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A regular la tecnología

xHoy estamos tan distraídos con la tecnología que dejamos de compartir buenos momentos en  familia.
La licenciada en orientación familiar Laura María Noboa,  terapeuta familiar y  directora de ‘Construyendo Familias’ afirma que  la tecnología es una maravilla y no debemos satanizarla.

Pero así como nos acerca (cuando los miembros de la familia están en otros países) también puede alejarnos, por lo que debemos estar conscientes de que necesitamos empezar a regularla.

“Es importante que controlemos nuestro uso digital porque estamos conectados con un montón de amigos que no vemos, pero no estamos conectados con el esposo, la esposa o los hijos”, aseguró la especialista. 

Se conoce como inmigrantes digitales a todas las generaciones nacidas hasta el año 1994. Contrario a esto, todos los nacidos desde 1995 son considerados nativos digitales. “La tecnología llegó a nosotros, los inmigrantes, de golpe y tenemos que aprender a regular nuestra tecnología para poder enseñarle a nuestros hijos a que tengan un uso adecuado de esta”, aconsejó Noboa.

No es tan fácil que los niños que nacieron con la digitalización se autorregulen. El problema es que eso no se está enseñando actualmente. Muchos padres incluso, cometen el error de darle dispositivos móviles a sus pequeños a muy tempranas edades para que no ‘molesten en casa’, lo que constituye un grave error.

La Asociación de Pediatría Norteamericana ha descubierto que el abuso de la tecnología afecta negativamente  el desarrollo de los niños. “Los bebés de hoy no están viendo la cara de mamá y papá sino la pantalla de una table, por tanti no están desarrollando la lectura de gestos en una persona y se van abstrayendo en sí mismos y no se  conectan con el mundo exterior”, dijo.  (F)

 

Consejos
La experta aconseja a los padres apagar las tecnologías por un rato para poder divertirse en familia. Actividades como salir a jugar o a correr a un parque, compartir un helado, preparar juntos un postre fácil, armar cubos o un rompecabezas, leer cuentos a los niños son útiles para fortalecer la unión familiar.

Fuente: ElUniverso.com

Adolescencia y actualidad

Podemos estar de acuerdo en lo siguiente: Muchos recordamos nuestra juventud como una etapa maravillosa que nos deja amigos para toda la vida e historias invaluables cargadas de emociones. Un tiempo descomplicado y complicadísimo a la vez; enfiestado, pero, de igual manera, aislado en un cuarto acompañado de música a todo volumen.

Esto es la adolescencia, así la vivimos. Pero: ¿Cuál es nuestra óptica ahora que educamos adolescentes? Muchas veces (y digo esto en un tono un tanto burlón) es el gran “cuco” debajo de la cama, que atormenta al promedio de padres de familia a nivel mundial. Y, aunque Google nos muestre una cantidad infinita de recetas y pócimas maravillosas, la realidad es que, a la hora de la hora, no tenemos idea de qué hacer en determinadas circunstancias. Motivo por el cual vale la pena desglosar en algunos ámbitos cruciales y relevantes, teniendo al adolescente en cuenta la época actual. La adolescencia es, en efecto, una etapa construcción constante de la identidad en la cual los referentes parentelas pierden relevancia, lo que implica, en otras palabras, que papá, mamá, y todo lo que tienen que decir, pasa a un segundo (o tercer) plano.

Lo que explica por qué siempre tiene la razón su mejor amigo, Twitter, 9Gag o Buzzfeed, y no nos queda otra opción que aceptar lo siguiente (prepárense)… mi hijo ya no cree que soy ‘cool’. Aceptemos la naturalidad de esta etapa sin pretender ocupar un rol que no nos corresponde, somos sus padres, no sus amigos. Hay que tener en cuenta que, así lo parezca:

  • No toda réplica “subida de tono” por parte de ellos equivale a un ataque personal, y la forma en la que, como seres humanos adultos, respondamos debe partir desde una postura calmada y asertiva.
  • Y ante un adolescente emocionalmente desbordado, debemos procurar calmarlo antes de cualquier tipo de intervención verbal, caso contrario no se logrará mucho.
Abrir espacios de palabra libres de prejuicios dentro del hogar, un nicho seguro que apunte siempre a la reflexión y la escucha abierta. En la era de las telecomunicaciones, la tarea de hablar no debería complicarse demasiado.

