cabecera familia

María del Pilar Sordo Martínez

María del Pilar Sordo Martínez

Psicóloga, columnista, conferencista y escritora chilena.

Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Hablemos de Vocación

Hablemos de vocación

 

Todos estos meses hemos estado repletos de artículos que nos hablan de empleabilidad, de las rentas que tendrán los alumnos al salir de la educación superior y de todo aquello que une el dinero con la formación y con el mundo del trabajo.

Vocación significa “ llamada”, e invita a un ser humano a mirarse hacia adentro y descubrir cuáles son esos fuegos internos que te podrían llevar a trabajar en algo que amas durante toda la vida.

 

Seguramente si eres un alumno de enseñanza media y diste la PSU este año ,  te preguntaron todo el tiempo ¿ que vas a hacer, que vas a estudiar, y donde? Y esta pregunta más que invitarte a reflexionar, seguramente generaba una coraza y solo producía resistencia para analizar el tema.

 

Estamos en un mundo que nos orienta todo el tiempo hacia afuera y cada día tenemos todos y todas menos espacios para mirar a nuestro interior.

 

Por lo tanto la primera invitación , es al silencio,a buscar espacios donde puedas “hacer un viaje” hacia tu mundo interno. Como requisito para esto es fundamental dejarte un espacio para apagar todo lo que tengas prendido en tu casa, y llamo a esto televisor , radio, computador y por supuesto teléfono .

 

Seguramente este silencio no te queda cómodo , y hasta te puede generar angustia por lo que puedas empezar a sentir. No te preocupes es el poco hábito a la ausencia de ruido y estás empezando algo maravilloso y que es a conocerte y entrar en tu alma y tus afectos . El silencio es la puerta de entrada a tu mundo interior.

Después de eso cuando te hayas permitido estar en silencio en este estado, pueden pasar dos cosas principalmente; una es que naturalmente salgan y aparezcan contenidos con imágenes y sensaciones o no haya nada que sentir y que ver.

 

En cualquiera de las dos situaciones lo que sigue es empezar a preguntarte cosas , lo que quieras. Pregúntate de todo pero enfocado a la vocación , es importante que te preguntes por tus sueños, esos de Niño o niña , eso que te puede hacer palpitar tu corazón y pensar que podrías dedicarle tu vida a aquello.

 

Esos sueños pueden o no tener que ver con tus habilidades y en términos simples para lo que eres bueno o no para hacer, porque muchas veces pasa y en estos tiempos mucho , que los y las jóvenes me dicen que no saben que sueños tienen porque lamentablemente los adultos no se los enseñamos a construir .

 

Al preguntarte ¿ Donde te ves como adulto(a), y haciendo que ?, aparece como fundamental que te puedas imaginar sonriendo la mayor parte del día.

 

Este acto que muchos podrían evaluar hoy en un mundo extremadamente realista , como muy ingenuo, es muy complejo ,pero sin embargo termina siendo la pregunta esencial en esta etapa de la vida.

 

En mi vida he cometido muchos errores y tenido muchos dolores , pero he ido adquiriendo algunas certezas que creo que es el momento de compartir.

 

Una de ellas es que si toda decisión tiene costos, es preferible pagar esos costos por algo que se ama hacer que por algo que solo me dará dinero.

 

Otra certeza es que el hace lo que ama , siempre tendrá lo necesario para vivir, adecuando las expectativas y la definición de lo que es “vivir bien” hoy día.

 

Y la última es que no existe el quehacer perfecto, ya sea un oficio , los cuales creo hay que volver a valorar,    o sea cualquier desempeño técnico o profesional, en todos se produce mucho cansancio , frustraciones y momentos maravillosos y otros y no pocos, injustos. Entonces estoy segura que cuando uno hace lo que ama, lo que le apasiona, aquello donde el tiempo se pasa rápido , es más fácil vivirlos y saberlos sobrellevar.

 

Quiero dedicar un espacio a los padres y madres o tutores de esos jóvenes. Evidentemente parto de la base que los papás y mamás queremos lo mejor para nuestros hijos e hijas; quizás el problema esté en la definición de que ¿ es lo mejor para ellos y ellas?.

 

Desde mi humilde lugar les pido que los acompañen en sus sueños, que les pregunten qué quieren hacer con sus vidas, que los escuchen desde lo que ellos y ellas quieren  y no desde lo que ustedes quisieran que ellos les contaran .

