María Fernanda Noboa

María Fernanda Noboa

Psicoterapeuta de Familia y de Pareja

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Matrimonio: Amar para siempre

Antes una refrigeradora era para toda la vida, cada objeto que adquiríamos era con la promesa, y también esperanza que durara mucho tiempo, lo más posible, para no tener que reemplazarlo, y si fuera posible, ¡para toda la vida!

Las relaciones entre las personas son el reflejo de la era consumista… mientras nos benefician y nos sirvan las adquirimos, las conservamos mientras sean útiles, luego cuando ya no nos rinden, las desechamos, como objetos: dejaron de cumplir la función por las cuales se las eligió.

¿Ahora que sucede? Cuando se daña, viene el técnico y nos dice, nada como las de antes, si ésta refrigeradora nueva se daña, mejor bótela y compre una nueva, repararla es muy caro, ahora todo lo hacen desechable.

En los tiempos que vivimos, queremos consumirlo todo y vivir para el placer y bienestar, la comodidad se ha convertido en un valor, es decir esforzarnos poco o nada, pero recibir a cambio todo lo que sea posible.   Pensamos, que es en esta forma como encontraremos la felicidad.   Cuando vamos al mall y compramos algo, apenas vamos saliendo ya pensamos en que más queremos regresar a comprar, invertimos mucho tiempo pensando en los objetos que nos faltan, y no tanto en lo apenas adquirido, es como si perdiera valor rápidamente, con poco uso ya es viejo..."está usado".

Me preguntarán: ¿que tiene que ver esto con el amor y el matrimonio? ¡Pues todo! Ahora el amor ha pasado a ser un bien de consumo más, igual que con la refrigeradora, ya no esperamos que "el matrimonio sea el amar para siempre", y si es que todavía pensamos que sea para toda la vida, no ponemos todos los medios para lograrlo esperamos que sea el otro el que lo haga.  Son pocos los decididos a poner todo de sí mismos para salir adelante frente a las dificultades.

Las relaciones entre las personas son el reflejo de la era consumista… mientras nos benefician y nos sirvan las adquirimos, las conservamos mientras sean útiles, luego cuando ya no nos rinden, las desechamos, como objetos: dejaron de cumplir la función por las cuales se las eligió. Y, que pasó con “te amaré hasta que la muerte nos separe”, se está cambiando por te amaré mientras me des lo que necesito, y de la forma como me gusta” (atención, cariño, independencia de los padres, bienestar económico, comodiad, etc )..."cuando ya no cumple con los requisitos por los cuales lo elegí, busco eso en otra persona que me haga sentir bien, que me de lo que busco…” "pues me merezco algo mejor, no nací para sufrir…sino para ser feliz” es lo que escuchamos.

Amar por un tiempo:

Cuando hablo del amor para un rato me refiero a las relaciones rápidas, intensas, que duran poco, en donde no hay un compromiso, sin embargo entrego mucho, a uno mismo en el acto sexual, pero CREO que doy poco, pues tratan de proteger todas sus emociones para no sufrir luego cuando la relación se termine (casi siempre están pensando, ¿cuando es que se termina?, pues no hay entre ellos un contrato implícito a largo plazo, ni la posibilidad de que exista). La gran paradoja es que mientras se trata de ser feliz, solo se encuentra el vacío y la tristeza que deja una relación más, en la que no se comprometen por protegerse emocionalmente, pero terminan silenciosamente heridos. Esto sucede tanto en parejas en etapas de enamoramiento, como en los matrimonios, que ha pesar de tener un rito explícito en el cual se prometen estar toda la vida juntos, no creen que eso sea posible.

¿Qué nos llevó a esto? ¿Qué sucedió que ahora las relaciones son tan frágiles?

El compromiso se ha convertido en un desafío a los tiempos postmodernos en los cuales el consumo, el bienestar y la comodidad son el hilo conductor de la vida.

Los miedos:

Existe realmente un terror al compromiso, que a la vez encierra muchos miedos.  Miedo a perder la independencia para hacer lo que quiero a la hora que me provoca….y volverme dependiente y perder espacio de acción…miedo a la incertidumbre que trae una relación de dos… miedo a perder comodidades… miedo a que el otro saque lo peor de mí… miedo a que no confíen en mí… Miedo al conflicto…miedo a renunciar a algo para llegar a acuerdos… miedo a no recibir lo que espero… miedo a perder el control de la situación…miedo a donarme por entero y que el otro lo haga a medias… Miedo a que el otro no se comprometa como yo y me deje… desconfianza en el otro... miedo a el cambio…en el fondo existe un gran miedo a sufrir y a amar.   Estos miedos se convierten en una gran coraza, que a la vez que me protegen de salir herido de una relación, impiden que el otro me ame, pues no pueden llegar a mi… y por lo tanto impiden que ame, pues si amo podría quedar indefenso.

Si no me comprometo, no me entrego por lo tanto elijo ser libre, sin responsabilidades hacia un Tu, vivo una falsa felicidad, pues lo que encuentro es soledad, egoísmo, resentimientos, heridas. Una relación sin compromiso está destinada a morir. Es una trampa, en la que encuentro exactamente lo contrario a lo que buscaba.

¿Que significa amar para siempre?

Cuando dos personas elijen estar juntas para toda la vida, con plena convicción de su decisión, se comprometen a amar al otro, a dar lo mejor de sí, a cuidar al otro, a respetarlo, a incomodarse, a plantearse un proyecto de vida en común. El ser amado resulta como respuesta del amar al otro.

Si me comprometo con otra persona en una relación para toda la vida, tendremos momentos de intimidad, alegría, ternura…viviremos con la seguridad que para los dos la relación es para siempre, lo que implica que ante las dificultades, las tristezas, los desacuerdos, los resentimientos, los sufrimientos que son parte natural del matrimonio, trataran juntos de buscar soluciones, para vivir plenamente esta meta, y no será la separación la primera respuesta.

Es decisión nuestra si elegimos relaciones sin compromiso, o elegimos amar a otro para toda la vida, con la disciplina y voluntad que cada uno de nosotros posee, dispuestos a caminar con nuestra pareja a través de los inviernos, fríos y sombríos, así como disfrutar de las primaveras soleadas y florecidas, con la disposición de mantenernos de la mano del otro.

Cómo solucionar los conflictos de pareja

Existen muchas situaciones que desencadenan en problemas conyugales.  A continuación describimos algunos de ellos y la forma como solucionar los conflictos de pareja.

1. ¿ Quién tiene la razón?

“yo se reconocer cuando me equivoco, pero ella… Nunca!

Lo más común es pensar que uno tiene la razón y el otro está equivocado, y esperar siempre a que el otro se disculpe por su falta. Es frecuente la frase: “yo se reconocer cuando me equivoco, pero ella… Nunca” .   Mientras pensemos así va a ser muy difícil solucionar el problema.

