La meta: El éxito profesional y el éxito familiar

Ser exitosas en ambos ámbitos puede ser para algunas una realidad, pero para muchas otras mujeres será un reto evitar que una crezca en detrimento de la otra. En las dos instancias tenemos responsabilidades y altas exigencias, pero depende exclusivamente de nosotras el decidir cuanto tiempo y energía invertimos en la una y en la otra, y hasta dónde queremos o podemos crecer.

Decisiones ajustadas a la realidad

Es recomendable que cada cierto tiempo nos evaluemos a nosotras mismas en función de cómo está nuestra familia (hijos y matrimonio), cómo estamos nosotros (estado de ánimo, cansancio, bienestar) cuánto tiempo y esfuerzo dedicamos al trabajo y la utilidad que para la familia significa nuestro ingreso, para en base a ese resultado tomar las decisiones que resulten necesarias como podría ser llegar a casa más temprano, o pedir apoyo al esposo en relación a los hijos, darse el tiempo para llamar todas las tardes a la hora que los chicos llegan a casa para chequear si comieron o qué tarea tienen, reorganizar la logística, verse con las amigas.

Si es que hay en el trabajo alguna época del año que requiera mayor entrega, es positivo conversarlo con los hijos y esposo para que como familia se logre un apoyo en ésos días de complejidad. Es importante prevenir para estar preparados frente a momentos de mayor estrés, buscando apoyo en la familia, de ésta forma ellos aprenderán a crecer en solidaridad reorganizando el trabajo doméstico y teniendo todos una actitud más comprensiva.

Consejos para madres trabajadoras

Cuida mucho que tus hijos sientan que están en primer lugar. ¿Cómo? Sabiendo y sintiendo que son prioridad para ti, lo que podrás demostrar con tus gestos, tu paciencia y dedicación a sus necesidades materiales, pero sobre todo las afectivas, escúchalos, comparte con ellos desde lo cotidiano, esto no es otra cosa que cuando llegues a casa se den un momento para sentarse a compartir el día, puede que todos estén cansados, pero siempre podrá ser un momento agradable en que tus hijos sientan lo mucho que te interesan.  Es mejor para toda la familia usar el tiempo que tienen juntas en casa para compartir y conversar, que para estar atrás de ellos exigiendo que hagan la tarea o alguna otra obligación que debieron tener listo antes de que tu llegues, pues si la dinámica se centra en esto último, nadie va a querer que mamá llegue a casa, y tú tampoco, pues significa seguir con la lucha.  Aunque en ocasiones haya que hacer esto, si se puede educar a los chicos para que desde pequeños adquieran el hábito de tener la tarea terminada para cuando mamá llega a casa, y tener como pendiente solo aquello para lo cual necesitan de la ayuda de un adulto.

Ser mamá trabajadora no es una tarea sencilla, exige mucho esfuerzo y dedicación, y para esto será muy importante que elijas tus batallas, decidas cuales son las prioridades para así canalizar tu esfuerzo de forma más gratificante y positiva, conociendo de antemano que no lo podrás hacer todo a la perfección, pero podrás estar mucho más tranquila y en paz dedicándote a aquello que elegiste poner como tarea principal.

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