 

Dejemos los adultos de ser tan pero tan realistas, que estamos preparando muchas veces a nuestros hijos e hijas para el fracaso y no para tener grandes éxitos .

 

Creo qué hay que enseñarles a ellos y ellas a buscar sus sueños , a decirles que no será fácil nada en la vida pero que confiamos en lo que les hemos entregado para que sean capaces de enfrentar todo lo que venga y a sobre todo a que la pasión es algo a lo que no se puede renunciar ni transar en la vida, cueste lo que cueste.

Acabemos el año en reflexión

Hace muchos años que en este mes de Noviembre, he escrito que por favor me dejen vivir este mes que se nos fue. Noviembre ya es un mes que dejo de existir para dar paso a un Diciembre loco, estresante y casi sin sentido. Por eso quiero invitarlos a empezar a evaluar este año que tan rápido se nos fue, como viene siendo la costumbre.

Hacer una evaluación debiera incluir un sin número de factores como los económicos, salud, y por supuesto las emocionales.

¿Cómo nos fue este año?; siempre he dicho que no hay años buenos ni malos, sino que años en los que se aprende o años en los que no se aprende tanto.

Sin embargo tengo que reconocer que este fue un año muy duro para muchísima gente y no estoy excluida de ese grupo lamentablemente.

Conversando con alguna gente sabia, a la cual escucho mucho llegábamos a la conclusión que este año, fue un año para “ver”. Este Ver, fue una invitación a correr un velo de los ojos para poder mirar aquello que dolía pero nos invitaba a hacernos cargo. Es como correr el telón de un escenario y al abrirlo aparecen escenas que nos muestran aspectos de la vida.

A algunas personas esa escena les mostró temas de salud, a otros sus propias sombras, infidelidades, miedos, autocuidado y tantas cosas que todos los seres humanos tenemos que enfrentar en muchos momentos de nuestras vidas.

Frente a esto que se “vio”, algunos decidimos hacernos cargo y vivir el dolor y la desilusión que generalmente traen los duelos y transitamos por este proceso casi todo el 2018. El resto de las personas que “vieron”, y no se hicieron cargo probablemente tendrán que volver a procesar el 2019.

Sin embargo con todo lo doloroso que pudo ser en el mundo interno y externo este 2018, y de mi decreto de no querer aprender nada más del dolor, sino que solo voy a aprender desde la alegría y del gozo, tengo que reconocer que la pelea con los enemigos internos es una pelea apasionante en la que seguramente tendré que seguir batallando con ellos por mucho tiempo.

Todo el resto de lo que debiera ser la evaluación de este año, se los dejo a ustedes para que lo revisen desde la más absoluta libertad y se hagan todas las preguntas que quieran y mientras más mejor.

Ojalá no formen parte de este enorme grupo que acabo de describir donde este año fue muy duro, sino que hayan tenido un año lleno de abundancia en todo sentido y de sabiduría para vivir lo que les tocó.

Dejemos de desear un año “sin novedades”, sino que nos traiga muchas. Que aprendamos a decir “de lo bueno, mucho”, y nunca más de “de lo bueno, poco”.

Ojalá pidamos que nos “sobre” y no que “ahorremos” dinero para centrarnos en la abundancia y no en el miedo para cuando falte.

Evalúen lo que quieran, pero los invito a hacerlo para limpiar, soltar, perdonar, cerrar y poder empezar de nuevo.

Al final, cuando llegue el nuevo año, lo único que debiéramos pedir es sabiduría. Pedirla para vivir lo malo que va a venir igual y poder agradecer lo bueno que sin duda nos inundará y que seamos capaces de verlo.

Planificación estratégica

Para la gente que se mueve lejos del mundo empresarial, les cuento que la planificación estratégica es un evento que generalmente se hace una vez al año en toda  empresa para analizar el presente y planificar el futuro que cubre a lo mínimo un año siguiente a la evaluación.

Este proceso se hace generalmente fuera de la empresa, en algún lugar agradable, donde los directivos comen rico y duermen bien pero trabajan mucho.

En el mejor de los casos, se considera en el análisis a los trabajadores y sus necesidades y en el peor se ven los costos, ganancias e inversiones presentes y futuras.