¿Han pensado alguna vez cómo se siente el otro cuando discutimos, y qué es lo que lo lleva a comportarse de esa manera? Más aún, ¿que hacemos nosotros para provocar esa reacción en el otro?   Cuando hay una discusión hay dos posiciones y estas se influencian recíprocamente todo el tiempo.

En vez de estar acusando al otro de culpable, y si nos importa lo suficiente nuestra relación, el ejemplo a nuestros hijos y el ambiente familiar, podríamos dejar del lado la dinámica ataque/defensa/ataque para ser protagonistas del cambio. ¿Cómo?   Pensando: qué puedo hacer yo, dónde debo cambiar yo, para que estas diferencias no terminen en discusiones eternas en dónde nos herimos y resentimos, sino que lleguemos a una solución constructiva. En el momento en que uno cambia algo en sí mismo, el otro lo hará también, pues sentirá una relación mucho más placentera y estará motivado a continuar con la dinámica positiva, sobre todo sentirá que le importa al otro, y esto hará que valga la pena el cambio.

Esto no es fácil… muchas personas consideran que esto es rebajarse frente al otro… Yo no lo creo así, siento que es de valientes tomar la iniciativa, sobre todo cuando hay amor y de verdad se quiere luchar por la relación.

2. ¿Y el resentimiento?

El perdón es buen compañero, es ofrecer al otro una nueva oportunidad y no sacar en cara en las próximas discusiones la lista de ofensas recibidas con anterioridad

En cualquier discusión, si no se llega a una conclusión oportunamente, se puede pasar rápidamente del tema en cuestión, "las malas notas del hijo",por ejemplo, a herirse la pareja duramente. Es ahí cuando los ataques se convierten en descalificaciones verbales y gestuales, agrediendo al otro con todo nuestro cuerpo, en la medida en que las discusiones son más frecuentes, las descalificaciones aumentan hasta llegar al punto de haber acumulado grandes dosis de resentimiento en contra del otro.   El resentimiento es mal acompañante. ¿Cómo salir de una situación tan negativa? No es fácil, pues ya hay mucho dolor, y es real.

El perdón es buen compañero, es ofrecer al otro una nueva oportunidad y no sacar en cara en las próximas discusiones la lista de ofensas recibidas con anterioridad. El que ha ofendido siempre podrá reparar el daño cometido, es decir, reconocer su responsabilidad pidiendo perdón y haciendo un gesto positivo que le sirva al otro como símbolo para restituirle lo quitado. Es un acto, cómo unas flores, o una cena, una conversación con los suegros, después del cual los dos puedan pasar la página.

3. Una comunicación positiva.

Trasmitir lo que queremos decir no debe significar tener siempre un conflicto o una pelea aunque el otro piense diferente

La forma cómo nos comunicamos tiene mucho que ver en la manera de resolver nuestros conflictos, favoreciendo o desechando la posibilidad de llegar a un acuerdo. Una mala comunicación es fuego en la discusión, una buena comunicación es una puerta que se abre para llegar a un acuerdo.

Una cosa es decir: “otra vez a casa de tu mamá, ¿acaso no tienes nada mejor que hacer?” ella contestará “si, y qué”… muy diferente sería que le pregunte: “¿Vas a ir hoy a casa de tu mamá? Hoy viene el maestro carpintero y me gustaría que lo atiendas” Seguramente ella responda, “si iba a ir, pero mejor hago lo que me pediste”. En el primer caso la pregunta parecería encerrar un reclamo y además un juicio de valor, que a su vez causa malestar y se convierte en conflicto, el segundo demuestra la verdadera intención que era pedir un favor. Y si lo que lo preocuparía a él es en realidad la frecuencia con que ella visita a su mamá, seria mejor que se lo pregunte directamente: “Me preocupa que pases todos los días en casa de tu madre” es una frase que invita al diálogo a través del cual podrán conocer mejor que la motiva a esas visitas, a la vez de saber ella lo que el opina o siente sobre eso.

“Este niño sí que es engreído, la mamita le da de comer en la boquita” es un comentario que descalifica a la madre y al hijo y lo que consigue es que se alejen del padre, si lo que el quiere es ayudar a la autonomía del hijo, mucho mejor vendría que diga “que te parece si dejas al niño comer solo, creo que lo ayudaría a crecer”   de ésta forma se dice lo que se piensa y se transmite la verdadera intención, evitando la descalificación.

“¿Qué manera de llegar tarde, de dónde vendrás?” Esta pregunta llevará al esposo a una contestación seguramente defensiva, porque lo que trasmite es desconfianza, pero si le dice “estás llegando tarde de la oficina, te extraño”, lo invita a que le cuente porqué llega tarde y seguramente a que se esfuerce en llegar temprano la próxima vez.

La forma en que comunicamos las palabras y los gestos con los que las acompañamos son de gran importancia al momento de tener un diálogo, trasmitir lo que queremos decir no debe significar tener siempre un conflicto o una pelea aunque el otro piense diferente…puede haber un gran desacuerdo, pero comunicado positivamente y trasmitiendo el argumento y los sentimientos propios al respecto nos lleva a respetarnos y conocernos mejor, las descalificaciones solo nos distancian.

De la forma cómo los adultos de la familia, la pareja, enfrentemos nuestras diferencias directamente, y lleguemos a acuerdos en dónde unas veces se le de la razón a uno, y otras veces al otro, permitirá a los hijos crecer con un modelo de familia en donde se puede llegar a acuerdos y respetar a la otra persona aunque tenga un criterio diferente al propio. Y si la pareja se ha ofendido y luego han salido fortalecidos de la crisis se estará modelando que nosotros también nos equivocamos, pero somos capaces de perdonar y reparar porque amamos.

  

¿Mi pareja o mis hijos? ¿Quién debe ser prioridad?

Con mucha frecuencia escucho decir: ¡Desde que nacieron nuestros hijos se acabaron las vacaciones de pareja, mi esposo no puede viajar si no es con nuestros hijos! ¡Dice que le da pena dejarlos! … Ya no tenemos tiempo para nosotros!

¿Mi pareja o mis hijos?

Si no es ella la que lo dice, lo dice él, o si no lo cuentan como algo que les ocurre a los dos, pero en conclusión cada vez tienen menos momentos para ellos, o no tienen ninguno. ¿Por qué será que muchas parejas renuncian a sus momentos de esposos para dedicarse exclusivamente a los hijos? Será solo que les da pena dejarlos, o en realidad lo que sucede es que ponen a su rol de padres en primer lugar sobre la pareja? Tras esta queja se esconde una dificultad de ambos de ser pareja, pues nos resulta mucho más fácil ser padres.

