Para que una persona pueda desarrollar un orden interno, necesitan que exista un orden externo. La mejor manera en que nuestros hijos aprendan a ser estructurados en su vida es educándolos en desarrollar buenos hábitos y rutinas para cada día. Es por esto que existen horarios, pues nos ayudan a ordenarnos.
Preparándose para ir a la escuela
- Hora de levantarse
- Vestirse
- Desayunar
- Lavarse los dientes
Regresando de la escuela
Cuando regresen a casa ellos deberán tener otra rutina:
- Almorzar
- Descansar
- Realizar tarea
- Deporte o juego
- Baño
- Cena
- Tv o leer un cuento
- Dormir
Los horarios no son rígidos, pero si deben ser realizados de forma continuada, sostenida en el tiempo, de lunes a viernes. Es importante diferenciar el fin de semana como un tiempo de descanso y cambio de actividad, incluyendo horario para tarea. La rutina les permite anticipar lo que va a suceder, y a conocer lo que esperamos de ellos.
En la medida que interiorizan estos horarios, dejamos de insistir en conseguirlos, pues se convierten en parte de ellos, asumiéndolos con naturalidad. Estas rutinas les dan adicionalmente dosis de seguridad personal, pues aprenden a administrar su tiempo, y se dan cuenta que sus padres los educan y se interesan por ellos.