como si el viaje fuera la pastillita de la felicidad, y esto no existe.

Lo recomendable  al tener dificultades en el matrimonio es acudir a una terapia de pareja, en dónde confronten lo que sucede hagan explícitas sus emociones, cada uno asuma su responsabilidad en el problema, aprendan una nueva forma de resolución de conflictos, se pidan perdón y perdonen, una vez que esto suceda, y al final de dicha terapia, podrán optar por un viaje, pero no como una solución mágica, sino como el resultado de un aprendizaje en pareja que marca el inicio de una etapa de mayor madurez. Ahí sí será un regalo luego de la crisis, no la solución a ésta. 

Separación de Pareja

Hola, me gustaría que me ayuden con un consejo. El año pasado mi esposo y yo comenzamos a tener problemas de todo, nos robaron la casa, la madre y la familia de parte de la madre se metía mucho en nuestra relación y opinaban y se resentían a muerte si yo como esposa no hacía caso lo que ellos decían o no tomaba en cuenta lo que decían porque no me sentía de acuerdo con su opinión, mi esposo se molestaba mucho con eso. De paso tiene un amigo que me insulta y mi esposo lo permite, hasta llego a pedirle que quite mi foto del WhatsApp porque no me quería ver junto a él,  ¿còmo se eso? porque leí sus conversaciones, él lo incentiva mucho que busque otras mujeres y me sea infiel y es su amigo de ir a un bar los fines de semana, además cuando yo decía algo mi esposo le contaba a él y me convertía en su burla y eso no me gustaba para mí, era una falta de respeto. Mi esposo tenía una amante desde que me case hasta la fecha que nos separamos la seguía buscando y le decía te amo y no sé qué más, él le mandaba fotos de mi hijo a ella y me incomodaba como si quisiera que lo aceptara y desplazarme.

El a mí no me decía a te amo ni siquiera te quiero yo le preguntaba que significo para él y me decía que yo era su paz pero para mí no era suficiente porque si yo era su paz porque me trataba tan mal. El problema es que nos casamos porque quede embaraza antes del matrimonio y cuando convivimos juntos estaba mi hijo, de paso él se enfermaba mucho por la cual me restaba tiempo y él le dedicaba mucho tiempo al televisor y al celular, y cada vez que quería salir a pasear era siempre con la mama y la hermana, cuando proponía un viaje decía quería incluir a su familia yo no quería porque quería un espacio con él. Subí de peso, por el estrés de un recién nacido y las visitas constante al médico deje mi imagen personal en segundo plano, también trabajo una empresa familiar que casi me pagan para pagar mis gastos.

Pero yo ayudaba mucho en el consumo diario de la casa. Él y yo estamos separados desde septiembre del 2015 hasta hora, ahora le escribo diciendo que quiero que regrese a la casa y que quiero estar con él porque yo también tuve mis fallas, pero el me dice que ahora quiere ser mi amigo que quiere entenderme y escucharme comprenderme, pero yo le digo que ni me escribe ni me llama y siempre supone que estoy en casa como si yo no tuviera una vida. La verdad no sé si quiero comenzar como amigos porque siento que no me toma enserio, tengo miedo que lo que le escriba le vuelva escribir a ese tipo y sea una burla, tengo miedo que la familia vuelva a meterse y me vuelva criticar tanto que hasta mi esposo se canse de escuchar mis críticas y se aleje más de mí, tengo miedo de que ya no me quiera más o no le guste, tengo miedo y no sé cómo hacerlo al entender que quiero atención y que me dedique espacio y mantener distancia con su familia y ese amigo porque eso me a hecho mucho daño y no estoy lista para luchar contra eso o lidiar con ellos y su forma tan intensa de ser. 

Además yo reaccionaba mal a todo lo malo que el hacía, me ponía histérica pero ya cansada de que el no haga nada, y yo no hacía nada porque sentía que no me correspondía. Y él dice eso ahora pero día a día no me demuestra que eso quiere porque dice que tiene miedo de como reaccione porque me enojo rápido pero es porque se me acabo la paciencia y no sé cómo tener tolerancia nuevamente.  Espero que me ayude porque si quiero estar con mi esposo pero no se que hacer o si pero el miedo no me deja.

Si estoy mal me gustaría que puedo hacer para corregirlo.

Jazmin.

Estimada Jazmin

He leído con detenimiento lo que me escribes y veo que en tu relación de pareja han intervenido muchas personas, están tu suegra, tu cuñada, el amigo de tu pareja, y la amante de tu pareja.

"Recuerda que lo primero es saber que quieres para ti en la vida"

Seguro que para ti el problema en la relación era la atención y dedicación que el le daba a todas estas personas, sintiendo tú que las ponía en primer lugar, quedándote sola. Por lo que veo para él, el problema era la forma en que tu reaccionabas con el manejo del enojo, y eso impedía que se acerque a ti. Ahora te propone que sean amigos. ¿pero qué significa esto?¿Es una propuesta para rehacer la pareja? ¿O es una propuesta para llevarse bien como padres de un hijo en común?

Padres de un hijo en común

Si la intención de él es que sean amigos porque son padres de un hijo en común, deberían tener una relación solamente en función de su hijo. Esto quiere decir que no van a relacionarse como pareja, ni a conversar de cómo se sienten con el otro, que si les da prioridad o no, o si conversa con el amigo, o tiene una amante. Esto quiere decir que tendrán que conversar para ponerse de acuerdo en el horario en que él visitará al hijo, a qué hora lo recogerá para pasear, cuándo y cómo dará el valor para alimentos y otros del niño. Conversar sobre decisiones importantes que se deban tomar acerca del niño, como es su educación, o alguna dificultad que él tenga. Es decir, es una relación estrictamente de padres, no de pareja. Si lo que el te propone es verse nuevamente como pareja, significa algo muy distinto, y ahí veo claramente que tengas muchos miedos sobre cómo sería la relación, y abrirte a la posibilidad de un acercamiento que luego te lleve a sufrir más.

Oportunidad a la relación de pareja

Si ustedes están pensando en darle una oportunidad a la relación hay algunos aspectos en los que deberían trabajar: dialogar sobre los puntos en los que hay conflicto de tal forma que el otro pueda entender como cada uno se siente en esas situaciones, para luego intentar negociar que aspectos serían para cada uno aceptables, y cuales no. Lo que quiero decir es que así como el te pide que mejores en el manejo del enojo, tu puedes pedirle que seas prioridad en su vida, y que elija a amigos que no lo alejen de ti. Tienes que tener claro que él ha tenido una amante durante toda la relación de ustedes dos, por lo tanto, si van a volver como pareja, y él ha dejado a su amante, deberán trabajar en la confianza. Es indispensable que tú tengas claro que es lo que quieres en la vida, y qué tipo de relación quieres tener, qué vas a permitir y que no vas a permitir, que ejemplo de hogar quieres darle a tu hijo. Estar en una relación con una persona que ha tenido una amante durante todo el tiempo en que ustedes han sido pareja significa de plano que estás permitiendo que el te falte el respeto, y difícilmente podrás ser feliz. Espero haber podido ayudarte. Recuerda que lo primero es saber que quieres para ti en la vida, luego definir que significa ser amigos, y si es ser padres que se llevan bien, o significa volver a intentarlo como pareja. Si tienes alguna otra consulta, no dudes en escribirnos nuevamente a nuestro consultorio online

 

 

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