Después del matrimonio uno de los acontecimientos más importantes en la vida de la mayoría de las parejas es el de ser padres. Asumimos esta enorme responsabilidad llenos de amor y de ilusión, a veces con un poco de inseguridad. Esta es una experiencia que nos llena de felicidad y además nos hace sentir necesarios para el bienestar de nuestros hijos. Es emocionalmente una tarea muy gratificante.

Con el nacimiento del primer hijo la pareja de esposos adquiere un nuevo rol: el de padres.   Es entonces en que comenzamos a combinar nuestras actividades de esposos con las de padres, dos roles diferentes en una misma pareja.

Indudablemente con el primer hijo vienen muchos cambios, la pareja debe adaptarse para combinar sus actividades con las responsabilidades propias de ser padres. Esto implica muchos ajustes, seguramente en un inicio la madre estará más pendiente del bebé, mientras el marido se siente desatendido. En la medida que el hijo crece y va a la escuela será cada vez menos dependiente de los cuidados de los padres y estos tendrán más oportunidades de reencontrarse… ¿pero qué sucede? Usualmente para éste momento hemos crecido como padres y le hemos dado a la parentalidad un espacio prioritario en nuestra vida. Todo esto pasa muy rápido casi sin darnos cuenta.   Ahí es cuando nos preguntamos, cual será la prioridad…¿en donde quedó la pareja de esposos?¿o es más importante a nivel personal convertirme en el papa que yo no tuve?

¿Cómo hacer para ser buenos padres y a la vez construir un matrimonio fuerte?

Lo que sucede muchas veces es que el rol de padres crece en detrimento de la propia pareja, y luego estos están tan distanciados que ya ni pueden verse cara a cara. Hay básicamente dos tipos de parejas: las que priorizan el rol de esposos y las que priorizan el rol de padres. Los dos tienen sus ventajas y desventajas. Las dificultades más serias se presentan cuando los dos miembros de la pareja pertenecen a diferentes grupos, uno prioriza el ser padres y el otro el ser esposos.

Las parejas que priorizan su rol de padres garantizan generalmente un muy buen cuidado a los hijos, ellos se sentirán amados por sus padres, y seguramente sus necesidades estarán muy bien atendidas, la dificultad radica en la tendencia a que sean chicos muy dependientes de sus padres y sobreprotegidos.   Generalmente estos padres se sentirán realizados como pareja a través de los logros de los hijos. Además tienen una necesidad muy grande de la presencia de los hijos a quienes se han dedicado, pues si estos se van , vuelven ha estar solos los dos y toman conciencia del deterioro de su matrimonio, lo que a largo plazo repercute negativamente sobre los hijos.

Los que son sobre todo pareja se garantizan un buen matrimonio, y son aquellos que fomentan la independencia de los hijos pues los ven como personas más autónomas y menos necesitados de ellos. Los preparan para que algún día no los necesiten a ellos y puedan estar solos los dos como en un inicio de su matrimonio. El riesgo aquí es que en el afán de lograr la independencia de los hijos los dejen sin la protección y el cuidado necesarios .

¿Qué pasa cuando en la pareja uno es más padre y el otro más pareja?

Aquí se se presenta un conflicto serio, pues estarán en constante disputa, uno por recibir atención de su esposo, y el otro porque considera que su compañero no es suficientemente buen padre. Los dos tienen prioridades diferentes. En este conflicto involucrarán poco a poco a los hijos que terminarán aliándose con alguno de sus padres en contra del otro hasta que el problema influya negativamente en todos los miembros de la familia, causando gran sufrimiento : Son situaciones que a veces nos resultan algo familiares: ¡Que te cuesta salir esta noche conmigo y dejar a los niños! o viceversa: ¡Cuando será el día en que le des importancia a tus hijos y les des un poco de atención!!

Pues los dos tienen necesidades personales emocionales distintas, el uno necesita más de la pareja y el otro necesita más de los hijos.

El reto de la pareja radica en que el ser padres no crezca en detrimento de la conyugalidad, y que ésta no crezca en perjuicio de la parentalidad.

¿Entonces cómo logramos un equilibrio entre éstos dos roles?

Esforzarnos por ser suficientemente buenos padres para lograr hijos amados y seguros de sí mismos que en su momento puedan volar y hacer su vida, al mismo tiempo construir un matrimonio fuerte, que tenga espacio exclusivo para la pareja, que fomente su complicidad, donde puedan resolver positivamente sus conflictos, que luchen por un proyecto en común y que cuando los hijos tengan que partir , se puedan ver cara a cara reconociendo en el otro a su compañero de vida.   finalmente esto influirá positivamente en los hijos porque llevarán el ejemplo de un matrimonio que se dio tiempo para amarlos y educarlos y que para realizar esta tarea a cabalidad se dieron prioridad el uno al otro.

Entonces podremos tener vacaciones de pareja teniendo la seguridad que es un momento en el que disfrutaremos el uno del otro con la plena convicción que estamos invirtiendo en nuestro futuro y con la tranquilidad que nuestros hijos estarán en casa seguros y que no les pasará nada con nuestra ausencia.

¿Cómo reconocer que somos más padres que esposos?

  • Mis hijos duermen con nosotros y nos da pena mandarlos a su cama
  • Todas nuestras vacaciones o momentos de descanso incluyen a los niños
  • Nos cuesta mucho esfuerzo salir de casa sin ellos
  • Nos sentimos culpables si nos divertimos sin nuestros hijos
  • Nuestra conversación gira siempre en relación a nuestros hijos
  • Nos cuesta mucho esfuerzo conversar “sobre nosotros”
  • Sentimos que nos necesitan para tener éxito

Tips para crecer como matrimonio:

  • Dialogar sobre como nos sentimos el uno con el otro
  • Buscar momentos para estar juntos y solos fuera de casa
  • Reservar la habitación como lugar exclusivo de intimidad
  • Enfrentar las situaciones que nos causan conflicto y conversarlas

Necesidades afectivas de los hombres

¿A quién no le gusta recibir una caricia, un beso, un abrazo, unas palabras bonitas? Que nos escuchen con atención, que nos den gusto en lo que es importante, que nos sorprendan…en otras palabras recibir esos pequeños detalles cotidianos en donde nos sentimos amados. Muchas veces tenemos la percepción, nosotras, que esto es privilegio de las mujeres. Tenemos una imagen masculina preconcebida a través de la cultura, de un hombre fuerte, grande, duro, que no tiene necesidades afectivas. Que su naturaleza es práctica, solucionadora de problemas, de pocas palabras. Que solo necesita, su sofá, el fútbol, la comida y el sexo. Pero esto no es tan cierto…

La queja femenina

Nos enfocamos las mujeres en recibir, en esperar de ellos, en quejarnos por lo que no nos dan: y si el me escuchara, y si él se comunicara más, Y si él fuera más cariñoso, y si el colaborara más, y si él me adivinara el pensamiento, y si él fuera menos egoista, y si el se dedicara más a mí, que perdemos de vista sus necesidades afectivas por concentrarnos en las nuestras.

