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El Diario de Ana - 9 actividades para hacer con adultos mayores en vacaciones

Miércoles 7:

¡Llegaron las vacaciones! Al fin ya no tuvimos que madrugar tanto hoy, aunque igual nos levantamos tempranos porque nos esperaba un gran día. Mateo se fue con papá al trabajo y Lucía se fue conmigo al trabajo, cada uno aprendió un poco acerca de nuestro trabajo. Fue muy especial porque pude compartir con ellos más y en un espacio diferente, además de que se ganaron una pequeña paga que les ayuda a comprender el valor del esfuerzo.  Así como especial, también fue muy divertido, ellos y sus ocurrencias. Para la hora del almuerzo aprovechamos que los cuatro estábamos por el centro y almorzamos en un restaurante, luego volvimos a nuestras oficinas.  En la noche, como si el día no había sido suficientemente movido, empacamos nuestras cosas y ¡salimos para la playa! Llegamos justo a tiempo para ver la caída del sol desde la playa, cenamos juntos en casa una deliciosa parrillada que preparó Luis, mi esposo, y finalmente nos fuimos a descansar. Me encantan las vacaciones, son igual a: más tiempo con las personas que amo.

Jueves 8:

Ya es enero, ya empiezan las vacaciones de mis nietos y la temporada playera para mis hijos. Hoy los llamé, a Mateo y Lucía, para pedirles que vinieran para darles la bendición antes de irse a Salinas, Mateo si vino pero a Lucía se le hizo tarde porque no había hecho las compras para llevar. Eso fue de tarde, pero en la mañana salí a revisar mis flores, luego almorcé con Eliana la chica que me cuida y estuve esperando que llegara Mateo. Luego de la linda visita de mi hijo y mi nieta la más chiquita, que es una muñeca preciosa, recé el rosario, cené en casa y esperé la llamada de mis hijos, de que habían llegado bien, para irme a dormir finalmente. Las vacaciones me gustan de lunes a jueves cuando me traen a mis nietos, pero no me encantan de sábado a domingo porque no hay nadie cerca que me visite o lleve a misa, pero yo me alegro de pensarlos disfrutando en la playa.

Me encantan las vacaciones, son igual a: más tiempo con las personas que amo.

Llegaron las vacaciones

En cada etapa nos enteramos de una forma diferente que las vacaciones llegaron. Cuando somos niños, estas empiezan cuando las clases terminan; cuando somos jóvenes, al empezar los viajes a la playa; si somos adultos, cuando ya no tenemos que madrugar para llevar a los niños a la escuela; y cuando somos adultos mayores… a veces no nos enteramos, o lo hacemos cuando nos damos cuenta de que este domingo no habrá quien nos lleve a misa, entonces empezaron las vacaciones.

A veces las vacaciones pueden convertirse en un obstáculo entre nosotros y nuestros abuelos o padres mayores, y en otras ocasiones pueden convertirse en la mejor etapa para ellos, todo depende de nosotros. Hoy vamos a enfocarnos en el segundo panorama.

Dios hizo las etapas perfectas, les pongo un ejemplo: Al adulto mayor le basta compartir una hora con su hijo para ser feliz las siguientes 23 horas del día y al adulto generalmente, por sus múltiples responsabilidades y actividades, sólo le queda una hora libre para hacer cosas como, visitar a sus padres. De esta forma todos seriamos felices, pero sabemos que muchas veces no es así de ideal por diferentes factores, como el consumismo, que nos ha llevado a trabajar más horas en nuestras empresas que en nuestras familias. Por lo tanto, conociendo que hoy parece que las horas tuvieran sólo 30 minutos, les voy a proponer una lista de 9 actividades para hacer con adultos mayores en vacaciones :

  1. Llega a su casa con un rompecabezas y ármalo con él.
  2. Invítalo al teatro.
  3. Lleva tu laptop y muéstrale videos musicales de su época, como de “Los Panchos” (te dirá que ese “disco” está lindísimo, explícale con paciencia que es “YouTube”).
  4. Invítalo a comer a un lugar rico, si no se anima a salir, llámalo y dile que no cocine porque tú llevas la comida.
  5. Imprime unos cuantos crucigramas y siéntate a resolverlos con él.
  6. Llévalo a conocer una Iglesia nueva o simplemente, a cualquiera cerca.
  7. Lleva una receta sencilla, los ingredientes, y proponle hoy cocinar juntos en honor a todos los años que te cocinó tan rico.
  8. Invítalo al cine (de preferencia a una película en español).
  9. MASTER plan: convéncelo de ir a la playa el fin de semana, si tiene limitaciones físicas que no se lo permiten, invítalo a una piscina.

