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Laura María Noboa Escrito por  Oct 29, 2015 - 2173 Views

Desarrollar las habilidades a través de la constancia y la voluntad

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Hijos Fuertes, adiós a la pereza

La única forma de convertirte en una persona que se esfuerza por conseguir lo que se quiere, es practicando desde pequeño, lo que implica que debemos permitir que hagan las cosas por sí mismos hasta conseguirlo y no sobreprotegerlos evitando momentos de incomodidad o sufrimiento.  Desde aprender a abotonarse la camisa, hasta aprender a manejar un vehículo, hay un largo camino que recorrer, que solo se logra con disciplina, constancia, confianza y voluntad. Podría resultar más sencillo y ágil hacer las cosas por ellos, pero así no los educamos, sólo criaríamos chicos cómodos para quienes todo es difícil y complicado, luego serán incapaces de conseguir nada por sí mismos, y se pasarán la vida esperando que otros hagan por ellos. "Nadie me ayuda" se vuelve una frase muy usada cuando son adultos que no aprendieron a desarrollar sus habilidades para conseguir sus metas.  Así, la responsabilidad del deber cumplido siempre recaerá en otra persona, lejos de sí mismo. Para desarrollar la fuerza de voluntad es necesario que exista disciplina en casa, se desarrolle la puntualidad y se cumplan los horarios; comenzando por los adultos del hogar, recuerda que somos su ejemplo a seguir.  De igual forma, al practicar un deporte asistiendo a los entrenamientos aunque se tenga mucha tarea, siempre se podrá acomodar la rutina en función de las necesidades para poder cumplir con las exigencias. Para que ellos puedan desarrollar su fuerza de voluntad debemos estar presentes en su vida, para hacer seguimiento y apoyarlos, recordándoles que ellos son capaces, animándolos a seguir adelante a pesar de la dificultad.  Habrá momentos difíciles, caídas y recaídas, pero si papá o mamá o el adulto que cría, está cerca apoyando, es como si recargaran de energía las baterías para volver a intentarlo nuevamente.

Las exigencias deben ir de acuerdo a la edad de cada hijo y a sus habilidades.

Desarrollando habilidades, constancia y voluntad

A partir de los 6 años se inicia la segunda infancia, y es el momento ideal para desarrollar afición por algún deporte, instrumento musical, pintura, o baile y descubrir para cuál el niño tiene habilidades naturales.  A la vez que desarrolla la voluntad y constancia al tener que asistir a clases periódicas, tenga ganas o no, tenga muchos deberes o no. Debes organizar un horario, donde se haya tomado en cuenta las prioridades que ustedes consideren adecuadas para cumplir como metas familiares. En esta etapa los padres debemos cuidar mucho nuestras expectativas de lo que esperamos sean nuestros hijos, pues en ocasiones no tienen habilidad para algo, o no les gusta, y pretender que practiquen lo que nosotros deseamos, no es más que tratar de vivir un sueño personal a través de ellos, con lo que sentirán una gran frustración al no poder elegir lo que les gusta.

Ayudémosle a encontrar aquello que es bueno para ellos, aunque sea algo en lo que nunca hayamos pensado que un hijo podría practicar, eso es valorarlos por lo que son.

Para lograrlo necesitas conocerlo, y eso se logra poco a poco, con la interacción diaria, a través del juego y pláticas, a la hora de la comida, del baño, o de llevarlos en el carro.  Hay niños que prefieren los juegos tranquilos y otros son más habiles con los juegos activos, respeta eso a la hora del juego, y tenlo presente a la hora de buscar actividades extracurriculares. Sabiendo que los deportes son buenos para todos los chicos, habrán que encontrar el deporte que le aplique a tu hijo, tal vez la natación, si es menos dado a actividades grupales, o el futbol si le gusta el contacto con otros.  Hay chicos que no quieren ir a clases deportivas, busca poco a poco un deporte en el que se sienta cómodo para que lo pueda practicar.

¿Niños Súper Ocupados?

Mi hijo es bueno para todo… Hay niños que son buenos para todas las actividades que se les plantea, pudiendo incluso sobresalir en algunas; esto no quiere decir que tengan que practicar todo aquello dedicándose a desarrollar múltiples deportes y actividades simultáneamente. Muchas veces vemos niños que tienen actividades extracurriculares todos los días, y varias cada día.  Esto es excesivo, evitemos la sobrecarga de actividades y expectativas más allá de las que él puede realizar, pues de esta forma sólo lograremos a un niño sobre exigido y frustrado. Ser bueno en varias actividades amplía los grados de libertad que permiten elegir en lo que se es más feliz.

Tiempo para jugar

Uno de los aspectos que hacen mágica la infancia es el juego. En la medida que crecemos aumentan las responsabilidades y es cada vez más escaso el tiempo para la distracción. La infancia es el momento en que debemos propiciar que nuestros hijos dediquen tiempo a jugar y compartir con otros. Es ahí en dónde aprenden a relajarse, a distraerse de las exigencias, a compartir, a esperar turnos y a respetar las habilidades de sus pares. Disfruta del juego con tus hijos, sientate en el piso, ponte a su nivel, arma rompecabezas, o pinta coronitas de princesas, conviertete en un personaje de cuento un momento de tu día, será valioso tanto para ti como para tu niño!  Eso los acerca y crea lazos de confianza y a medida que crecen te buscarán para seguir compartiendo momentos gratos. Valoremos el juego, y permitamos que en la rutina exista un momento para ser niño.   

Laura María Noboa

Licenciada en Orientación y Consultoría Familiar

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