Comunicación: El bebé expresa sus necesidades a través del llanto. Pueden ser hambre, sueño, alguna molestia, necesidad de estar con la madre, éste es su único medio de comunicación. Cuando el bebé llora, es necesario cargarlo y darle seguridad, que sienta la cercanía de quién lo cuida. Él no lo hace con ánimo de molestar o porque sea engreído. Cuando crezca utilizará las palabras para trasmitir lo que le sucede.
Dormir: el bebé duerme muchísimo durante los primeros dos meses, no distingue día de noche, es por esto que debemos introducir una rutina, en que durante el día, se lo bañe a la misma hora, se le conversa, se le canta antes de dormir por la noche, a diferencia que cuando se levanta a comer en la madrugada, lo haremos todo en silencio, de ésta forma vamos mostrándole la diferencia de lo que es día y noche.
La alimentación produce al bebé una gran satisfacción, en la medida que va creciendo se le irá aumentando la cantidad de leche y espaciando el tiempo entre una comida y la siguiente. Durante el primer año aprenden a fijar la mirada, explorar lo que tienen alrededor, coger objetos con su mano, a sentarse, gatear, reconocer a las personas familiares, adquieren paulatinamente el lenguaje, primero balbuceos, sonidos guturales, luego baba, papa…y hacia el final del primer año, empiezan a caminar. Es en éste momento en el que se desarrolla y afianza el lazo entre padres e hijo, por ello la importancia de la cercanía, pues aquí se determinará el futuro de su relación.
Para que crezca ese vínculo debe haber contacto entre el bebé y sus padres en la forma de expresar el cariño, abrazos, besos, así como con juegos.