Necesidades afectivas

Las necesidades afectivas son parte de las necesidades primarias del ser humano como el oxígeno (imprescindible para la supervivencia de un ser vivo) las necesitamos desde que nacemos y seguimos necesitándolas siempre, no porque maduremos dejan de ser imprescindibles, las tenemos todos, hombres y mujeres, y en todas las etapas de nuestra vida. A nosotras y tal vez a ellos nos cuesta aceptar su vulnerabilidad, natural, humana, pues, como dice Dalmiro Bustos “su valor como ser humano está dado por la capacidad de ser líder, proveedor, osado, decidido, potente, sin miedo...” Son en realidad tan sensibles, que si en casa la esposa está triste o mal genio ellos también se sienten afectados, no suelen ser indiferentes a lo que les pasa a ellas, es por eso que sostengo que el estado de ánimo familiar es el resultado del estado de ánimo que tiene la mamá/esposa en ese momento. Pueden ser muy bromistas con todos, pero si la esposa les hace una broma a ellos, se resienten, y lo viven como deslealtad, pocos son los hombres que se pueden reír de sí mismos

¿Candado emocional?

Cuantos se permiten decir “me siento triste”, “frustrado”, “con miedo”, y es frente al silencio de las emociones que aparecen las gastritis, úlceras, presiones altas e infartos. En realidad no se si nosotras estamos listas o siquiera les permitimos con nuestro comportamiento de siempre esperar que sean fuertes y seguros, que ellos expresen sus emociones en casa. Si van a terapia ellos son capaces de mostrar sus inseguridades y hablar sobre sus sentimientos. ¿Pero, hay que ir a terapia para poder mostrarse a la esposa? O ¿se puede empezar en el hogar? Será que nosotras nos pasamos la vida esperando ser contenidas por ellos, que no permitimos que ellos se expresen con nosotras por evitar tener que contenerlos, pues es algo que de repente no sabemos cómo hacer… o nos da miedo vislumbrar la vulnerabilidad de nuestra pareja y aceptar que no son tan fuertes e invencibles como siempre hemos creído, lo que nos causa mucha inseguridad a las mujeres. A nosotras nos es tan fácil expresar lo que sentimos, tenemos permiso para ello y nos han educado para que sea espontáneo, casi un derecho ganado por ser mujeres, pero a ellos no…es como si tuvieran un candado emocional que nadie quiere abrir….ni ellos, ni nosotras…sin embargo muchas veces disfrazan estos sentimientos y necesidades emocionales con manifestaciones de furia, mal genio, silencio, cansancio, mostrándose agresivos, cuando eso no es lo que están sintiendo. Vivimos una gran paradoja, pues perseguimos muchas veces a nuestros esposos para que dialoguen, hablen, pero al mismo tiempo les mandamos un mensaje no verbal que dice: “eres el hombre de la casa, el proveedor, que debe ser fuerte, y tener éxito” lo cual hace que si ellos tienen algo que decir, que no sea tan bonito de escuchar, lo silenciamos y así nosotras podemos replicar: “es que no hablas nunca” Estoy convencida que nosotras deberíamos comenzar por aceptar que al igual que nosotras, ellos son vulnerables, y necesitan de nuestro amor, no solo expresado en lo que podamos hacer por ellos (que es bastante), sino también en la caricia diaria, la mirada tierna, el beso de la mañana, la palabra cálida, la escucha atenta en lo que me es agradable escuchar y en lo que no lo es tanto...así como a nosotras, a ellos les encanta ser tratados con ternura, aunque no lo pidan y en muchas ocasiones, ni lo demuestren. 

Consejos para mejorar la autoestima de nuestros hijos

Constantemente escucho a padres decir mi hijo es inseguro, mi hijo tiene el autoestima baja, y ciertamente es una realidad para muchos niños, jóvenes y adultos. El autoestima es la mirada positiva o negativa que tenemos de nosotros mismos, que se construye a través de la mirada negativa o positiva que recibimos de nuestros adultos significativos, es decir, nuestros padres o quienes hagan las veces de éstos. Con el tiempo la mirada de otros, maestros, amigos, podrá ir completando la que tenemos de nuestros padres, que siempre será la de mayor fuerza al momento de construirla. Ya de joven y adulto seremos nosotros mismos los que podamos reconocer nuestras fortalezas.

Consejos para mejorar la autoestima de nuestros hijos

¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos tengan un autoestima alta y sean personas seguras de sí mismas? La respuesta implica trabajar en nuestro estilo de educación, pues la forma como nos relacionemos con nuestros hijos, así como la forma como los eduquemos serán la clave para construir su autoestima. Aquí algunos tips:

  1. Errores como oportunidad de aprendizaje: la posibilidad de equivocarse y de resolver el problema con nuevas soluciones como una fuente para reconocer en sí mismo su potencial personal para salir adelante. Como padres tenemos la gran oportunidad de trasmitir a nuestros hijos que los errores tanto de ellos como nuestros no son un fracaso, mas bien una oportunidad para aprender de ellos y resolver las cosas de una manera distinta. De esta manera damos a los errores un enfoque positivo de aprendizaje.
  2. Sentirse parte de la familia: El sentido de pertenencia nos construye como personas, es el hecho de sentir que alguien me espera en casa para quién soy importante. Que mi presencia en esta familia no es invisible, que es significativa, existo para ellos con lo cual me siento amado.
  3. Respeto mutuo: Si le pido a mi hijo que me respete debo respetarlo a él de igual manera. El respeto tiene dos vías. Un hijo que crece en un ambiente en dónde es respetado como ser humano crece en dignidad, se sabe a sí mismo valioso por el hecho de existir, a partir de lo cual la única forma que conocerá de relacionarse será el respeto.  Un hijo que crece en el respeto es respetuoso con quienes lo rodea.  El mensaje que envía el trato respetuoso es mucho más potente que decir a cada momento "respétame" o "tienes que ser respetuoso".
  4. Comunicación asertiva: La comunicación clara y directa, sin juicio de valor, ni insultos, ni ironías, ni mensajes abiertos en los que es difícil responsabilizarse, les da mucha seguridad. Esta consiste en hacerse dueño de lo que se dice comunicando un mensaje claro a una persona determinada. Ej: Pablo, ¿arreglaste tu mochila?
  5. Animar en vez de alabar: Llenar a un hijo de alabanzas no ayuda en su autoestima, solo contribuye en que no tengamos credibilidad con lo que decimos, pues ellos no creerán que todo eso tan grandioso que decimos han hecho es cierto. Lo que les da seguridad es que reconozcamos su esfuerzo y los animemos a continuar con aquello que se han propuesto.
  6. Creer en que el es capaz: Conocer a nuestro hijo y confiar en sus capacidades, así como confiar en él como persona. Como padres somos los llamados a creer que nuestro hijo puede lograr sus metas en sus tiempos y con su estilo, así como confiar en su honestidad. Ellos perciben desde muy pequeños si nosotros creemos en ellos o no, lo cual va quedando marcado en su memoria emocional en la medida en que crecen. Cuando creemos en ellos les trasmitimos adicionalmente el valor del esfuerzo personal, pues sin él las metas no son posibles.
  7. Valorar su individualidad distinta a la mía:  Nuestros hijos son únicos e irrepetibles con lo cual serán distintos a nosotros.  Para que ellos se sientan amados y por lo tanto seguros necesitan sentir que sus padres lo aceptan con sus características propias y personalidad y gustos distintos a ellos.
  8. Reglas claras en casa:  Es necesario que nuestro hijo conozca las reglas que hay en casa para saber cual es el marco permitido.  Las reglas le dan seguridad al hijo pues tiene la certeza de lo que sí está aceptado, de cual es el comportamiento esperado y cual no lo es.
  9. Permitirle decidir y hacerse cargo de su decisión, sin criticarla: Demos a nuestro hijo dos opciones válidas para nosotros para que elijan una de ellas, así aprenderán a decidir. Cuando ellos elijan una respetemos su decisión, sin hacer caras negativas ni tratar de convencerlos de cambiar la decisión. Si hemos dado dos opciones igual de buenas y hemos dado la oportunidad de que ellos decidan es porque vamos a aceptar de igual manera cualquiera de las dos opciones propuestas.
Un hijo reconocido, valorado y amado será un hijo seguro de sí mismo.