Tip para convencerlo: explícale lo bien que le hace caminar en el agua, hacer actividades nuevas y además dile que ¡sus adorados nietos lo esperan!

10. Siéntate y escúchalo (guarda el celular y en silencio si es posible).

Hacer felices a nuestros abuelitos es muy sencillo, ellos no esperan ningún plan extraordinario, ni 5 horas de nuestro tiempo, sólo esperan que:

  • Estemos con ellos,
  • Los amemos a pesar de sus cambios,
  • Lo que hagamos lo hagamos con amor,
  • Lo que les digamos se lo digamos con cariño,
  • Lo que les corrijamos se lo corrijamos con paciencia,
  • Los comprendamos.

Los invito a que tengamos unas vacaciones que nos unan más a quienes amamos, aunque a veces esto implique sacrificios, pero vale la pena, pues como dice la Madre Teresa de Calcuta: hay que amar hasta que duela.

 

¿Qué hacer con los niños en vacaciones?

¡Época de vacaciones!

La época de vacaciones puede ser vivida como una delicia para unos padres o como una pesadilla para otros, esto no quiere decir que los unos son mejores que los otros, sino muy al contrario, nos enfrenta a una cantidad enorme de tiempo libre de los hijos, dentro de la rutina cotidiana de sus padres, lo que significa que habrá que crear rutinas nuevas con actividades de acuerdo a las edades de los hijos cambiando en los aspectos que fuere necesario el ritmo de la casa. Para las familias en que trabajan papá y mamá implicará un trabajo de coordinación adicional, además de mucho tiempo de chicos desocupados sin papas en casa.

Nuestros hijos estarán felices pues ya no asistirán a la escuela y tampoco tendrán tareas ni exámenes por un tiempo.

Pero esto no significa que el día se convierta en un momento de ocio en dónde solo se duerme y se ve tv.

¡ Las vacaciones son un excelente momento para cambiar de actividad! El tiempo de vacaciones es una etapa prolongada de casi dos meses, definitivamente es tiempo de descanso de las actividades escolares, y las exigencias que ésta trae. Si tus hijos tienen edad preescolar será más sencillo rehacer su rutina, y que se entretengan en casa con sus otros hermanos. En caso de los chicos de edad escolar y adolescentes habrá que estar más pendientes y programar rutinas específicas.

¿Rutina en vacaciones? Organicemos el tiempo libre

Una rutina creativa:

Se podría creer que rutina en vacaciones es una opción impensable, pero claro que se puede hacer, y además es necesaria para ordenarnos, lo que no quiere decir que sea rígida e inflexible, sino una que se adapta a las necesidades de la edad de nuestros hijos y a los eventos que aparezcan durante el día como invitaciones a casa de amigos, que implicarían acomodar lo establecido.

Es importante que ellos sepan cada día que van a hacer, en caso de asistir a un vacacional, o a clases específicas de algo, y cual es el horario para ello. Este tipo de actividad debería ser el centro de su día, en caso de tenerlas, y el resto del día pasarlo en casa, o visitar a amigos, primos o abuelitos, o invitar a sus amigos a casa, distrayéndose con actividades en ésta.

Para los que están en casa la mayor parte del día, es muy aconsejable que tengan horarios para los juegos de pantallas como video, tablet o computadora, esto quiere decir que acuerden el tiempo que estarán frente a éstos, así como frente a la tv.

Para las familias en que trabajan papá y mamá fuera de casa, será más práctico estar al tanto y controlar a la distancia las actividades de los hijos si es que existe una rutina.

¿Límites en vacaciones?

Nos hemos pasado todo el año poniendo límites a nuestros hijos, horarios para levantarse, dormir, horarios para comer, horarios de juego y deberes, horario para ver tv y juegos electrónicos.