La tecnología avanza, nos guste o no, y comparar la realidad que viven nuestros jóvenes con la nuestra resulta innecesario. El cambio tecnológico conlleva un cambio en el lenguaje, y con ello el estilo de comunicación. Lo que antes se hablaba en una caminata por el parque del barrio, o se cuadraba un encuentro “a tal hora en tal lugar”, se logra en segundos en los tan mencionados  grupos de WhatsApp. Luchar contra este tsunami mediático es inútil, toca, más vale, surfear la ola, ya que estos avances pueden ser nuestros mayores aliados al momento de responder cuestionamientos inmediatos, estar al día con las tendencias sociales y, sobre todo, mantenernos pendientes de aquello que pueden estar leyendo nuestros hijos; en otras palabras, debemos, por lo menos, saber de qué se tratan Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, Tumblr, y demás OVNIS (objetos virtuales no identificados) que aparecen a diario en nuestros celulares, laptops y tablets. recordándoles siempre, que cualquier contenido que se sube a internet, puede permanecer en ella de forma permanente, por lo tanto el material que ahí se “cuelga” puede fácilmente ser obtenido por terceros. Regalémosle un voto de confianza a los jóvenes en cuanto al manejo de redes, con consecuencias lógicas en caso de ser quebrantados compromisos previos.

La clave está en regular, no censurar. Por lo tanto, y a manera de conclusión, la adolescencia es una etapa lógica del desarrollo humano que, independientemente de la época, siempre supone un desafío para padres y educadores, pero jamás supuso un imposible. La juventud actual responde a características propias de la posmodernidad. Elementos como la inmediatez, lo superficial y desechable. Propongo, entonces, darle la vuelta a lo que nos vende la época medios. Propongo inmediatez comunicacional para lograr una superficialidad desechable. Teniendo siempre presente que estamos hablando de nuestros hijos. Los cucos no existen.

Dialogo de pareja: ¿Comunicación a través del chat?

Desde que aparecieron primero los messenger y luego los chat,  cada vez más parejas han optado por tratar a través de este medio los temas trascendentes de su relación, o sino,  lo utilizan como el medio para continuar discusiones comenzadas en casa y mantenidas a través del chat por días.

Indudablemente la parte positiva es que es un medio rápido y directo para comunicarse, dar información y obtener respuestas sobre asuntos cotidianos e inmediatos, resolviendo un sin fin de dificultades diarias. La dificultad reside en los diálogos profundos que hoy se mantienen por chat. La pregunta es, ¿para que les sirve dialogar a través del chat? Hay personas a las que les es muy sencillo dialogar cara a cara, pero hay un grupo enorme a los que les es muy difícil, y la aparición del chat suple una necesidad personal.   Estas personas temen mucho el conflicto que puede surgir de un diálogo, pues se sienten inseguras, o tienen malas experiencias diciendo como piensan o cómo se sienten, pues han sido descalificadas anteriormente, así como hay personas a las que les cuesta mucho expresar sus emociones y recibir las emociones de los otros, de tal forma que el mensaje de texto resulta la herramienta que han encontrado para poder comunicar lo que realmente les importa.

Esto que en principio es algo positivo, pues nos permite comunicarnos, tiene finalmente repercusiones negativas. En la medida en que nos escondemos detrás de un medio de comunicación, justificándonos, pues "todos lo hacen y es lo normal", boicoteamos nuestro propio crecimiento personal, que implica dialogar cara a cara, nos acomodamos, en vez de madurar. El medio escrito implica no ver a la otra persona, por lo tanto te sientes libre para decir lo que quieras, sin ningún control o contención de si lo que vas a escribir va a herir u ofender a la otra persona, estas mas preocupado de expresarte, que de la consecuencia que pueda tener en el otro. Descubres que a través de este aparato puedes decir todo lo que sientes, sin control alguno, es como un desahogo.   Incluso muchas personas lo utilizan como medio para atacar a su pareja, a quién dicen que aman, "por fin le dije lo que se merecía" son frases que escuchamos. El resultado final es lo que vivimos hoy, pues luego de estás eternas discusiones de mensaje de texto, que usualmente quedan inconclusas, en el momento del encuentro cara a cara ni terminan el diálogo, ni comentan lo que se han estado escribiendo, ni cómo esto los ha hecho sentir, sino que actuamos distantes o resentidos con el otro, o como si nada pasara, pero en algún momento pasamos factura al otro… hasta el punto en que ninguno sabe dónde comenzó el problema o porqué se sienten tan resentidos.

