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María Fernanda Noboa Escrito por  May 20, 2016 - 2287 Views

¿Cómo apoyar a los niños a superar un terremoto?

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Los niños dependen física y emocionalmente de sus padres y es probable que con posterioridad al terremoto se sientan más indefensos, más expuestos y vulnerables.

Los principales temores de los niños son:

  • Miedo a que el terremoto vuelva a ocurrir
  • Miedo a que le pase algo a su familia
  • Miedo a ser separado de sus padres
  • Miedo a ser abandonado o quedarse solo

¿Cómo apoyar a los niños a superar un terremoto?

  • Hablar sobre lo que ha ocurrido: Brindarles información adecuada a la edad que sea realista, pero también tranquilizadora.  Verificar qué es lo que han entendido, y qué es lo que ellos ya saben que ocurre.
  • Brindar contención emocional: Normalizar y validar las expresiones de emoción en relación a lo que vivieron. Permitirle expresiones de tristeza por las personas u objetos que pudo haber perdido.
  • Mantener unida a la familia:  Evitar enviarlo a otro lugar separado de su familia, asegurándose que siempre esté acompañado por alguien conocido.
  • Confortarlo físicamente:  Es muy importante comprender que el niño necesita más cercanía física.  Brindarle más cariño que el de costumbre, y satisfacer todas las  necesidades básicas y comodidades dentro de lo que la situación permita.
  • Reasumir las rutinas:  Permite al niño recuperar la sensación de control transmitiendo el mensaje que la vida va regresando a la normalidad.
  • Alentar la expresión emocional a través del juego: El juego permite a los niños procesar lo ocurrido y constatar a través de la experiencia que, a pesar de todo, es posible reir y disfrutar.
  • Evitar la sobreexposición de las noticias: Es suficiente para él su propia experiencia.
  • Trasmitir esperanza

Reacciones en los niños:

Algunas reacciones son normales en los niños en los días posteriores a un terremoto, las que habitualmente son transitorias. La mayoría las superarán con sus propios recursos y la ayuda de familiares y amigos.

  • Dependiendo de la edad, además de los temores antes mencionados, podrán tener dificultad en el control de esfínteres, alteración en el apetito, llanto o gritos frecuentes, temor a quedarse solo, realizar mucha o muy poca actividad, confusión, irritabilidad o enojo, conductas agresivas, retraimiento, malestar físico, alteraciones del sueño, problemas de conducta.
  • Es recomendable consultar con un profesional para confirmar que los síntomas son adecuados a la edad.

Recuerde que usted también está bajo presión emocional y necesita apoyo para poder brindar contención a sus hijos Este artículo pertenece a ICAS y ha sido publicado con su autorización.

María Fernanda Noboa

Psicoterapeuta de Familia y de Pareja

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