Al llegar las vacaciones y con éstas el descanso, las reglas que existen en la familia deben permanecer. No porque estamos de vacaciones no importa si los hijos coman o no la comida…. Esto sigue siendo importante, así como lavarse los dientes y bañarse. El exceso de tv y juegos de video siguen siendo perjudiciales…. Esto quiere decir que debemos continuar en el proceso de educación de nuestros hijos. Lo que sí podemos es flexibilizar algunos horarios en función de las actividades de los hijos y sus edades. Esto significaría que se podrán mover las horas de despertarse y acostarse, así como los horarios de las comidas dependiendo de las actividades del día, podría suceder que los días en que antes no se podría ir a fiestas porque había clases al día siguiente, cambie, pues ahora ya no habrá ésta responsabilidad, y sí podrá salir aunque sea día de semana.

Los chicos que tienen tareas en casa, deberán seguir con su cumplimiento, pues por estar de vacaciones no vamos a dejar de tender la cama.

Es importante que nuestros hijos vean que por lo que hemos luchado todo el año, sigue siendo válido en vacaciones, lo importante es siempre importante, y lo que hace daño, también, siempre hará daño. No porque estamos en vacaciones vamos a permitir practicas con las que no estamos de acuerdo, como estar en el iPad, computadora o tv durante horas. Cuidado caemos en la ilusión de sentir que cómo esto los entretiene y por lo tanto están en silencio es bueno para ellos y para nosotros, pues definitivamente no lo será.

Es importante que nuestros hijos vean que por lo que hemos luchado todo el año, sigue siendo válido en vacaciones, lo importante es siempre importante, y lo que hace daño, también, siempre hará daño

Tiempo libre individual: Aprendiendo a estar consigo mismo.

Existe en éstos tiempos post-modernos la falsa creencia que los chicos tienen que estar todo el tiempo entretenidos o en actividades pagadas, de lo contrario se piensa que no se les da “oportunidades” o simplemente se aburren. Esto, no es nada más que otro invento de éstos tiempos. Es muy valioso ese momentos dedicado a realizar actividades individuales que no dependan de otros y en las que aprendemos a valorar el tiempo solos, sin estar acompañados. Los momentos de lectura, de escuchar música o tocar un instrumento, de hacer deporte, armar un rompecabezas, hacer trabajos manuales, cocinar, colorear…existen muchísimas actividades de las que podemos aprender a disfrutar si es que nos atrevemos a buscar cual nos gusta. Para que esto se de, tenemos que nosotros los papás fomentarlo, no solo proponiendo que ellos lo hagan, sino que en primer lugar haciéndolo nosotros e invitándolos a hacerlo juntos.

Fomentar el tiempo personal en nuestros hijos los ayuda a desarrollar:

  • Capacidad de estar solo
  • Capacidad de estar en silencio
  • Capacidad de reflexión
  • Activa recursos personales
  • Entender que pasarla bien depende de él
  • Tener la experiencia que estar momentos a solas es bueno para sí mismo
  • Permite conocerse a sí mismo

Actividades al aire libre

Como las vacaciones significan un “cambio de actividad”, más no, “inactividad”, busquemos que posibilidades existen de que nuestros hijos disfruten de actividades en exteriores, cuando el clima lo permita.

Es el momento de enseñar a andar en bicicleta a los que todavía no saben, o asistir a clases de natación para aquellos que deben aprender a nadar, o que ya lo hacen y quieren practicar este deporte. Reunirse con los amigos a jugar en el parque.

Lograr un equilibrio entre juegos en solitario, juegos al aire libre, con amigos y padres, y un espacio intelectual es muy beneficioso para nuestros hijos, pues aprovecha explorando diferentes aspectos, disfruta de la naturaleza, aprende a estar consigo mismo, interacciona con pares, conoce a sus papás desde el lugar del compartir, y puede afianzar conocimientos en dónde tenga carencias. Integrar estas actividades les daría una experiencia positiva.

El Diario de Ana - Un día en la vida de los adultos mayores - Nueva etapa

Martes 7 de diciembre:

Hoy me levanté a las 7 AM, me bañé, me puse una ropa elegante, me preparé unos ricos pancakes con miel y un delicioso vaso de leche entera. Salí rápido de mi casa para que me alcanzará el día. Tomé mi auto y al salir del garaje me encontré con la sorpresa de que mi vecina Luisa ya estaba empezando su día también. Salí para la peluquería, luego pasé visitando la Iglesia, me queda tan cerca de mi casa y finalmente llegue a mi empresa. El día de trabajo estuvo bastante movido, pero se siente muy bien el cansancio porque la satisfacción de haber cerrado un negocio es más grande. Salí del trabajo un poco antes de lo habitual para pasar recogiendo a mis hijos y llevarlos a comer pizza. El mayor un caballero encargado de ordenar la pizza; la de en medio, engreída como siempre, así que tuve estar pendiente de que no se escapará a los juegos; y el más piojo comiendo con ayuda de mamá aún, pero feliz. ¡La pasamos increíble! Volvimos a casa y mi esposo llegaba al mismo tiempo del trabajo, lo noté bastante cansado, me imaginé que no había sido un día tan bueno pero, vernos siempre le saca una sonrisa a su rostro y esta vez no fue la excepción. Luego ya era hora de dormir, así que lleve a los niños a bañarse y a dormir. Finalmente tuve un tiempo a solas para compartir con Fabián, mi esposo, un poco acerca de nuestro día y animarlo con una buena noticia que le traía.

