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Mario Monteverde Rodríguez Escrito por  Jun 08, 2016 - 3375 Views

Los condones ¿Son seguros al 100%?

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Dar consejos a una persona para que utilice preservativos o condones, con el objeto de evitar un embarazo inesperado o una enfermedad de transmisión sexual, puede convertirse en una actitud de gran irresponsabilidad, como lo demuestran estos estudios científicos, en los que observaremos las fallas de los preservativos o condones.

A 3 de cada 10 hombres se les ha roto alguna vez el condón en los últimos 3 meses. Así lo muestra un estudio de la revista “Sexually Transmitted Infections” de abril del 2007.

¿Es seguro utilizar preservativo?

Investigadores estadounidenses y británicos han observado que al 31.3% de los hombres se les ha roto el condón alguna vez durante las relaciones sexuales. Este dato les ha llevado a realizar un estudio para averiguar por qué se rompe un preservativo, y qué personas tienen más problemas con ellos.

En un estudio realizado en Finlandia, el 37% de los varones y el 34% de las mujeres que eran usuarias de condones, afirmaban que habían tenido en algún momento un fallo en su utilización y, tanto en varones como en mujeres, 1 de cada 4 manifestaba haber experimentado una rotura del condón en el pasado (Kirkkola et al. 2005).

En otro estudio realizado en jóvenes en Estados Unidos, el 71% de los que habían usado condón en los últimos 3 meses, experimentaron al menos un error durante el período de utilización: el 41% se olvidaba de su uso, el 31% sufría roturas, el 15% deslizamientos, y solamente un 16% se podía clasificar como “usuario consistente” (Paz-Bailey et al. 2005).

En el segundo estudio de Trussel et al., que aparece en la revista Family Planning Perspectives, se dice:  “Los investigadores observan que la alta frecuencia con que los preservativos se resbalan y se caen al retirarse (17% de los preservativos que no se habían roto, se habían caído durante las relaciones), indica un alto nivel de mal uso”.

Y eso que “todas las mujeres que participaron habían recibido instrucciones escritas y verbales sobre su empleo adecuado”.

 Si ahora pasamos a analizar las relaciones sexuales precoces entre adolescentes, hay informes que revelan que el fallo de los condones empleados como contraceptivo, puede ser de hasta el 50%, aunque el porcentaje de fallos más habitual oscila entre el 13 y el 27%. Si esto es así, ¿cuánto fallarán en la prevención del contagio del VIH?

 Murty y Firth publicaron un estudio realizado en Inglaterra, con 4,666 mujeres que durante un período de 5 años, acudieron para consejo previo al aborto. El estudio mostró que el 46.4% de las mujeres que se presentaron solicitando abortos, habían declarado que su embarazo se debía a fallas del preservativo.

Lewis y colaboradores publicaron una investigación con 629 mujeres que habían acudido a una clínica para consejería por embarazo inesperado, en el lapso de 1 año. El estudio demostró que 47.9% de las mujeres estaban usando un preservativo al momento del embarazo inesperado. Y recordemos que el virus del VIH es 500 veces más pequeño que el espermatozoide”.

 En Estados Unidos, la FDA (Food and Drug Administration), entidad del gobierno de Estados Unidos que se encarga de la aprobación de medicamentos, prótesis, aditivos alimentarios, etc., empezó a usar una prueba de pérdida de agua, en la que el condón se llena con 300 ml. de agua, y se mira durante un minuto, para ver si pierde líquido.

Se acepta que tiene un nivel aceptable, cuando la tasa de fallo por permeabilidad al agua no excede en un 4 por 1.000. Los lotes que exceden este criterio son retirados de la venta.

 Se estudiaron 430 marcas con 102.000 condones: 165 fabricadas en Estados Unidos con 38.000 condones, y 265 marcas extranjeras con 64.000 condones. Los resultados fueron que no tenían un nivel suficiente de calidad el 12% de las marcas de Estados Unidos, y 21% de las marcas extranjeras.

La Radio BBC de Londres anunció a primeros días de Abril del 2002, que el gobierno de Tanzania decidió eliminar un cargamento marítimo completo de preservativos enviados al país por el Fondo de Población de las Naciones Unidas -supuestamente para combatir la difusión del SIDA- porque descubrió que éstos se encontraban con defectos de fabricación.

Según una fuente del gobierno de Tanzania que citaba la BBC, tres contenedores completos que transportaban más de 750.000 dólares en preservativos fabricados en Singapur, fueron encontrados con “graves defectos” que no fueron detallados por las autoridades.

Otro estudio del Dr. Jahanes Lelkens, profesor emérito de Anestesiología en la Universidad de Maastricht, revelaba que actualmente los tests eléctricos de permeabilidad de los preservativos, son capaces de localizar agujeros de entre 10 y 12 micras, es decir agujeros de 100 a 120 veces más grandes que el virus del SIDA.

¿Qué ocurre con los agujeros más pequeños?  Simplemente los test no los localizan. Los profesores G. B. Davis y L.W. Schoroeder, realizaron orificios de 1 micra de diámetro (10 veces mayor que el tamaño del VIH) a condones que habían pasado los test de control. El 90% de ellos volvieron a pasar la prueba como si no tuvieran agujeros.

Otro experimento similar fue dirigido por R.F. Carey, y llegó a conclusiones similares. Posteriormente Carey introdujo microesferas de poliestireno del diámetro del VIH, en condones que habían superado el test antes citado de la Federal Drugs Administration (USA).

Los sometió a variaciones de presión análogas a las que se producen en una relación sexual: Un tercio de ellos perdió entre 0.4 y 1.6 nanolitros. En una relación sexual que durara tan sólo 2  minutos, con un condón que pierde 1 nanolitro por segundo, pasarían 12.000 virus.

Como vemos, son numerosos los estudios que nos demuestran las fallas que presentan los preservativos o condones para evitar embarazos inesperados o enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, se continúan utilizando slogans y propagandas a favor de los condones o preservativos, sin brindar la alternativa de la abstinencia sexual y de la fidelidad matrimonial, que van de la mano con la virtud de la castidad.

Gonzalo Estrada nos dice que ser casto no significa:

  1. No sentir atracción hacia otra persona del otro sexo diferente al cónyuge, sino saber hacerlas a un lado voluntariamente.
  2. No tener sentimientos hacia otras personas, sino saber dominar dichos sentimientos, y no ser dominado por ellos.
  3. No dejarse llevar por emociones o deseos sexuales hacia otra persona que no sea el propio cónyuge, teniendo dominio de sí y procurando evitarlos.
  4. No tener malos pensamientos, sino saber quitarlos de nuestra mente y no deleitarse con ellos.
  5. El hombre o mujer valiente no es el que no siente miedo, sino el que, al sentirlo, lo vence y no se deja vencer por él.
  6. El hombre o la mujer casto no es el que no siente los impulsos de su tendencia sexual, sino el que, al sentirlos, los domina. No se esclaviza a ellos, sino que se hace amo de ellos responsablemente.

Vivir la castidad es lograr que toda nuestra persona: inteligencia, voluntad, afectos y cuerpo estén dominados por nosotros mismos.

 En una relación sexual que durara tan sólo 2  minutos, con un condón que pierde 1 nanolitro por segundo, pasarían 12.000 virus.

Mario Monteverde Rodríguez

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