Es como que se decide, “parar el tiempo” para analizar cómo estamos en el presente y hacia dónde vamos.

Siempre me ha llamado la atención como hacemos tanto esfuerzo para mantener nuestros trabajos y analizamos constantemente cómo mejorarlos y no tenemos el mismo enfoque en nuestros vínculos afectivos.

¿Porqué no pensar en que una pareja sola si tiene niños chicos y con adolescentes participando a ratos realice una planificación estratégica de su pareja, familia, etc.?

¿Es muy loco pensar que una pareja una vez al año prepare individualmente una evaluación de la relación, con los pro, los contra de del último año y junto con comer rico y dormir bien en un lugar fuera de la casa, puedan compartir las evaluaciones y generar un plan emocional para el año que viene que incluya afectos, presupuesto, vacaciones, deudas y todo lo necesario para poder vivir una vida más plena y más Consciente?

Sé que muchos que están leyendo esto, se pueden estar riendo porque parece exagerado, pero considerando el fracaso de nuestras relaciones , creo que es fundamental empezar a pensar además del mundo laboral y del dinero, en el mundo de las emociones que tan olvidado lo tenemos y tan analfabetos somos en nuestra forma de relacionarnos todos los días.

Algunos recordarán en estas líneas o en algunos videos de You Tube, donde estamos trabajando en varios lugares el ejercicio cotidiano de expresar que cosas del día nos generan rabia, miedo, pena o tristeza y alegría. Esto para cambiar la forma rutinaria y sin contenido que tenemos para comunicarnos con nuestros hijos.

Este ejercicio es y podría ser la antesala de a planificación estratégica que las familias o las parejas puedan hacer por lo menos una vez al año y en el mejor de los casos dos, para poder detenerse un espacio de tiempo, fuera de la casa a escuchar la evaluación que tiene cada uno de los integrantes: del vínculo, de la comunicación, de los gastos, planes y proyectos para que todos y cada uno se sientan partícipes y responsables de todo lo que ahí suceda puertas adentro.

Creo que sería maravilloso que así como los hoteles ofrecen espacios y tecnologías para realizar estos eventos los que además incluyen espacios de descanso, rica comida y confort, ahora los hoteles comiencen a ofrecer este mismo servicio a las familias para poder realizar una evaluación desde el alma y desde el mismo centro de la existencia.

Es hacer una evaluación desde el amor y desde la búsqueda de sentido, que creo es el gran tema de este siglo.

¿Estoy cansada/o?

Esta debe ser una de las frases que más escuchamos todos los días y quizás es la que más decimos cuando nos encontramos con alguien.

Pero lo que los quiero invitar a reflexionar es qué decimos, cuando decimos “estoy cansada(o)”. O mejor dicho la pregunta que debiéramos hacernos es ¿qué es lo que nos cansa?

Cuando he realizado esa pregunta, después de un momento de reflexión, empiezan a aparecer situaciones que sorprenden incluso al que fue preguntado.

Aparece por ejemplo que: el trabajo no me cansa, si el metro o la micro. Que mis hijos e hijas tampoco, pero sí me cansa no tener tiempo para mí.

Lo que quiero decir con esta invitación es que estamos llenas de frases hechas que en lo profundo no significan lo que decimos.

A veces incluso ni siquiera estamos cansados, pero estamos tan acostumbrados a decirlo que terminamos sintiéndonos así; es como la profecía autocumplida en el entendimiento de que las palabras generan realidades y hay que tener cuidado con ellas.

Quizás lo que más saben nuestros hijos e hijas de nosotros como papás y mamás es que estamos cansados y rápidamente ellos y ellas empiezan a repetirlo y usan esa palabra incluso para reemplazar otras como tengo pena, estoy aburrida, me siento angustiada y como nos damos poco permiso para mostrar esas partes de nosotros, decimos como si fuera una bolsa de gatos, “estoy cansada” para resumir un montón de emociones que no sabemos modificar.

Estamos en el último trimestre del año y hoy más que nunca se válida esa palabra, y con esto no estoy diciendo que no nos permitamos decirla y mucho menos a sentirla pero lo que pido en esta reflexión a que por lo menos sepamos lo que estamos diciendo y podamos meternos dentro de nosotros y sepamos cómo nos sentimos y sea eso lo que decimos y no otra cosa.