Definitivamente la compañía aligera el paso al andar.  ¡Hasta mañana, querido diario!

Miércoles 8 de diciembre:

Hoy empecé mi día a las 5 de la madrugada porque no pude dormir más, quizás las pastillas para dormir no hicieron efecto esta noche. Esperé una hora hasta que llegara la enfermera y me ayudara a bañarme y a vestirme, hoy me puse la bata de los miércoles. La enfermera me preparó una avena con yogurt natural, algo sencillo hoy, porque ayer se me había subido un poco el azúcar. Llegó mi hija por mi, en su auto a recogerme para llevarme al doctor, pues hoy me toca control del marcapasos. Al salir, no se por qué hoy recordé a mi vecina Luisa, bueno ex vecina antes de que mis hijos me trajeran a vivir a este nuevo barrio. Cuánto la hecho de menos, desde el cielo me cuida mi Luisa. Luego del doctor quería pasar por la Iglesia, pero finalmente se nos hizo tarde y no pudimos ir, mi hija debía ir a recoger a sus hijos a la escuela. Llegué a casa, recé mi rosario en la sala, me sentía un poco cansada así que fui a mi habitación a ver televisión hasta que me quedé dormida. A las 6 de la tarde la enfermera me despertó para darme la medicina y ayudarme a comer, pues en la noche me duelen más los dedos. Empecé a ver la novela luego de la cena, pero estaba muy melancólica esta parte, así que la apagué nomás y esperé a que me diera sueño. Cuánto extraño a Fabián, él era el de las largas y entretenidas conversaciones nocturnas. Definitivamente la compañía aligera el paso al andar. Mañana será otro día, querido diario.

La realidad del adulto mayor:

El diario de Ana, recoge experiencias y anécdotas de algunos adultos mayores e intenta hacer comprender al lector lo rápido y drástico que las personas mayores sienten el paso en su vida, de ser adultos independientes y productivos a adultos mayores dependientes y jubilados.

Este diario trata de que nosotros, hijos, podamos comprender, un poco mejor, como se sienten nuestros padres o abuelos. Es muy frecuente escuchar que las personas mayores son personas: tristes, amargadas o bravas. Es muy fácil que éstos sean los primeros adjetivos que se crucen por nuestra cabeza al ver a un abuelito, y es mucho más fácil aún decirlos, pero cuántas veces le hemos preguntado a nuestro adulto mayor cercano: ¿Cómo se siente?, ¿Por qué?, ¿Desde cuándo?, ¿Qué le gustaría hacer?… Probablemente nunca.

Muchas veces creemos saber qué es lo mejor para nuestro papá o abuelo y tomamos decisiones sobre ellos sin conversarlo antes con los protagonistas.  Es verdad que para las personas mayores en ocasiones es más complicado entender cosas que parecieran lógicas o sencillas para el resto, pero es ahí donde, en silencio, ellos nos piden la misma paciencia con la que ellos mismos nos contestaban cada una de nuestras miles de preguntas a nuestros 2 años. También es real, que con el paso de los años, los adultos mayores van teniendo conductas que se podrían asimilar a las de un niño pequeño, pero esto no nos debe confundir. Los adultos mayores no son niños, por eso el trato con ellos no puede ser igual. Ellos necesitan saber por qué, cuándo y cómo, sus hijos han decidido cambiarlos a otra casa, ellos merecen saber por qué ya no pueden comer ciertos alimentos, ellos necesitan y merecen explicaciones.

