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Laura María Noboa

Laura María Noboa

Licenciada en Orientación y Consultoría Familiar

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Ser ejemplar

‘A tus hijos, más que un buen consejo, dales un buen ejemplo’, dice el refrán. ¡Qué difícil resulta a veces!

Con un grito se le ordena al niño: “¡No le grites a tu hermano!”. Con una nalgada tratamos de ‘enseñarle’ que “no se le pega al amigo”. Si llama un vendedor, a quien no quieres atender, le indicas a tu hijo: “Dile que no estoy”. Laura María Noboa, licenciada en Orientación y Consultoría Familiar, enumera estas y otras acciones que grafican contradicciones cotidianas: al niño le decimos que hay que respetar las leyes de tránsito, pero estamos apurados y podemos pasarnos la roja… y ejemplos mayores, como embriagarse un fin de semana y en otro rato decirle a los hijos que el alcohol es malo.

Convergencia en decir y hacer

“Para educar a los hijos debe haber una convergencia entre lo que se dice y se hace, refiere la psicóloga clínica Ana María Haddad. Desde lo educativo –sostiene–, estas actitudes no afectarán a los hijos mientras sean niños, ya que pueden pasar inadvertidas si es que no se hacen evidentes en los reclamos que haga la pareja u otros adultos. Será diferente cuando ingresan a la adolescencia, debido a que una característica del adolescente es cuestionar todo: las costumbres, las órdenes que se dan en casa, las creencias, la música, la forma de pensar, etcétera. Frente a una situación de exigencia de parte de los padres para que el adolescente cumpla con sus responsabilidades, podría en algún momento ser motivo de reclamo: “Cómo puedes exigirme... si tú haces lo mismo”.

Corregirse

Noboa señala que sí es posible que los adultos puedan hacer un cambio en sus hábitos negativos. Se puede comenzar haciendo una lista de las conductas incoherentes y plantearse cambios posibles, como atender a la vecina cuando toca la puerta y decirle la verdad de por qué no puedes ayudarla; controlar tu furia al volante y no insultar al conductor del carro de al lado; si te equivocas, reconocerlo en voz alta: “No debí hacer eso”. Así le enseñas que es posible corregirse, aunque nos cueste trabajo hacerlo. Haddad menciona que a pesar del reconocimiento de que algo no anda bien y del deseo de cambio, la situación para un sujeto adulto podría ser imposible de manejar por más que se lo proponga; entonces debería preguntarse: “¿Qué pasa conmigo que no puedo evitar estas actitudes?” y buscar ayuda profesional que le permita explorar elementos inconscientes que le posibiliten hacer cambios. Agrega que lograr –o no– una “buena formación” de los hijos dependerá en general no solo del discurso de los padres, sino de los principios y valores que se inculcan y practican en la familia nuclear y en la familia ampliada, en la institución educativa, del discurso religioso y de influencias externas, como la TV y las redes sociales. El diálogo permanente y comprensivo con los hijos, escuchando y tratando de entender posturas –sin hacer juicio de valor impulsivo– permitirá que el padre pueda decir lo que es correcto o no y explicar el porqué. Puede leer el artículo original tomado de La Revista 

María Fernanda y Laura María Noboa son constructoras de familia

Lo más importante para ambas es la familia. Desde niñas y hasta ahora son muy unidas, comparten gustos similares y ambas se dedican a ayudar en la interacción de los miembros del hogar. Es por eso que cuando se dio la oportunidad de emprender un proyecto se pudieron acoplar con mucha facilidad.

Ellas son Laura María y María Fernanda Noboa Baquerizo, primas hermanas por parte de mamá y papá, creadoras de Construyendo Familia, una propuesta que busca mejorar la comunicación y relación de las familias y de las personas que la conforman.

Laura es orientadora familiar y María Fernanda es psicoterapeuta de familia y pareja. Cada una trabajaba por separado en consultas particulares, dando atención a los problemas que pudiera haber en un hogar, hasta que fueron contactadas para participar en un proyecto de ayuda social, que fue remunerado.

El grupo de Beneficencia de Señoras las contactó para un proyecto que consistía en dar charlas y talleres con temáticas diversas de relevancia para la familia, dirigidos a padres de familia de los estudiantes de unas 11 escuelas dirigidas por esa organización benéfica. Sin pensarlo, aceptaron y decidieron trabajar juntas.