Es tanta la dificultad que en el mundo hispano tenemos para entender que la fortaleza pasa por la vulnerabilidad, que buscamos como palabras tipo que nos permitan seguir funcionando todo el tiempo.

Otro ejemplo es cuando decimos “estoy bien” como una respuesta automática sin tener idea de cómo estamos realmente.

Es muy probable que si aumentáramos la cantidad de preguntas diarias a nuestro mundo interno sería más fácil ser honestos y usar las palabras que sentimos y no aquellas que estamos pautados para decir y así seguir funcionando, sintiéndonos validados por todos y sin mucho espacio para el mundo interno.

Quiero desde el corazón invitarles a que se pregunten ¿estoy cansada en serio?, o lo que siento como cansancio es otra cosa que no he logrado descubrir o lo que es más grave aún, que ni siquiera me sienta tan cansada pero esté acostumbrada a decirlo todos los días como una respuesta automática.

 

Lo que sea que te canse, intenta solucionarlo y cambiemos el lenguaje para que cambien las realidades.

 

Hasta el próximo mes!

¿ Se puede decir , estoy mal?

En este último mes me han pasado muchas cosas o tal vez no tantas pero se han acumulado varías que me han hecho estar muy sensible, cansada y a ratos muy triste.
Esto me ha llevado a observar con asombro, cómo nadie o casi nadie para no generalizar te permite poder transitar por estados de cansancio o melancolía o mejor dicho de tristeza. Creo que lo único que nos permitimos decir y somos contenidos por otros es cuando decimos que estamos cansados, ahí nos sentimos como en un colectivo donde todos y todas pareciera que estamos en lo mismo y con permiso para decirlo.

El problema aparece cuando decimos “ estoy triste”, “ no doy más “ y tantas otras que muestran nuestra vulnerabilidad.

Es como lo qué pasa con el llanto, que ya lo hemos 
reflexionado en otras ocasiones, no se puede llorar y tampoco se puede decir “ estoy mal”. Todo el mundo o la mayoría de ella te dicen , ponle onda, tu puedes, todo pasa, vas a poder y muchas frases más como tienes que ser positivo (a), darle para adelante etc. Estoy segura que todos y todas las que escuchamos estas frases sabemos que son verdad, que tienen sentido y hay que ajustar todos los motores para salir adelante. Sin embargo el escuchar, el entender y estar de acuerdo con cada uno de esos planteamientos no es incompatible con permitirnos estar frágiles que a la larga es nuestra gran fortaleza.

Tengo la impresión que el aceptar que estamos mal , nos deja pegados ahí y nos lleva a una depresión casi seguro. Es como que todo el rato hay que negar el estar mal , y ser optimista y agradecida todo el tiempo.


También estoy de acuerdo con esa frase pero ser extremadamente positivo es primo hermano de ser negador. El verdadero positivismo es el que avanza pero asumiendo la vulnerabilidad. Claramente hay que cambiar de una vez por todas el concepto de fortaleza ; ser fuerte significa ser vulnerable y expresar lo que se siente cuando se siente y esto no es incompatible con la honestidad privada y pública de reconocer que uno está atravesando un momento difícil en la vida . Si no con los duelos no se puede decir al poco tiempo de la pérdida que uno está desvastado , mucho menos lo pueden decir todos los seres humanos que se sienten frágiles , tristes y a ratos con los brazos caídos. De verdad , pido permiso para que todos los que estamos
o podemos estar en momentos difíciles lo podamos decir y en vez de llevarnos a negarlo , nos contengan , nos acepten así y desde ahí seguro que sacaremos fuerzas para salir y avanzar. Sabemos que tenemos que salir adelante, sabemos que tenemos que ser positivos y agradecidos de lo mucho o de lo poco que tenemos, pero en el camino queremos y la gente quiere poder sentirse frágil, sentir y poder decir no estoy bien. Que podría tener de malo poder decirlo y permitírselo incluido el llanto y la sensación tantas veces repetidas de no poder más. Siempre se puede más y estoy segura que si me permito una pausa , seguramente la fuerza con la que saldré adelante será potente y sobre todo más sana .

Me impresiona como negamos nuestros estados de fragilidad , como nos mentimos y le mentimos al resto para ser “ fuertes” siendo que así somos mucho más débiles.
Ha sido tan lindo hablar en los talleres de este concepto que a nombre de esa gente y del mío propio, pido permiso para permitirme estar mal un rato.

