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El grupo de amigos en la preadolescencia

Los amigos en la etapa de la preadolescencia adquieren para los chicos una vital importancia, y esta relación con el grupo es necesaria y significativa en el desarrollo de toda persona en su camino a la adultez.

El preadolescente adquiere seguridad personal al pertenecer a un grupo, pues encuentra a otros como él, con quienes se siente cómodo pero sobre todo aceptado. No pertenecer a un grupo significaría aislamiento, lo que implicaría un alto nivel de sufrimiento.

Dentro del grupo, prueba su capacidad de influir o ser influenciado, conoce el rol que puede desempeñar entre amigos, desarrolla su personalidad, percibe si es de los callados, o de los que da su opinión con facilidad, es consciente de las respuestas que reciben sus propuestas, positivas o negativas, se va descubriendo continuamente a sí mismo a través de la retroalimentación que el grupo le da.

En su proceso de ir creciendo en autonomía, en relación a sus padres, el grupo de amigos es el nuevo referente que adquiere especial importancia y con quienes compartirá su tiempo y estará en constante comunicación. Ya que el grupo adquiere vital importancia en la vida del preadolescente, tu hijo, es muy importante que como padres conozcamos quienes son sus amigos y cómo son sus amigos, pues el grupo que él elige nos devuelve una mirada de cómo es nuestro hijo.

Características de la Adolescencia

Autoafirmarse: Lo ayuda a estar consciente de su individualidad, sentirse diferente a sus padres, mostrar convicciones propias, argumentos firmes, independencia en relación a ellos. Se pregunta: ¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Qué quiero? Es indispensable en el desarrollo de su personalidad.

Rebeldía: Confronta a sus padres poniéndolos a prueba constantemente, cuestionando sus modelos, valores, comportamientos y actitudes, siendo muy crítico hacia ellos. Lea también: La confrontación con tu hijo adolescente

Desarrolla la capacidad de razonamiento: El hecho de razonar y pensar por sí mismo le da la seguridad personal que utiliza a la hora de sostener criterios propios para diferenciarse de sus padres. Tiene explicación para todo y se siente dueño de la verdad, a la vez que es sensible a la crítica de los adultos.

Fluctúa entre un comportamiento infantil y uno adulto: Rompe con la etapa anterior de la infancia. Aumenta su madurez gradualmente, aunque en ocasiones se comporte como un niño, pues crecer implica nuevos retos y causa temor, permanecer niño significa sentirse protegido por sus padres.

Lucha por ser más autónomo: Aunque a veces nos parezca que depende como un niño, él está tratando de demostrar a sus padres que puede ser independiente de ellos, y en las ocasiones en que se incapacita frente a una posibilidad de crecimiento es porque el miedo al fracaso lo paraliza, y prefiere actuar como niño pequeño antes de demostrar que no lo logró o se equivoco.

Cambios en los estados de ánimo: Va de la alegría a la tristeza al mal humor en cuestión de minutos de tal forma que ni él mismo se entiende, ni se resiste.

La apariencia física cobra una gran importancia: Su imagen física, que tanto a cambiado, y con la que no siempre está a gusto, se convierte en un punto primordial en su vida al que dedica buena parte de su interés y tiempo. Es por ésto que a los padres nos puede sorprender cuánto tiempo pasa frente al espejo, lo que no debe ser un motivo de preocupación, sino de reconocer que es parte natural de la edad, ellos miran los cambios para reconocerse y aceptar su nueva imagen.

El grupo de amigos: Son el centro de su vida. Este cambio que inicia en la pubertad toma fuerza en la adolescencia en que los amigos ocupan un lugar relevante convirtiéndose en la compañía de la que disfrutan.

¿Presión de grupo en la preadolescencia?

La influencia que ejerce el grupo de amigos en el preadolescente es trascendental.

Consideramos presión de grupo cuando un preadolescente tiene un comportamiento determinado, positivo o negativo, con el que no está necesariamente de acuerdo, con el ánimo de pertenecer al grupo y ser aceptado por sus miembros.

Para que pueda manejar adecuadamente esta presión es indispensable que tenga una autoestima positiva, y buena comunicación con sus padres; así, podrá tener la fuerza personal suficiente para no aceptar conductas negativas impuestas por el grupo, a pesar de correrse el riesgo de ser rechazado por éste. Esta autoestima es la que lo ayudará a reflexionar si se siente cómodo o no en ese grupo, y si lo conveniente, para él, sería buscar nuevos amigos, tomando decisiones pensadas en su bienestar.

 

 

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