Cuidar de una misma

Llegó la hora de pensar en el cuidado personal ¿Qué estoy haciendo para estar bien yo?

Cuidar de una misma

¿Has meditado qué estás haciendo para cuidar de ti misma? Lo común es que las mamás invertimos la mayoría de nuestro tiempo, si no es todo nuestro tiempo, en asistir a nuestro trabajo, ocuparnos de los quehaceres de la casa, las compras, llevar y recoger a los niños en sus actividades, supervisar la tarea escolar, y estar pendiente de todo aquello que es necesario o hay que hacer en casa , al final del día, haber cumplido con un sinnúmero de tareas de diferente índole que procuran el bienestar de la familia. Si somos tan necesarias, y hay tantas tareas que benefician a la familia que dependen de nosotras, han pensado lo importante que es que estemos  saludables físicamente y fuertes emocionalmente, porque si nosotras no nos atendemos primero a nosotras mismas, ¿cómo podremos hacerlo bien con el resto de la familia? Hay personas que este espacio personal lo estigmatizan como acto de egoísmo, pero no es así, eso solo sería boicotear tu salud física y emocional. No es factible construir una familia a costa de tu bienestar, pues seguramente te perderán en el camino. Es todo lo contrario, debes  gozar de buena salud, haciendo actividades específicas para lograrlo, para así estar en optimas condiciones contigo misma y con los demás. Cuando no cuidas de ti la percepción que tienen las personas de tu familia es que todo el tiempo estas cansada, vives de mal genio, siempre estas ocupada y mal encarada, con lo cual terminas estando mal con aquellos a quienes más amas. Otra consecuencia de no darte un espacio personal es que tus hijos y esposo podrán sentirse muchas veces culpables por todas tus ocupaciones, tu cansancio o dolor de cabeza, que están relacionadas a tus actividades que tienen que ver con ellos, y seguro ese no es tu fin. Pues no se trata que tus actividades son solamente de hacer muchas cosas, sino que también como mamá y mujer seguro estarás pendiente de escuchar, acompañar, estar presente para cada uno de los miembros de tu familia lo cual requiere fortaleza emocional y buena disposición.

Opciones de espacio personal:

¿Que te ayuda a estar bien contigo misma de tal manera que recargues pilas y seas más feliz?

  • Café con amigas
  • Leer un buen libro
  • Hacer ejercicio
  • Salir en pareja
  • Ir a la peluquería
  • Un masaje
  • Dormir
  • Descansar sin pensar
  • Disfrutar una película
  • Escuchar música
  • Comer con tiempo suficiente
  • Una conversación agradable
  • Rezar
  • Bailar

Durante un momento piensa cuantas veces a la semana tienes un espacio para ti misma a través del cual descanses y te sientas con fuerza… Es hora de revisar tu agenda y proponerte como una prioridad un espacio personal varias veces a la semana, pues es ahí en dónde está tu oxígeno, estoy segura que tu serás más feliz y tu familia lo agradecerá. Seguramente estas pensando “no tengo tiempo para mi, ¿En qué momento haré esto?, el espacio personal será para otras mujeres, pero no para mí”. Lo que  nos sucede a muchas mujeres es que boicoteamos esos espacios llenándonos la cabeza de excusas de falta de tiempo. Es cierto que el tiempo no sobra, pero cuando algo lo ascendemos a prioridad personal y familiar, seguro que encontraremos el momento para lograrlo. ¡Depende solo de ti!  Si para ti es importante, lograras que el resto de la familia lo respete como tú momento.  

Infidelidad virtual

Tradicionalmente los ámbitos comunes temidos por la posibilidad de una infidelidad han sido siempre los lugares de trabajo, los viajes periódicos al mismo destino, los cursos de formación profesional, o las salidas a bares entre amigos. El factor común entre estos lugares y la infidelidad es la posibilidad de intimidar con alguien del sexo opuesto de manera cotidiana. Persona con la que se rompe la distancia profesional y se entra a una esfera personal, con quién en un inicio puede sentir deseo de desahogo por algún problema, o simplemente sentirse alagado por haber recibido fuertes coqueteos a los que se responde y se inicia un juego que se convierte en infidelidad. Hoy en día existe una nueva puerta de entrada a la infidelidad que son las redes sociales.