Con el paso del tiempo, la expectativa de vida se ha extendido, por lo que cada vez la etapa de la adultez mayor es más larga. Actualmente un adulto se jubila a los 65 años y tiende a vivir hasta alrededor de los 80 años, es decir que vive 15 años como un adulto mayor. Lastimosamente, por diferentes factores sociales, la adultez mayor conlleva una connotación negativa, de inutilidad, poca productividad, enfermedad, depresión y deterioro. Estas etiquetas han hecho que la persona relacione la jubilación con el fin de su vida y no con el comienzo de una nueva etapa.

La adultez mayor es una etapa de la vida, llena de cosas bonitas y otras difíciles, como es normal en cada etapa de la vida. En esta etapa se disfruta todo lo sembrado a lo largo de su vida, la familia, la amistad, el conocimiento, la experiencia, incluso muchas veces el dinero. En esta edad el nivel de estrés disminuye debido a que ya no hay tantos factores de tensión como lo solían ser el trabajo, el sustento económico, la educación de los hijos, su futuro, etc. En esta etapa el adulto mayor debe buscar realizar aquellas actividades de interés que siempre tuvo y quizás no pudo hacer por falta de tiempo, ya sea aprender un nuevo idioma, un tipo de baile, aprender alguna habilidad manual nueva, pertenecer a un grupo social, ayudar a la parroquia, etc.

Cuando se llega a esta etapa, el adulto empieza a mirar su vida hacia atrás y se empieza a cuestionar si cumplió sus planes de vida o no. Este proceso puede ser de mucha satisfacción o puede ser frustrante por un sentimiento de inconformidad con la vida llevada, es por esto que es sumamente importante una buena compañía que los escuche y ayude a aclarar cualquier autocrítica subjetiva que esté provocando sentimientos negativos en la persona.

Esta etapa no es “un ratito”, son alrededor de 15 o 20 años que debemos aprender a disfrutar, a conocer y a aprovechar sus tesoros.

Si hay que darle una connotación al término “adultez mayor, abuelito o jubilado”, que sea positivo. Que cuando escuchemos estos términos pensemos en: experiencia, sabiduría, alegría, esperanza, cariño, etc.  Para que este cambio sea posible, solo está en nuestra manos, recordémosles que ellos aún pueden hacer muchísimas cosas, simplemente que las hacen diferente y diferente es bueno.

Busquemos acercarnos a nuestros abuelitos, conversemos con ellos, motivémoslos a salir de sus limitaciones imaginarias, recuerden que ellos están viviendo encasillados por los limites que la sociedad les ha impuesto mediante este concepto negativo de la etapa que viven.

Quizás en algunos años, gracias a nosotros, el diario de Ana diga algo como: “Hoy amanecí con dolor en la cadera así que tuve que ir al doctor, pero voy muy feliz porque ese dolor me recuerda que ayer bailé hasta decir basta con mi nuevo grupo de amigas de la academia.”

¿Qué es la adolescencia?

La adolescencia es la etapa que se inicia en el momento en que las mujeres tienen su primera menstruación y los varones la emisión del primer espermatozoide, luego de la pubertad, y se la considera la segunda fase o adolescencia intermedia. Ya han experimentado los cambios físicos aunque todavía siguen creciendo los huesos, formándose la corteza prefrontal y adquiriendo armonía en las proporciones de su cuerpo, acentuándose ahora cambios en su forma de comportarse y de relacionarse; se caracteriza por ser un proceso psicológico, en el que se miran hacia el interior de sí mismos en un anhelo por descubrirse, orientados al autoconocimiento, a diferenciarse de sus padres y a lograr avances en el proceso de autonomía personal.

¡Lo mejor que podemos hacer los padres es conocer de qué se trata todo aquello que experimentan!

Frente a la llegada de la adolescencia lo mejor que podemos hacer los padres es conocer de qué se trata todo aquello que experimentan, pues entendiéndolos, estaremos claros y tendremos herramientas para actuar y no comportarnos desconcertados al igual que ellos. 

La Adolescencia: Etapa final

La adolescencia está compuesta por tres etapas claras: la pubertad, la adolescencia media, y la final; cada una con características y desafíos propios, tanto para los chicos como para los padres.

Consejos para mejorar la autoestima de nuestros hijos

Constantemente escucho a padres decir mi hijo es inseguro, mi hijo tiene el autoestima baja, y ciertamente es una realidad para muchos niños, jóvenes y adultos. El autoestima es la mirada positiva o negativa que tenemos de nosotros mismos, que se construye a través de la mirada negativa o positiva que recibimos de nuestros adultos significativos, es decir, nuestros padres o quienes hagan las veces de éstos. Con el tiempo la mirada de otros, maestros, amigos, podrá ir completando la que tenemos de nuestros padres, que siempre será la de mayor fuerza al momento de construirla. Ya de joven y adulto seremos nosotros mismos los que podamos reconocer nuestras fortalezas.

