Los preadolescentes eligen su grupo en función de los rasgos de similitud que encuentran entre ellos.

En la infancia, tanto los niños como las niñas, se agrupan a través de intereses de juegos: hay quienes juegan con Barbies o muñequitos, y quienes patean pelota o saltan la soga. En la adolescencia la amistad implica el intercambio de intimidades y confidencias. Para ir de una fase de maduración a otra, hay que atravesar la Preadolescencia, donde podemos observar que van cambiando de grupo, pues en esta nueva etapa están más claras las semejanzas y diferencias, lo que los une o los separa, por lo tanto en la medida en que no se sienten cómodos en un grupo se distanciarán de ese para acercarse a otro más afín.

Observando el grupo que tu hijo elige, estarás conociendo cómo es él. El tipo de grupo nos habla de las personas que lo integran. Sus miembros desarrollan conjuntamente actividades, comportamientos, y valores que los identifican y les dan identidad. Así cada grupo tiene características diferentes a los otros.

Es importante que como padres nos demos un espacio para conocer quienes integran el grupo de nuestros hijos, así como observar cómo actúan como grupo, de ésta manera podemos conversar con nuestro hijo para reforzarlo en lo positivo que el grupo actúa en determinadas ocasiones, como también fortalecerlo frente a las dificultades que puedan presentarse con sus amigos.

Es positivo en la relación con tu hijo que te perciba cerca, interesado en él, pero cuida de ser respetuoso y evita que te pueda sentir entrometido en su intimidad, él necesita su espacio.

Existen cambios en la preadolescencia que son comunes tanto a varones como a mujeres:

• Mayor capacidad para hacer amistades.
• Se inician paulatinamente los cambios físicos.
• Irritables y agresivos.
• Preocupados por su imagen, la cual no siempre les gusta.
• Transformación biológica que afecta su comportamiento externo.

Uno de los rasgos más frecuentes es la búsqueda de autonomía, lo que implica que intenten ser más independientes frente a sus padres y más cercanos a sus amigos; esto supone que disminuye la comunicación con sus padres y aumenta con sus amigos. Continúa con una gran necesidad de afecto y cariño por parte de sus padres (aunque no lo demuestre). En esta etapa podríamos ver a nuestro hijo como un niño que está empezando a dejar de serlo, y es debido a esto, que en muchas situaciones se comporta como niño, y en otras de la impresión que tuviera mayor madurez. La preadolescencia se caracteriza por los cambios físicos que en ella ocurren, como es la maduración sexual, pues los cambios psicológicos y sociales importantes se presentarán durante la adolescencia.