La Infidelidad Virtual

Para quien quiere ser fiel, puede esto ser una tentación, pero si ha optado seriamente por la fidelidad, podrá pasarlo de largo. Pero para quien está pasando por alguna crisis personal o de pareja, o la fidelidad no es un asunto muy valorado (ahora la relación no es para siempre), estas nuevas herramientas tecnológicas son una puerta más. Hay quienes invierten horas del día en Facebook, Instagram, Snapchat... se reencuentran con amigos, o ex enamorados (as) de quienes se habían desconectado, se ponen al día en su vida, y se inicia un intercambio de intimidad que no se hubiera dado si se hubieran encontrado repentinamente en el supermercado. Conoces súbitamente qué ha pasado con su vida, en donde viven, trabajan, si están casados o divorciados y porque se divorciaron, sus éxitos, fracasos, alegrías y tristezas….en muchos casos se siente empatía por haber vivido experiencias parecidas, en otros emoción porque lleva la vida que tú hubieras deseado para ti. A veces puede ser llevado por la curiosidad, otras por las crisis personales y de repente encuentras quien te escuche y se interese por tí, y surge el deseo de compartir más con esa persona y se intercambian el numero de celular. Todo esto ha pasado y solo has intercambiado a través de una pantalla, se inicia en la computadora, continua en el teléfono a través de Whatsapp, luego Facetime o Skype.  El coqueteo se hace cotidiano, te enganchas.  Qué fácil, qué rápido, cuán peligroso!!.  De ahí al encuentro personal hay solo un paso… y el resto ya lo conocen... Se ha sumado a la frase “a tu secretaria la contrato yo!”, el , “dame tu clave del celular, de Facebook...”, como prueba de fidelidad… los detectives están siendo reemplazados por hackers…que navegan por las computadoras de los posibles infieles hasta descubrir sus correos y mensajes.  Además de las gateadas a media noche para revisar el chat. ¡Cuanto riesgo!, abrimos puertas en dónde no sabemos que encontraremos del otro lado, pero las atravesamos arriesgándolo todo, y sin pensar que dejo atrás… con sensación de ser invisible… se han vuelto virtuales, pero no somos hologramas, somos de carne y hueso y los actos tienen consecuencias, o es que con la excusa de tengo problemas y me merezco ser feliz vivimos una enorme paradoja: ¡traicionándolo al otro, me traiciono a mí mismo! Solo cada uno de nosotros podemos poner límites a la elección de con quién compartir nuestra intimidad, con quién coquetear, con quién jugar, con quien conversar.

La tentación de entrar al juego virtual:

Si sientes la tentación de hacerlo con otra persona que no es tu pareja, te recomiendo que te hagas la pregunta ¿Para qué quiero compartir mi intimidad con ésta persona? ¿ que voy a conseguir, que gano, a quién le hago bien, o daño? ¿ Hace cuánto que no comparto esto con mi pareja?. ¿Crees que vale la pena entrar en el juego virtual? O será mejor inversión apagar la computadora o el celular y hacer algo positivo por tu relación de pareja? ¿crees que el coqueteo virtual aportará algo positivo a tu vida, o será profundizar aún más la crisis personal o de pareja que estés viviendo? Es mucho más saludable que te contengas a la curiosidad de lo que podrías experimentar, que seguramente será un bienestar inmediatista y pasajero, y comiences a vivir seriamente el amor por tu pareja. “La fidelidad no la podemos reducir a evitar la traición al cónyuge”(Tomás Melendo),  o no caer en la tentación, es mucho más que eso. Es vivir el amor al otro, es todo aquello positivo que hago por el otro para que se sienta amado. 

Tips para disfrutar de las vacaciones de mitad del período escolar

Las vacaciones de mitad del período escolar, que duran apenas una semana, son una gran oportunidad para descansar y salir de la rutina.

Cuando papá y mamá trabajan:

Para los papás y mamás que no tienen vacaciones y si van a trabajar, éstas vacaciones pueden significar una dificultad, pues los niños estarán en casa y habrá que ingeniarse para que alguien los cuide, o podrá ser la oportunidad para que pasen el día en casa de los abuelitos o vayan a compartir a casa de algún amigo. Si trabajas, habrá también un cambio para ti pues no tendrás que levantar en la mañanita a todos y hacer la rutina de la mañana para que vayan a la escuela temprano, pues toda la familia podrá dormir un poco más, siendo tu salida al trabajo un poco más relajada. También podrás aprovechar que no hay tarea que revisar o lecciones que tomar para pasear con tus hijos a la salida de tu trabajo, de tal forma que todos compartan de forma distinta a lo cotidiano.

Que los niños no tengan tarea para el día siguiente es ya un cambio dentro de la vida diaria, disfruta de ellos con la tranquilidad de saber que no habrá que llevarlos a la escuela al día siguiente, podrán tener actividades con amiguitos durante el día, y cuando ustedes lleguen a casa podrán ir al cine, a pasear a algún parque...sorprende a tus hijos con algo que los saque de la rutina, con lo que puedan divertirse juntos. Para las mamás que no trabajan fuera de casa aquí algunos tips para aprovechar las vacaciones:

1.- Ten una actitud flexible con los horarios y rutinas, es momento de bajar la guardia.

2.- Recuerda que al ser solo una semana pasará rápidamente, organiza tus días para que los aproveches.

3.- Acuerda con amigas, mamás de amiguitos de tus hijos, diferentes tipos de actividades, salir en grupo de mamás y niños es siempre muy agradable.

4.- Puedes planificar los días con diversas actividades: un día trabajo manual dentro de casa, cocinar algo rico, otro día visita a los abuelitos, excursión a la ciudad con amigos, visitar algún museo o lugar turístico, hacer un paseo a la playa, al campo.

5.- Involucra a papá en algún paseo que pueda ser a la salida de su trabajo, así los niños disfrutarán de su compañía en un ambiente distinto.

6.- Como son cortas las vacaciones no hagas repasos escolares, y evita todo tipo de terapias de aprendizaje o actividades relacionadas con lo cotidiano. Rompe con la rutina.

Las vacaciones son una oportunidad para descansar y renovarse para seguir.

 

¡Felices vacaciones!     

¿Madrastra o la esposa del papá?

La familia reconstituída

Cada vez es más común el toparnos con familias reconstituídas, y en la medida en que esto sucede son más las parejas que conviven con hijos que son solo de uno de ellos. Las familias reconstituídas existen desde la antiguedad. Originalmente fueron aquellas en las que el esposo o esposa enviudaba y el que lo sobrevivía se casaba nuevamente con un/una soltero, usualmente una hermana de la esposa fallecida. Luego, en el tiempo, con el aumento de los divorcios, y de los segundos matrimonios es que los expertos les dan el nombre de familias reconstituídas. Nos referimos a familias en dónde un padre/madre con hijos previos se vuelve a casar. Hoy ésta figura tiene nuevos matices, pues el caso más común es un padre/madre divorciado, con hijos, que contrae nuevas nupcias, con un soltero, con o sin hijos, o con un divorciado, con o sin hijos previos. El nivel de complejidad en las relaciones aumenta en la medida en que la nueva pareja tenga cada uno hijos previos, y estén en edad de tener hijos mutuos.

La Madrastra

Los cuentos de niños se han encargado en que la madrastra sea vista como una bruja, y la palabra tenga una connotación negativa, pero más allá de esto podríamos distinguir entre la esposa del papá, y la madrastra, si antecede un divorcio o una viudez propiamente. Pues en la mayoría de los casos, después de un divorcio los niños viven con su madre, y visitan a su papá ciertos días durante la semana o el fin de semana. En caso de viudez, éstos vivirán con su padre y su nueva esposa.

