Las expresiones de afecto, así como el compartir, hacen que se fortalezca el vínculo, que es el lazo afectivo que genera una relación de confianza. Si un papá lo vive de esta forma desde que su hijo es pequeño, cuando éste crezca habrá una relación suficientemente fuerte como para que su hijo confíe en él sus alegrías y tristezas, sienta que su padre es alguien que lo escucha que está siempre ahí para él. Por el contrario si no se construye este vínculo, habrá una distancia afectiva enorme en donde el hijo sentirá que no es una persona importante para su padre y se sentirá solo, sin poder contar con él.
Los padres también necesitan del afecto del hijo, y muchos confunden esto con el querer establecer una relación de “amigos”, esta relación aparentemente ideal no funciona, puesto que tus hijos necesitan de un “PADRE” que sepa amar con ternura, y ejerza su autoridad con firmeza, un modelo, alguien en quien verse y proyectarse a futuro.
Un amigo es un igual, los encuentran en la escuela; por lo tanto aquel padre que pretenda ser amigo, deja a al hijo sin el padre amoroso y confidente que busca constantemente su crecimiento sano, educando con amabilidad y firmeza; dejará su rol vacante.
Para que tu hijo sea afectivo contigo debes primero serlo tú con él, como adulto, como padre, ir enseñando muestras de afecto, sin importar la edad que éste tenga, el aprenderá de ti, para cuando crezca tener esa seguridad de dar y recibir afecto.
¡Sentirse amado es sentirse seguro!
Cómo ser un papá afectuoso:
Puedes sentir que tu mundo laboral te atrapa y no te queda tiempo para tus hijos, con lo cual sientes una gran presión. Aquí unos tips para ayudarte a encontrar la fórmula para poder compartir más y mejor con ellos.
- Agenda un o dos días a la semana en que puedas llegar a casa más temprano para compartir exclusivamente con tus hijos, realizando alguna actividad de la cual disfruten ellos y tú. Seguro sentirán que te importan lo suficiente.
- Cuando llegues a casa crea un ambiente agradable, que sientan que es bueno que papá llegue a casa. Que no suceda que prefieran que no llegues porque siempre estás mal genio o porque tu presencia en casa no se nota.
- Ejerce tu autoridad de forma positiva, esto implica hacer seguimiento a las normas puestas en casa con respeto y paciencia.
- Exprésales tu amor a través de gestos de cariño siendo afectivo con ellos.
- Escucha eso que te quieren decir, sin que estés mirando el celular ni enviando mensajes a otros.
- Comparte la cena con ellos, la mesa es un lugar de intercambio familiar por excelencia, sin convertirla en un momento en que sólo los corriges. Que sea una experiencia que ellos anhelen día a día.
- Sal en ocasiones de la rutina y sorpréndelos con experiencias gratas que ellos recuerden toda la vida.
- Edúcalo con amabilidad y firmeza, de tal manera que te sienta cercano, pero a la vez conozca que eres el padre y lo estás educando.
Tu hijo te mira, recuerda que eres su modelo a seguir y que tu ejemplo lo guarda en el corazón.