El trabajo consistía en conversar con los padres sobre temas como la autoridad, el papel de los abuelos, qué hacer cuando hay hijos de un primer matrimonio y otros del actual compromiso, consejos para llevar una buena relación con las suegras, conocer los roles de la mamá y el papá, el papel de una madre soltera, entre otros.

En cada charla se valían de diferentes recursos para mantener la atención de la audiencia como videos, foros abiertos, interacción pregunta-respuesta, entre otras actividades. Así se mantuvieron durante un año, hasta que decidieron hacerlo de manera particular, llevando su propuesta a colegios y empresas.

Siempre realizaron su trabajo con mucha organización. Para planificar se reunían en las mañanas, de 08:00 a 14:00, a cada presentación llegaban una hora antes para verificar que el lugar esté listo, probar el audio y los videos, “siempre procuramos quitarle el menor tiempo posible del tiempo en familia, para el trabajo nos comprometemos, pero siempre ponemos como prioridad a nuestra familia”, dice María Fernanda.

Así se mantuvieron desde el 2006 hasta el 2013, cuando surgió la idea de hacer fascículos informativos con los contenidos que manejan en las charlas y talleres.

“Nos dimos cuenta que aquí la gente no invierte en formación. Nosotros teníamos asistencia a los talleres cuando era el centro educativo el que convocaba, pero si hacíamos un taller por cuenta nuestra, con convocatoria abierta, la gente no iba”, cuenta Laura. “Por eso decidimos preparar un material impreso que tuviera mucha difusión y que no tenga costo”, acota María Fernanda.

Es así como, a fines del 2013, estas dos mujeres emprendedoras lanzaron el primer fascículo que iba inmerso en el periódico de los suscriptores de EL UNIVERSO, un domingo al mes. Ya tienen 16 meses difundiendo su trabajo de esta manera; hasta el momento han escrito 16 ejemplares.

Aunque las dos reconocen que este trabajo no fue fácil y fue costoso, se valieron de la publicidad para cubrir los gastos de impresión y sacar adelante el proyecto. Al mismo tiempo que escribían, seguía atendiendo consultas particulares, y dando conferencias y talleres en los lugares donde las contrataban.

Las dos expresan mucha emoción cuando hablan de la actividad que realizan, son carismáticas y muy respetuosas la una con la otra, a simple vista se nota que la relación que mantienen se basa en la confianza y el compañerismo.

Esto se debe a la convivencia que mantienen desde pequeñas. María Fernanda cuenta que desde la escuela y hasta graduarse del colegio, todas las vacaciones las pasaban en casas vecinas en la playa. “Compartíamos todo, a veces hasta comíamos del mismo plato, somos como hermanas”, dice María Fernanda, quien jamás olvidará la sala de la alfombra azul de la casa de playa de Laura, en la que no hubo juego de mesa que no hayan jugado.

Ambas estudiaron Orientación Familiar ya de adultas, siendo esposas y madres, en la Escuela Vasco Navarro, con clases presenciales y a distancia, por lo que comparten bases similares en la forma de llevar un hogar.

María Fernanda tiene 26 años de casada con Roberto Manspons y tiene 4 hijos. Para ella los fines de semana son sagrados, desde el viernes por la tarde se desconecta del mundo para dedicarse a su familia. “A pesar de las diferentes actividades de mis hijos siempre tratamos de cenar juntos, conversamos mucho, vemos películas y compartimos las tareas del hogar”, dice esta mujer de 48 años, residente de la urbanización Palmar del Río, fanática de Fonseca, apasionada del baile y de la gimnasia.

Asimismo, para Laura su familia es el motor de su vida. Ella tiene tres hijos ya adultos, y a pesar de sus múltiples obligaciones de trabajo y la diferencia de horarios, hacen lo posible por cultivar esos momentos en familia. “Yo tuve la dicha de ser mamá a tiempo completo por varios años, ahora que todos tenemos obligaciones diversas, lo que aún conservo son los desayunos en familia, cuando eran pequeños yo me levantaba para prepararles lo que quisieran y ahora lo sigo haciendo porque es la hora fija en la que veo a todos”, cuenta emocionada esta mujer de 50 años, residente de La Puntilla, amante de la lectura y el mar, quien tiene 28 años de casada con Gustavo González.