10 Concejos para tomar en cuenta:

Hay ciertas reglas de oro que una mujer debe tomar en cuanta si va a formar parte de una familia reconstituída.

  1. Estar clara que ésta familia nace de una situación de pérdida. Tanto en el caso de viudez como en el de divorcio se pierde en el primer caso, a una madre, en el segundo al matrimonio. Por lo tanto hay que estar muy conscientes que su nuevo esposo y sus hijos han debido elaborar un duelo, o lo tienen pendiente por resolver. Si es que ella viene también de un divorcio, tendrá su propio duelo.
  2. Pretender que es una familia tradicional y que debe evolucionar como tal es un grave error. Es una familia que nace a partir de otra que ha sufrido una pérdida. Por lo tanto atravesarán un proceso largo y complejo. Tendrán que pasar por una período de adaptación tanto entre la nueva pareja, como con los hijos de éste, y tener muchísima paciencia respetando los tiempos de cada uno, sin forzarlos. Ellos tienen una historia en común, con normas y ritos, y seguramente tú los tuyos.
  3. El afecto no es automático, nacerá poco a poco. Debes estar muy clara con respecto a esto. Ellos tienen a su madre a quién aman. Y el carino que desarrollen a ti no debe ser una deslealtad a su madre. A ti te ven como una amenaza a la futura reconciliación de sus padres, pues los hijos tienen siempre esta esperanza, por lo tanto deberán darles senales claras que los ayuden a aceptar el proceso. Pretender que te amen desde el primer día es un grave error. Este será el fruto que cosecharás con el tiempo.
  4. Nunca trates de ocupar el lugar de su madre, ni de descalificarla. Ella es irremplazable, más aún si vive. Acuérdate que no estás ocupando su lugar, eres la esposa del papá, y eso no te hace su madre. No estás en competencia con ella, sé tú misma, auténtica, que puedas ganar el afecto de ellos por quién tú eres. Esto cambia completamente si los niños son pequeños y su madre ha fallecido, en ese caso sí harás el rol de mamá.
  5. No intentes comprarlos. Ellos sienten cuando el ambiente es ficticio. Eso sería entrar en un juego que pasa factura. Tú les das lo que ellos piden, y ellos a cambio te dan su amor. El amor debe ser gratuito, fruto de la buena actitud y paciencia. Demuéstrales que pueden contar contigo, que eres un adulto confiable.
  6. Recuerda que en casa no están de visita. Si es la casa en dónde vive el papá, es también su casa. Es muy importante que tengan un rincón propio, un cuarto para ellos es lo ideal. Que puedan moverse en la casa con libertad sin tener que pedir permiso para todo lo que hacen ahí. En caso que tú tengas hijos, tendrán que tener cuidado que el trato para con los hijos de tu esposo sea igual al de los tuyos. Es muy doloroso para los hijos de un esposo saber que su padre vive y educa a chicos que no son los suyos. Esto crea situaciones normales de celos, que deberán ser bien manejadas cuando todos están en casa.
  7. Debe existir un acuerdo con tu esposo sobre el manejo de la autoridad y el establecimiento de límites cuando los hijos de él comparten con ustedes, y mucho mejor aún si son las mismas reglas que tienen en casa con su mamá. Con tu esposo compartes la conyugalidad, pero la parentalidad él la comparte con la madre de los chicos. No debe suceder que cuando están en tu casa se los complace y permite todo, como estrategia para ganar su afecto. Esto solo traerá discusiones con su madre y mal educará a los hijos. Deben educarlos también, y es él, como padre, el que debe ejercer ésta autoridad. En caso de existir situaciones en las que no estás de acuerdo con él en la forma que sus hijos se comportan en casa, o ciertos comportamientos que él permite, deberías dialogarlo para que en tú casa se respete también tu forma de pensar y hacer las cosas. Con respecto a esto es fundamental que si él sale de casa y se quedan contigo exista una delegación de autoridad para que sus hijos te obedezcan, y te respeten.
  8. Debe quedar claro con tu esposo que cuando sus hijos están en casa, es con él con quien quieren estar. No absorbas tú su tiempo, cayendo en competencia con sus hijos, sino fomenta la unión entre padre e hijos. Que tanto él como ellos sientan que tú quieres que ellos crezcan en su relación.
  9. Saber ocupar tu lugar de esposa del papá. Es bueno para ellos ver que amas a su padre y lo tratas bien. Que respetas a su madre y no tratas de competir con ella, ni siendo muy regalona, ni reprendiéndolos como si fueras ella. Ni tratando de ser su bf (best friend), te corres el riesgo que no te vea como una adulta, sino como una amiga más de su edad. Recuerda que hay situaciones que son de competencia exclusiva de su madre, como las conversaciones muy personales.
  10. Si tienes que hablar por alguna situación con la mamá de los chicos, sé cordial y educada con ella, como te gustaría que lo fueran contigo. Aunque no estés de acuerdo con su forma de pensar, respétala, que de igual forma ella lo hará contigo y sus hijos lo apreciarán. No caigas en el juego de verla como una enemiga a pesar de lo difícil que pueda haber sido el proceso de separación entre ella y tu actual esposo.

Las familias que han atravesado divorcios han sufrido mucho. Sí tu has decidido casarte con un hombre divorciado con hijos tienes la gran oportunidad de contribuir en que el proceso que inicies junto a él sea emocionalmente saludable, en el que el amor, la paciencia, la actitud positiva y, el respeto sean tus mejores cómplices. 

¿Suegra tóxica?

Siempre que se hace una broma sobre la suegra se hace alusión a la relación yerno-suegra,  como sí allí existiera alguna dificultad, cuando en realidad no la hay.  Usualmente la relación del yerno con la suegra y viceversa es armoniosa, diplomática, a veces más cercana otras más distante, pero en resumen podríamos calificarla de buena, pues rara vez nos enfrentamos a relaciones conflictivas en la que las dos partes se hieren mutuamente y se viven resentimientos profundos. Pero nadie se atreve a bromear sobre la relación nuera-suegra, pues seguramente se pusiera el dedo sobre la llaga y se heriría más de una sensibilidad por algún conflicto pasado no olvidado o muy presente, sobre los que no se puede hablar, peor aún bromear . Siempre me he preguntado que es lo que sucede que ésta relación históricamente ha traído conflicto a sus partes. Porque no es que la nuera se queja en exclusiva de la suegra con la que se lleva mal, sino que la suegra también se queja de ésta nuera que nunca está a la altura de las circunstancias, y siempre se equivoca tanto en lo que hace como en lo que dice. A la vez encontramos parejas de nuera-suegra que se llevan de mil maravillas y nos preguntamos que es lo que hace que en una misma familia una suegra se lleve tan bien con una nuera y mal con otra. La dificultad en esta relación tan compleja y que en ocasiones puede llegar a ser muy dolorosa para las partes involucradas en el conflicto, tiene sus orígenes en las EXPECTATIVAS MUTUAS sobre lo que su relación debería ser.