Consejos para mejorar la autoestima de nuestros hijos

¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos tengan un autoestima alta y sean personas seguras de sí mismas? La respuesta implica trabajar en nuestro estilo de educación, pues la forma como nos relacionemos con nuestros hijos, así como la forma como los eduquemos serán la clave para construir su autoestima. Aquí algunos tips:

  1. Errores como oportunidad de aprendizaje: la posibilidad de equivocarse y de resolver el problema con nuevas soluciones como una fuente para reconocer en sí mismo su potencial personal para salir adelante. Como padres tenemos la gran oportunidad de trasmitir a nuestros hijos que los errores tanto de ellos como nuestros no son un fracaso, mas bien una oportunidad para aprender de ellos y resolver las cosas de una manera distinta. De esta manera damos a los errores un enfoque positivo de aprendizaje.
  2. Sentirse parte de la familia: El sentido de pertenencia nos construye como personas, es el hecho de sentir que alguien me espera en casa para quién soy importante. Que mi presencia en esta familia no es invisible, que es significativa, existo para ellos con lo cual me siento amado.
  3. Respeto mutuo: Si le pido a mi hijo que me respete debo respetarlo a él de igual manera. El respeto tiene dos vías. Un hijo que crece en un ambiente en dónde es respetado como ser humano crece en dignidad, se sabe a sí mismo valioso por el hecho de existir, a partir de lo cual la única forma que conocerá de relacionarse será el respeto.  Un hijo que crece en el respeto es respetuoso con quienes lo rodea.  El mensaje que envía el trato respetuoso es mucho más potente que decir a cada momento "respétame" o "tienes que ser respetuoso".
  4. Comunicación asertiva: La comunicación clara y directa, sin juicio de valor, ni insultos, ni ironías, ni mensajes abiertos en los que es difícil responsabilizarse, les da mucha seguridad. Esta consiste en hacerse dueño de lo que se dice comunicando un mensaje claro a una persona determinada. Ej: Pablo, ¿arreglaste tu mochila?
  5. Animar en vez de alabar: Llenar a un hijo de alabanzas no ayuda en su autoestima, solo contribuye en que no tengamos credibilidad con lo que decimos, pues ellos no creerán que todo eso tan grandioso que decimos han hecho es cierto. Lo que les da seguridad es que reconozcamos su esfuerzo y los animemos a continuar con aquello que se han propuesto.
  6. Creer en que el es capaz: Conocer a nuestro hijo y confiar en sus capacidades, así como confiar en él como persona. Como padres somos los llamados a creer que nuestro hijo puede lograr sus metas en sus tiempos y con su estilo, así como confiar en su honestidad. Ellos perciben desde muy pequeños si nosotros creemos en ellos o no, lo cual va quedando marcado en su memoria emocional en la medida en que crecen. Cuando creemos en ellos les trasmitimos adicionalmente el valor del esfuerzo personal, pues sin él las metas no son posibles.
  7. Valorar su individualidad distinta a la mía:  Nuestros hijos son únicos e irrepetibles con lo cual serán distintos a nosotros.  Para que ellos se sientan amados y por lo tanto seguros necesitan sentir que sus padres lo aceptan con sus características propias y personalidad y gustos distintos a ellos.
  8. Reglas claras en casa:  Es necesario que nuestro hijo conozca las reglas que hay en casa para saber cual es el marco permitido.  Las reglas le dan seguridad al hijo pues tiene la certeza de lo que sí está aceptado, de cual es el comportamiento esperado y cual no lo es.
  9. Permitirle decidir y hacerse cargo de su decisión, sin criticarla: Demos a nuestro hijo dos opciones válidas para nosotros para que elijan una de ellas, así aprenderán a decidir. Cuando ellos elijan una respetemos su decisión, sin hacer caras negativas ni tratar de convencerlos de cambiar la decisión. Si hemos dado dos opciones igual de buenas y hemos dado la oportunidad de que ellos decidan es porque vamos a aceptar de igual manera cualquiera de las dos opciones propuestas.
Un hijo reconocido, valorado y amado será un hijo seguro de sí mismo.

 

 

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