Ambas van a continuar con el proyecto de orientación Construyendo Familia, pero de manera virtual, a través de la página www.construyendofamilia.com, con artículos, consejos para la buena convivencia, videos animados, minientrevistas e imágenes, y consultorio on-line que ya está funcionando.

Puede leer el artículo original tomado de Viva Samborondón

Educar con firmeza y amor

Construyendo Familia, Escuela para padres es una iniciativa de Laura María Noboa (licenciada en Orientación y Consultoría Familiar) y María Fernanda Noboa (Psicoterapeuta de Familia y Pareja), primas hermanas que priorizan el trabajo por la familia y sueñan con un mundo sin violencia intrafamiliar, donde los niños sean amados, las parejas se respeten y crien a sus hijos en valores y principios, con firmeza y amor.

Para esto dictan talleres de Escuela para Padres en colegios, escuelas y empresas, desde el año 2006.

Publican fascículos mensuales y crearon una página web www.construyendofamilia.com, en la que puede encontrar información y guía para la educación de sus hijos.

Atienden en su consultorio gratuito online y contestan inquietudes en un máximo de 48 horas.

Además puede ver videos, entrevistas, artículos y análisis sobre temas de familia.

*Artículo tomado de la revista Sambo - Edición 143

Impacto de la tecnología y las redes sociales en la familia

Con el nuevo siglo llegó otra presión para los padres, la tecnología, la cual es maravillosa cuando está bien utilizada, acerca distancias, aumenta la cultura, y distrae... pero acarrea también sus peligros si no tomas acciones importantes para mantener el control sobre ella.

Impacto de la tecnología y las redes sociales en la familia

En años anteriores hablábamos de la importancia de regular las horas que los niños miraban TV y la calidad de programas.  Luego fue imperativo regular los juegos de video y cómo los niños podían dejar de socializar por pasar horas frente a ellos, además de la violencia a la que podían estar expuestos en ciertos juegos y las consecuencias de aquello.  Con la llegada de los mensajitos por celular apareció el peligro de perder contacto visual con los amigos y no desarrollar habilidades de conversación ya que "textear" era más cómodo. Y con la internet... se eliminaron las enciclopedias y se abrió un mundo sin límites.

Ahora el reto es mucho mayor, ya que se suma el hecho de que la tecnología llegó al alcance de la  mano a través de la tablet y los celulares inteligentes.  Estar actualizado es una tarea importante para los padres de hoy.  Cada día aparece una nueva red social o aplicación que los adolescentes dominan, esto exige estar al tanto para poder brindarles una guía adecuada.

La tendencia indica que los chicos exhiben sus fotos diariamente, muchas veces sin discriminar.  Habrá que hacerles notar los peligros que conlleva la excesiva muestra de sus acciones diarias a los demás y la importancia de mantener la privacidad e intimidad.

Lea también: Peligro al chatear con extraños en redes sociales

Como ellos aprenden lo que ven en sus padres, controla lo que subes, ya que te imitarán.  Como la tecnología es nueva para todos, puedes caer en la novelería de publicar todos los pasos que das, y subir todas las fotos que tomas a tus bebés... ¿Has pensado que eso tal vez no les guste a tus hijos cuando crezcan?

En un almuerzo familiar vemos a todos los miembros conectados en sus propios aparatos en lugar de compartir entre ellos. Lidera la idea de dejar los teléfonos y tablets en un lugar de la casa,  apagados, mientras están en familia, así promueves tiempo para conocerse y unión familiar.

Guardemos nuestra privacidad para nosotros y no promuevas una dependencia excesiva en los aparatos electrónicos.

Cada vez son más los jóvenes y niños que sienten que sus papás han cerrado la comunicación hacia ellos pues los ven constantemente con el celular en la mano chateando o mirando redes sociales, con lo cual se alejan sintiéndose en segundo lugar.  Es indispensable para que haya una buena comunicación en el hogar que sean los padres y las madres los que den el ejemplo de dejar la tablet o cel y conversar con sus hijos mirándose a los ojos.  Si te ven ocupada chateando constantemente, no te interrumpirán, o si lo hacen, seguramente les contestes sin mirarlos a los ojos.  Guarda las pantallas como una forma idónea de estar disponible para los miembros de tu familia, y ellos para ti.

 

 

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