 

Expectativas sobre la suegra y la nuera

Han escuchado alguna vez cuando alguien se va a casar que la gente dice a la madre del novio: "¡Vas a perder un hijo!" Y ella contesta feliz:" no !Voy a ganar una hija!", pues sinceramente, con generosidad y amor siente que la que va ha ser mujer de su hijo y va a formar parte de su familia la recibe como a una hija más, más aún si siempre soño con tener una hija, o la que tiene siempre fue muy independiente y autónoma . En este caso las expectativas son explícitas, pero hay otros en que las expectativas no se expresan, pero sí existen.   Estas expectativas tienen que ver con el rol que la nuera tendrá con respecto a la suegra, al hijo, a los nietos, como ama de casa y profesional.  La suegra podría imaginarse a una nuera super profesional, organizada, independiente, con la que se va a ver pasando un domingo, o podría imaginarse una nuera que la llame pasando un día a ver como se siente, la visite dos tardes a la semana y consienta a su hijo en lo mismo en que hacía ella.   Esta expectativa puede o no ajustarse a la realidad. A la vez la nuera tiene también sus expectativas con respecto a la que será su suegra, igual que aquella podría tenerlas claras como implícitas. Podría imaginarse una suegra amorosa con su hijo, que esté pendiente siempre por lo que sucede con los nietos, que la ayude a llevarlos y traerlos de la escuela, que sea un apoyo en su vida, o tal vez piensa que su suegra sería una persona muy prudente que deje a la pareja sola, pues es una persona profesional que reúne a la familia los domingos y además los deja en libertad si es que quieren ir o no. Existen varias alternativas. Si las expectativas de la suegra y la nuera coinciden, la relación será muy buena, pues se desenvolverá en un ambiente de tranquilidad y armonía, en donde habrá satisfacciones recíprocas. Si es que hay diferencias, pero mayoritariamente son coincidencias, la relación tendrá mucho éxito, a veces con un poco más de esfuerzo por alguna de sus partes. Si las expectativas no tienen puntos de coincidencia, o tienen muy pocos, la relación seguramente será conflictiva, tensa, pudiendo llegar a existir grandes resentimientos, incluso un alejamiento de la casa de los abuelos. Es frecuente escuchar: “No entiendo a mi suegra, tiene estos nietos tan lindos y parece que no le interesaran, jamás los ve” o, “Quién entiende a mi suegra, se pasa resentida porque no la llamo ni la visito”, o “Porqué será que cada vez que vamos a casa de tus padres tu madre se las arregla para hacerme sentir mal… no quiero ir”. Por el otro lado dicen: “Esta ni;a, si que es exagerada, no deja que mis nietos hagan nada, yo si les doy permiso”, o, “trabaja el día entero, tiene botado a mi hijo y a mis nietos”, “es una ingrata, nunca nos visita, nos a alejado de nuestro hijo y nietos” Cada una de estas frases es real, cada una responde a una expectativa y realidad diferentes.  Si nos ponemos en el zapato del otro podríamos llegar a entender el porqué el otro actúa de esa manera. Tras la nuera que dice que no entiende como su suegra no visita a los nietos encontramos a una mujer que pensaba que su suegra sería una abuelita muy presente, pero la suegra eligió como estilo de vida una vida profesional activa, y además le cuesta intimidar, prefiere las relaciones distantes...si entendemos esto, ya no vamos a esperar de ella algo que le es muy difícil dar.   Para la suegra que dedicó su vida a ser ama de casa, le puede costar aceptar que su nuera trabaje, y además que esta sea una decisión de pareja, pues necesitan los dos ingresos, si ella ve este lado de la moneda, podría ayudarla en tolerar más la situación, aunque nunca la haga feliz.

 

El diálogo

Será que en algún momento podremos conversar sobre lo que nos molesta, como dos adultos, sin caer en hacer caras antipáticas o comentarios en doble sentido. Es típico que a las nueras nos moleste ciertas cosas que hace nuestra suegra que sabe que nos disgusta. Por ejemplo, típico que la abuelita siempre quiere darle gusto a los nietos, y que a sabiendas que la nuera le tiene prohibido a los ni;os tomar coca cola, ésta se los da. Qué sucede, la nuera se pone furiosa ante la desautorización que le hace su suegra, y tiene toda la razón, pero a la vez la abuelita también tiene toda la razón de querer darle un gusto a los nietos. Entonces qué hacer: Siempre es una posibilidad que la una le diga a la otra, "suegra:  usted sabe lo que me molesta que mis hijos tomen coca, le agradecería que cuando estén en su casa, como sé que para usted es una forma de darles gusto, les de solo un vaso”, o “que les de gusto con alguna otra cosa”. De esta forma nos comunicamos de manera positiva expresando lo que esperamos de la otra persona, cediendo un poco, pero a la vez ganando una buena relación, y nos evitamos el disgusto y la mala cara...Estoy segura que en este caso la abuelita agradecerá el comentario, y dejará de ser la coca cola una batalla en la relación.

 

La aceptación

Siempre estamos buscando el cambio del otro, “cuando será que por fin va a cambiar?”, en vez de confrontar la expectativa que tengo sobre ella, con cual es la necesidad mía que hace que esa expectativa exista, con el conocerla, pues si la conozco y me conozco a mí misma me daré cuenta que tengo falsas expectativas y me ayudará a aceptar a la persona sin tratar de cambiarla, un poco dejar morir esa idea de lo que yo pensaba que tenía que ser una suegra, o de lo que debería ser mi nuera, y aterrizar a la realidad, en la que pueda aprender a valorar a la otra persona y a partir de allí procurar tener una buena relación, pensando más en qué tengo que cambiar yo para llevarme mejor con ella. Pueda ser que alguien que esté leyendo este artículo piense, “es que ella no conoce a mi suegra”, “no se imagina lo que hace mi nuera”, “si la conociera, me diera la razón” , “ es imposible que ella cambie”, pero si cada una de nosotras aprende a conocer, aceptar a la otra, a valorarla, no esperaremos de ella palabras que no nos puede decir, detalles que no nos pueda dar, o reacciones que para ella son insoñables, pero le daremos la oportunidad de que desde su forma de ser nos enseñe algo nuevo , pues estamos abiertos a conocerla, y si a pesar de todo no nos termina de caer bien, siempre podremos respetarnos como dos seres humanos por los que vale la pena vivir.

 

 

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