Pero, ¿cuál es el límite?

Los chat, definitivamente son una herramienta que nos sirve para resolver situaciones cotidianas, como, saber a qué hora llegará a la casa, o recordar que es el santo de la abuelita, o la cita en el dr, pedir algún favor... Pero profundizar en el diálogo de pareja y tratar de resolver conflictos a través de éste no es más que una paradoja, en la que con intención de estar cerca del otro, no conseguimos más que alejarlo.

Cada vez que escribas algo a tu esposa o novia pregúntate: ¿me atrevería a decírselo de frente? Si la respuesta es negativa, no lo escribas, y busca las palabras adecuadas para conversarlo cuando estén cara a cara.

A la persona que amamos hay que cuidarla, lo que implica que debemos procurar dialogar en el momento adecuado y con la palabra correcta, pues la intención nunca debe ser la de ofender al otro, sino la de resolver algún desacuerdo o comunicar algún sentimiento por difícil que este sea.  Seguro que aunque es más difícil hacerlo así, descubriremos el crecimiento que significa para la pareja, teniendo como resultado una relación más solida.

Impacto de la tecnología y las redes sociales en la familia

Con el nuevo siglo llegó otra presión para los padres, la tecnología, la cual es maravillosa cuando está bien utilizada, acerca distancias, aumenta la cultura, y distrae... pero acarrea también sus peligros si no tomas acciones importantes para mantener el control sobre ella.

Impacto de la tecnología y las redes sociales en la familia

En años anteriores hablábamos de la importancia de regular las horas que los niños miraban TV y la calidad de programas.  Luego fue imperativo regular los juegos de video y cómo los niños podían dejar de socializar por pasar horas frente a ellos, además de la violencia a la que podían estar expuestos en ciertos juegos y las consecuencias de aquello.  Con la llegada de los mensajitos por celular apareció el peligro de perder contacto visual con los amigos y no desarrollar habilidades de conversación ya que "textear" era más cómodo. Y con la internet... se eliminaron las enciclopedias y se abrió un mundo sin límites.

Ahora el reto es mucho mayor, ya que se suma el hecho de que la tecnología llegó al alcance de la  mano a través de la tablet y los celulares inteligentes.  Estar actualizado es una tarea importante para los padres de hoy.  Cada día aparece una nueva red social o aplicación que los adolescentes dominan, esto exige estar al tanto para poder brindarles una guía adecuada.

La tendencia indica que los chicos exhiben sus fotos diariamente, muchas veces sin discriminar.  Habrá que hacerles notar los peligros que conlleva la excesiva muestra de sus acciones diarias a los demás y la importancia de mantener la privacidad e intimidad.

Lea también: Peligro al chatear con extraños en redes sociales

Como ellos aprenden lo que ven en sus padres, controla lo que subes, ya que te imitarán.  Como la tecnología es nueva para todos, puedes caer en la novelería de publicar todos los pasos que das, y subir todas las fotos que tomas a tus bebés... ¿Has pensado que eso tal vez no les guste a tus hijos cuando crezcan?

En un almuerzo familiar vemos a todos los miembros conectados en sus propios aparatos en lugar de compartir entre ellos. Lidera la idea de dejar los teléfonos y tablets en un lugar de la casa,  apagados, mientras están en familia, así promueves tiempo para conocerse y unión familiar.

Guardemos nuestra privacidad para nosotros y no promuevas una dependencia excesiva en los aparatos electrónicos.

Cada vez son más los jóvenes y niños que sienten que sus papás han cerrado la comunicación hacia ellos pues los ven constantemente con el celular en la mano chateando o mirando redes sociales, con lo cual se alejan sintiéndose en segundo lugar.  Es indispensable para que haya una buena comunicación en el hogar que sean los padres y las madres los que den el ejemplo de dejar la tablet o cel y conversar con sus hijos mirándose a los ojos.  Si te ven ocupada chateando constantemente, no te interrumpirán, o si lo hacen, seguramente les contestes sin mirarlos a los ojos.  Guarda las pantallas como una forma idónea de estar disponible para los miembros de tu familia, y ellos para ti.

 

 

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