 

 

Viva la diferencia, de Pilar Sordo

Viva la diferencia, de Pilar Sordo

Entrevista especial, para entender lo que significa para Pilar Sordo, "Viva la Diferencia".

 

Consejos para la Pareja

Escuchemos lo que piensa Pilar Sordo sobre las expectativas que tiene el hombre sobre la mujer y la mujer sobre el hombre, y la relación que van a construir. Al final, nos deja un consejo para las parejas.

 

Aumenta las preguntas

Hace mucho tiempo unos mayas me enseñaron algo que he intentado practicar, y que no es nada fácil.

Ellos me preguntaron ¿cuántas preguntas te haces al día?. Al ver mi cara de sorpresa era evidente que no me hacia o me hacia muy pocas. Me empecé a preguntar porqué no me preguntaba y lo que apareció era obvio, me daban miedos las respuestas. Tendría que hacerme cargo de ellas, y probablemente hacer cambios y tomar desiciones .

Cuando llevé este aprendizaje a talleres me di cuenta que no estaba sola en este problema y que a todos o casi todos nos pasaba lo mismo.

Cuando me refiero a preguntas , quiero decir cuántas veces en el día, te preguntas ¿cómo estás?, o ¿cómo está tu vida?, ¿cómo te sientes? Y tantas otras que pueden venir a tu cabeza.

Es verdad que al sistema económico que tenemos no le conviene gente pensante o que se pregunte muchas cosas, así consumimos más y somos más “dóciles” al momento de actuar. Quizás por eso hemos ido eliminando la filosofía de las aulas y de las calles, lo cual sólo me asusta y no me gusta.

Las preguntas que nos hacemos son nuestro pequeño espacio de libertad que nos permite poder elegir y sobre todo hacernos cargo de todo lo que nos está pasando.

Las preguntas ayudan a que no nos mintamos, a que seamos capaces de ver nuestras luces y nuestras oscuridades todo el tiempo y podamos actuar en consecuencia .

Quiero invitarte a hacerte preguntas desde que te despiertas hasta que te acuestes, no para que puedas elegir, seguramente hay muchas de ellas en que la respuesta será obvia y no podrás elegir pero el solo ejercicio de practicarlas te hará sentir distinto frente a todo, incluso frente aquello que tendrás que hacer igual o en aquellas donde la respuesta será evidente.

El solo ejercicio te sorprenderá porque habrán muchas respuestas que las dará tu cuerpo y tus emociones sin poder controlarlas desde tu cabeza, simplemente ocurrirán.

Es como cuando tiembla o es Año Nuevo donde tu cabeza se va a personas que no imaginaste o que te ratifican que son las importantes de tu vida.

Te harás preguntas como si quieres hacer regalos de navidad en noviembre, o si tu hijo(a) necesita otro par de jeans o tal vez si es necesario o si quieres comer ese pie que sabes que te engorda.

Tal vez serán más importantes como si eres no feliz, si estás en paz, si te sientes bien o orgullosa(o) de ti mismo(a).

Te advierto con cariño que el ejercicio de hacer más y más preguntas requiere de una condición y esta es la valentía, para poder aceptar las respuestas y hacerte cargo de ella. No es tarea nada fácil ni cómoda, pero te aseguro que es muy satisfactorio el ejercicio de ser congruente con uno mismo, y actuar desde el corazón todo el tiempo.

También da miedo empezar a practicarlo todo el día, pero es solo al principio. Pasa algo hermoso que, es que después de ver, no es nada cómodo volver a hacerte el tonto(a) haciéndote el ciego(a) de nuevo.

Parece ser un aprendizaje que no tiene retorno.

Buena suerte, ojalá lo practiques con todo, yo al menos estoy en eso.

 

 

CONTÁCTANOS

    • Contribuye a formar familias con valores y herramientas que eduquen con la firmeza y AMOR necesarios para cimentar una sociedad de cambios constantes
    • Porque Padres educados pueden educar con la firmeza y Amor necesarios para cimentar una sociedad que enfrenta cambios constantes

 

  • Escríbenos a nuestro Consultorio Online
  • Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Top
We use cookies to improve our website. By continuing to use this website, you are giving consent to cookies being used. More details…